Personas que están solas en Galicia ahora pueden compartir tareas, comidas y compañía gracias a un proyecto franciscano que ha devuelto la vida a edificaciones eclesiásticas que estaban vacías.
El convento de San Francisco de Betanzos fue habilitado para crear una familia con personas que se encontraban solas. Los integrantes de este maravilloso proyecto pueden desayunar, comer y cenar juntos, compartiendo gastos y tareas como lo hace cualquier familia.
No se trata ni de un centro de beneficencia ni de un local social, tampoco se financia con subvenciones. Es un espacio autogestionado, en el que se imita el ambiente de una familia, donde cada integrante tiene plena libertad para entrar y salir sin dar explicaciones y sin compromisos.
«El proyecto Familia Aberta dio sus primeros pasos en Betanzos con 9 mujeres», comenta la trabajadora social del proyecto, Antía Leira. Se siguen afrontando dificultades para superar la vergüenza, porque quienes sufren a causa de la soledad les cuesta mucho reconocerla, e incluso identificarla.
Los colaboradores del proyecto han iniciado desde hace seis meses una campaña puerta a puerta, visitando incluso algunos lugares que son frecuentados por personas que viven de manera solitaria.
Según los datos recopilados por los promotores de Familia Aberta, en España hay aproximadamente 4,5 millones de personas que viven solas. La actual forma de vida empuja a que cada vez sean más los que permanecen en estado de soledad: las familias se dispersan, se tienen menos hijos y las largas jornadas laborales poco tiempo dejan para la familia y la amistad.