Cada persona es única en múltiples aspectos. Existen rasgos físicos y de personalidad que definen a cada individuo en el mundo. Hay quienes dicen que los ojos son una ventana al alma y tal vez sea cierto ante las investigaciones realizadas por expertos de la Universidad del Sur de Australia.
Los científicos del centro de estudios mostraron cómo un método de seguimiento ocular predijo con éxito 4 de 5 rasgos principales de la personalidad de los participantes. Para el profesor Tobías Loetscher la Inteligencia Artificial (IA) aplicada entiende cada vez más a los seres humanos.
En el estudio participaron 42 estudiantes que completaron un examen de personalidad para evaluar sus rasgos más importantes. Después usaron gafas inteligentes que hacían seguimiento a los ojos mientras realizaban tareas para imitar escenarios de la vida real como caminar por el campus o visitar una tienda.
Una vez culminado el recorrido, los investigadores utilizaron la información recabada y la ingresaron en un algoritmo de aprendizaje automático. La plataforma realizó los análisis correspondientes e hizo una correlación entre los rasgos de la personalidad de los participantes y el movimiento de los ojos.
Ojos “saltones” y el contacto visual
Desde hace años hay personas que alegan que juzgar a las personas por los movimientos que hacen con los ojos no es una idea descabellada. Muchos han “descubierto” que una persona con los ojos saltones es algo neurótica o que cualquier amigo que le agrada el contacto visual sea extrovertido.
Las gafas inteligentes rastrean un amplio abanico de movimientos oculares, lo que también incluye el aspecto de los participantes, el tamaño de sus pupilas, el número y el tipo de movimientos realizados.
El algoritmo utilizado determinó que ciertos tipos de personalidades podrían estar caracterizadas por algunos tipos de movimientos oculares. Por ejemplo, para determinar si una persona era amable se podía predecir a través de cuánto miraba una persona la parte inferior derecha de una escena.
En el caso de una persona extrovertida se determinaba de acuerdo al tamaño de sus pupilas y el número de pequeños movimientos. Obviamente, el algoritmo no solo consideró estos factores. También empleó una serie de combinaciones complejas para generar sus predicciones.
“El aprendizaje automático requiere miles o tal vez millones de datos para hacer predicciones más precisas”, destacó Loetscher. “Esperamos que sea mejor”, añadió el académico.
Máquinas inteligentes
Los desarrollos orientados hacia la estandarización de la Inteligencia Artificial continúan ejecutándose no solo en universidades como la del Sur de Australia, sino también entre las grandes compañías que ya usan esta tecnología para conocer mejor al mercado y satisfacer sus necesidades.
Conocida también como la inteligencia computacional, se trata de la capacidad que tienen las máquinas para pensar y actuar de la misma forma que lo harían los humanos bajos ciertas circunstancias.
La IA está orientada a aprender de los escenarios cotidianos para asumir responsabilidades y resolver problemas. En el caso de determinar la personalidad de alguien, los investigadores solo han establecidos parámetros para vincularlos de acuerdo al fin del estudio.
El mundo del comercio electrónico y el marketing digital son 2 de las áreas en donde también se ha extendido el uso de la Inteligencia Artificial durante los últimos años.
El futuro para este tipo de tecnología luce promisorio. Solo hay que determinar en cuáles áreas debe aplicarse y mejorar la atención de los clientes o simplemente para analizar sus hábitos de consumo, por ejemplo.
