El Desarrollo Personal es también conocido como el proceso de superación personal, de crecimiento personal, cambio personal o desarrollo humano.
Se trata de un proceso de transformación mediante el cual una persona suelta las reactividades, las creencias, los mandatos familiares y todo aquello que lo limita en su expansión de vida y adopta nuevas ideas o formas de pensamiento que le permiten generar nuevos comportamientos y actitudes lo que dará como resultado una mejora de su calidad de vida y llevar adelante una vida productiva y creativa de acuerdo con sus necesidades e intereses siempre basándose en la autonomía de vivir y de escoger el camino que se quiere seguir.
El ser humano en este viaje existencial tiene entre sus cometidos el llegar a obtener la independencia en todas sus expresiones y en consecuencia conseguir la felicidad.
Al objetivo se llega una vez que uno se conoce, se reconoce, se habita, encuentra el contacto profundo con el interior, se siente e integra todo lo vivido más allá de la característica emocional con la que fue vivida.
Esa es la base del trabajo personal que permite el desarrollo humano y si sumamos granito a granito, es permitir la evolución de la humanidad. Todo comienza en UNO y continúa contagiando al resto.
La Descodificación Biológica Original acompaña a las personas en el viaje hacia el autoconocimiento y la realización de sus objetivos personales y de su misión de vida propia desde la libertad y no como mecanismo adaptativo a los conflictos vividos.
Para ser libres hay que despertar del sueño en que en algún momento nos hemos sumido, llegar a tener un contacto profundo con el propio interior y reconocer que es lo que ocurre en la mente y el cuerpo para poder integrarlos.
Quizás Descartes con su participación en el llamado “problema mente-cuerpo” alejó temporalmente a algunas personas de esa unión inseparable que hay en el vehículo completo con el que nos transportamos por esta vida. Descartes a través de frases como: “Pienso, luego existo” y “Sentir no es otra cosa que pensar” depositó el peso de la naturaleza humana en lo mental.
El equilibrio está en reconocer todo lo que hay en nosotros: cuerpo, mente, espíritu o alma. Distintas partes cumpliendo diferentes funciones todas integradas entre sí para conseguir la supervivencia del ser humano.
Entonces, el cuerpo contiene a todas las partes siendo una de ellas la mente. Del lat. mente, abl. de mens, mentis ‘inteligencia‘, ‘propósito‘. La mente contiene los pensamientos, las creencias, los mandatos, la verbalización del sentir o sentimientos y nos permite enfocarnos en un propósito, mirar hacia el futuro, planificar, asociar ideas y poner una intención que lleva a una acción.
O sea que la mente pone el cuerpo en movimiento para ir hacia el cumplimiento de los deseos de la vida. El cuerpo acompaña y nos dice cuando algo está bien y cuando no. El cuerpo es una maravillosa caja registradora que guarda en su interior el recuerdo de todo lo vivido siempre que tenga una carga emocional lo que nos ayuda en siguientes experiencias a acercarnos a lo positivo y alejarnos de lo negativo.
El registro lo hará mediante el almacenamiento de sensaciones corporales que se vivieron en momentos de carga emocional o estrés. Las mismas sensaciones estarán disponibles cuando necesitemos acceder a los recuerdos para vaciarlas y así poder dar por cerrado un ciclo de dolor.
La totalidad de eventos que vivimos a lo largo de nuestra vida o acontecimientos biográficos, lo experimentado en nuestro nacimiento o durante la etapa del embarazo, las condiciones de vida de nuestros padres en el momento mismo de la concepción o las historias que traemos no resueltas de nuestros ancestros nos construyen lo que significa que la totalidad de conflictos vividos dan lugar a mecanismos adaptativos qué le vamos a llamar “nuestra forma de ser”, la máscara o personalidad o la manera de presentarnos ante los demás.
Esa máscara que nos hemos ido construyendo a lo largo de la historia en función de la aceptación y de las miradas que obtenemos de los demás la comenzamos a usar siendo niños y de adultos ya no nos damos cuenta de que la llevamos puesta.
