El lenguaje corporal es una parte muy importante de la comunicación. La forma en la que se actúa puede modificar totalmente el significado de lo que se dice.
Si queremos mejorar la forma en la que nos relacionamos con nuestro entorno, es necesario eliminar algunos hábitos de lenguaje corporal que son muy habituales, como cruzar los brazos durante una conversación, desviar la mirada y encorvarse.
Como informa el Independent en su versión inglesa, no es fácil deshacerse de las viejas costumbres. No obstante, el primer paso será identificar los malos hábitos de lenguaje corporal, para luego comenzar a trabajar en el cambio de actitud, con la ayuda de un profesional o por cuenta propia.
Muchas personas cruzan los brazos de forma natural solo porque no saben qué hacer con sus manos. Sin embargo, esta postura demuestra incomodidad. Cuando el oyente no puede ver las manos de quien habla, siente que se le está ocultando algo.
Algunas personas se mantienen tranquilas mientras hablan y otras se mueven demasiado. En realidad, mover un poco las manos mientras se conversa es una buena manera de atraer al público. Sin embargo, los gestos no deben ser exagerados.
Se puede decir mucho sobre una persona simplemente por su forma de caminar. Quienes caminan erguidos y con los hombros derechos demuestran seguridad y confianza en sí mismos. Algunas investigaciones incluso han demostrado que es menos probable que una persona que camina de esta manera sea asaltada.
Sonreír demuestra apertura, confianza, calidez y energía, además de generar una reacción positiva. Las personas que se presentan sin sonreír suelen ser dominantes y no les importa ser aceptadas por los demás, a menudo se perciben como individuos distantes.
No hay nada más irritante que hablar con alguien que no está prestando atención a la conversación. Actitudes como revisar el móvil constantemente son percibidas como groseras e indiferentes.
Cuando se trata del contacto visual, lo mejor es ser moderado. Establecer una serie de miradas cortas en lugar de miradas intensas es lo ideal.
Las miradas demasiado largas pueden hacer que la persona con la que se está conversando se sienta incómoda. Por otro lado, desviar la mirada indica disgusto o falta de confianza.
Se puede estar diciendo todo lo correcto, pero si el lenguaje corporal no coincide con el verbal, es posible que se lleve al oyente por el camino equivocado.
Cuando los mensajes verbales y no verbales son diferentes, las señales no verbales tienen más peso en el mensaje que se transmite.