La diferencia entre acabar las tareas diarias y no acabarlas está en gestionar mejor el tiempo, de forma efectiva, minimizando las distracciones y delegando siempre que sea posible.
Solo hay que empezar el día motivados e invertir unos minutos al principio de cada jornada para organizar y priorizar las tareas a realizar.
Para gestionar mejor el tiempo es crucial saber diferenciar entre las cosas que son importantes y las que son urgentes:
Revisar los mensajes divertidos de WhatsApp o de Facebook no es importante ni urgente, y, precisamente, es lo que muchos hacen en primer lugar. Para gestionar mejor el tiempo y aumentar la productividad es preciso minimizar las distracciones.
Una vez que se haya aprendido a priorizar entre las tareas, a primera hora de la jornada se debe confeccionar una lista para organizar lo que se hará primero y lo que es secundario.
En el caso de que se acumulen muchas tareas importantes, hay que considerar la posibilidad de delegar algunas.
El gurú de la productividad, Tim Ferriss, en su magnífico libro La semana laboral de 4 horas, da consejos muy valiosos para delegar todas las tareas que no son importantes a asistentes personales contratados por horas a través de internet a precios muy competitivos.
El libro El arte del mínimo esfuerzo de Barbara Berckhan no es, como muchos piensan, un manual para vagos. Es uno de los mejores libros sobre gestión de tiempo que existen, y centra parte de su contenido en la identificación del punto clave de cada tarea.
El punto clave es la acción más productiva que puede realizarse para concluir satisfactoriamente una tarea. Tendemos a hacer las cosas antes de pensar cuál es la forma más efectiva de hacerlas, es decir, antes de diseñar una fórmula con la que se obtengan los mejores resultados con el mínimo número de pasos.
¿Para qué hacer una receta con 20 ingredientes, si son 5 los que le dan su sabor característico? Hay muchas recetas que optimizar en el día a día de cada persona.
El desorden fomenta la distracción. Un espacio de trabajo ordenado repercute en la productividad, por lo que es necesario eliminar del escritorio todo lo que no sea necesario. La documentación que ya esté resuelta se debe archivar.
Cada persona suele tener un momento del día en el que trabaja con más energía, por eso es recomendable programar las tareas más complicadas para esos momentos.
Trabajar en casa es más productivo que hacerlo en una oficina, así que estos momentos de máxima energía siempre serán más productivos si estamos en casa.
Por otra parte, se pueden aprovechar los diez minutos que hay entre una llamada y otra para efectuar alguna tarea pequeña, como enviar correos electrónicos.
Las tareas son importantes, pero también lo es la salud. Querer finalizar todo el trabajo antes de la fecha límite autoimpuesta puede resultar estresante.
Para gestionar mejor el tiempo hay que mantener la calma y no olvidar que también hay que tener buenos hábitos de sueño, comer de forma adecuada, tomar descansos de 10 minutos cada hora u hora y media, y hacer al menos ejercicio aeróbico suave.
Convertir en rutina estos 6 consejos y reforzarlos con técnicas de productividad como el método de escalas, ahorra muchas horas al día y muchos quebraderos de cabeza.
Referencias: