Sevilla, capital de Andalucía, ofrece una mezcla de historia, cultura y estilo de vida relajado que la hace irresistible. Aunque 48 horas puedan parecer poco tiempo, hay muchas formas de explorar esta ciudad de manera no convencional, descubriendo rincones menos conocidos y disfrutando de experiencias únicas. A continuación, te compartimos este plan.
Empieza el día con un desayuno típico en una bodega tradicional de Triana. Este barrio tiene alma propia, con su historia ligada al flamenco y la cerámica. Puedes probar una tostada de jamón y tomate en Bar Las Golondrinas, uno de los más tradicionales de la zona.
Luego, da un paseo por el Mercado de Triana, donde los locales compran productos frescos, y continúa hacia el Callejón de la Inquisición, un pasaje oculto lleno de historia que te trasladará a otra época. Finaliza la mañana visitando el Centro Cerámica Triana, un espacio dedicado al arte de la cerámica, esencial en la identidad de este barrio.
Dirígete a los Jardines del Real Alcázar, pero en lugar de centrarte solo en la opulencia de los palacios, explora sus jardines más recónditos. Muchos visitantes no dedican suficiente tiempo a recorrer la extensa vegetación y sus fuentes escondidas. Relájate entre los naranjos y déjate llevar por la tranquilidad que ofrece este espacio.
Para el almuerzo, evita los lugares más turísticos y opta por el Mercado de Feria, uno de los mercados más antiguos de Sevilla. Aquí puedes disfrutar de tapas auténticas y creativas en un ambiente más local.
En lugar de los espectáculos comerciales, busca una experiencia más íntima en el Centro Cultural Flamenco La Carbonería, donde el flamenco aún se vive de forma auténtica. Este espacio es una antigua carbonería reconvertida, donde puedes disfrutar de una actuación en directo en un ambiente relajado y bohemio. La cercanía con los artistas y el público hace de este un lugar único para vivir el flamenco en su máxima expresión.
Empieza el día con una experiencia diferente: alquila un kayak o una tabla de paddle surf para recorrer el río Guadalquivir. Verás la ciudad desde una perspectiva diferente mientras disfrutas de un rato de ejercicio ligero y vistas excepcionales de la Torre del Oro y el Puente de Triana.
Luego, sumérgete en la Sevilla menos convencional con una visita a la Fábrica de Artillería, un antiguo complejo industrial reconvertido en centro cultural y de eventos alternativos. Aquí se realizan exposiciones de arte contemporáneo, conciertos y mercados vintage, perfecto para los amantes de la cultura alternativa.
Pasea por la Calle Betis y los alrededores del Hospital de la Caridad, una joya menos conocida del Barroco sevillano. La historia de este lugar y su arquitectura religiosa te transportarán a un Sevilla más mística y espiritual.
Al mediodía, disfruta de un almuerzo en la Alameda de Hércules, una plaza rejuvenecida con bares y restaurantes de ambiente alternativo. Visita Arte y Sabor, un lugar donde la cocina andaluza se mezcla con influencias internacionales.
Para finalizar tu aventura en Sevilla, no hay mejor plan que asistir a un partido del Sevilla FC en el Estadio Ramón Sánchez-Pizjuán en las competiciones europeas, en horario nocturno. Si no consigues tickets, tienes la opción de obtener entradas Sevilla FC en portales profesionales como Seats Net.
La pasión de los aficionados sevillistas es conocida mundialmente, y el ambiente en el estadio es electrizante. Si no coincide un partido durante tu visita, puedes hacer el tour del estadio, que te permitirá explorar las entrañas de este mítico templo del fútbol.
Moverte por Sevilla es sencillo con sus líneas de tranvía y bicicleta pública. Usa la app Sevici para alquilar bicicletas y recorrer cómodamente los diferentes barrios. Evita los tours tradicionales y opta por explorar la ciudad a pie o en bici para descubrir detalles menos
En 48 horas puedes sumergirte en la cultura, la gastronomía y el espíritu alternativo de una ciudad que no deja de sorprender.