Es probable que, en alguna época de nuestra existencia, conciliar el sueño haya sido una tarea complicada.
En todo el mundo son frecuentes los casos de insomnio, o de dificultad para conciliar el sueño, producto de una sociedad en la que cada vez se demandan más horas de trabajo, esfuerzo físico y mental, o pasar muchas horas en la carretera o en el avión.
El cuerpo pasa factura y el sueño es el primero en la lista de los sacrificios que se ofrecen para seguir el ritmo del estilo de vida moderno.
Con este escenario salen a relucir otros actores: estrés, bajo estado de ánimo, menor capacidad de respuesta y de memoria, o la magnificación de los problemas que enfrentamos todos los días.
Dormir debe ser un proceso natural del cuerpo, gracias al que es posible la capacidad de “recargar las baterías” después de un largo día de trabajo, de pasar el día en la universidad o, simplemente, tras cumplir con los compromisos familiares.
Causas del insomnio
Aunque el insomnio no se limita a una razón aislada, pueden estar en proceso de desarrollo varias alteraciones que tengan como punto final no poder dormir.
Una de ellas se refiere a no contar con un horario regular para ir a la cama y levantarse por la mañana. Esto altera el ciclo natural de descansar de noche y estar activo durante las horas de sol.
Las alteraciones psiquiátricas también pueden restringir el sueño. La depresión, la ansiedad y la dependencia de drogas, o hasta el alcohol, impiden que el cuerpo obtenga su merecido descanso.
Los desórdenes de este tipo también se manifiestan cuando se cambia constantemente el horario de trabajo, o cuando se adelanta o retrasa el ciclo natural del sueño, lo que provoca que la persona no duerma cuando le corresponda y, cuando lo hace, el sueño no es reparador.
Dormir placenteramente
Seguir una rutina antes de ir a la cama es un primer paso hacia la dirección correcta. No se deben tomar estimulantes. También es vital intentar levantarse a la misma hora. El objetivo final es no ignorar el problema y que se vuelva cotidiano.
En el caso de no conciliar el sueño, la recomendación es no permanecer en la cama. Dar “vueltas” en el lugar donde se debería descansar es el peor remedio.
Hay que recordar que lo mejor es buscar ayuda médica en los casos persistentes, y nunca maquillar un problema que podría complicarse aún más.