En el fondo construimos la máscara para satisfacer al otro o a los otros y es ahí donde comienza el olvido de uno mismo que el trabajo personal busca despertar para rescatar al verdadero YO.
¿Cómo crees que puedes cambiar la imagen que te has creado si es que no te representa apropiadamente? ¿De qué modo podrías desarrollarte y mostrar a los demás quién eres realmente?
Algunas culturas realizan largas caminatas cuando van en búsqueda de su auténtico yo y le llaman salir en búsqueda de la visión. Otras pasan días girando alrededor del fuego hasta encontrar el genuino sentir de existir. Los Lakotas (Lakhotas), que son un pueblo parte de la tribu Sioux y que vive en los márgenes del norte del Río Misuri, toman un tiempo de ayuno, rezo y lloro para pedir una visión que guíe la vida desde el corazón, teniendo la mente abierta y mucha paciencia.
No es poco pedir. Un listón alto para la sociedad occidental que se acerca al tener o hacer como objetivos y se aleja del SER y del sentir porque el sentir duele. Maravillosa enseñanza la de este pueblo que es consciente de que cada creación es sagrada y todo tiene un espíritu.
“Os lo contaré como me lo contaron a mí y como se lo contaron los ancianos a mi abuelo. Cuando un hombre joven busca su camino o busca respuestas que lo guíen a lo largo del camino rojo de la vida, los ancianos lo llevan a la cima de la montaña y lo dejan allí cuatro días y cuatro noches sin comida y sin agua, solo con una piel de búfalo, una kanunba (la pipa sagrada) y su persona. Se llama HANBLECHEYAPI, la búsqueda de una visión, de un sueño que nos muestre el camino.” Comienzo de la película Dreamkeeper (Barron, 2003)
En los seres humanos está guardado el anhelo de encontrar la visión del auténtico ser que se aloja en cada uno de nosotros y que a menudo se ha perdido camuflado en el hacer, el tener, el obtener y el ser para otros y poder presentarnos para ser aceptados.
Por el viaje existencial hemos olvidado muchas cosas que el trabajo personal ayuda a recordar. Por ejemplo, que el primer verbo es SER, es lo esencial. El niño viene a la vida investido en un ser y le acompaña un proyecto para desarrollar a través de su historia personal.
El ser nos permite mostrar quiénes somos y como somos y ver quién es el otro y quién soy para el otro. A menudo para poder ser hay que soltar el hacer y convertirse en el propio observador de cada existencia hasta transformarla en lo que anhelamos vivir. Es despertar del sueño para conectar con los deseos del niño/a que fuimos y que soñaba despierto sintiendo alegría, ligereza, bienestar y atemporalidad cuando era. Los shocks o conflictos nos hicieron encerrarnos en nuestra burbuja protectora perdiendo el contacto con la esencia.
Una mujer de 43 años, Lorena, ha cuidado a sus padres que, con diferencia de 3 años, han fallecido uno detrás del otro. Ella es la única mujer de 4 hermanos por lo que todos dieron por sabido que sería ella quien cuidaría a los padres si estos tenían alguna dificultad física. Lorena solo tuvo una pareja con la que convivió durante dos años y fue en el extranjero mientras estudiaba en la universidad. Al acabar los estudios regresó y siguió viviendo en la casa familiar.
Cuando sus padres fallecen se queda sin proyecto de vida, atraviesa un proceso de depresión e inicia un trabajo de desarrollo personal con Descodificación Biológica Original lo que le lleva a revisar su rol de hija y su proyecto parental. Era la típica hija pedida a la vida como bastón de vejez y cuidadora para poder atender a unos padres mayores. Liberando las expectativas y deseos parentales puede continuar su camino y decidir como quiere vivir.
Las historias de dolor de tensión de estrés que hemos vivido a lo largo de toda nuestra existencia han dejado huellas qué en Descodificación Biológica Original se llaman conflictos programantes.
Nos han acompañado a lo largo de nuestra existencia, nos han sacudido de dolor en algunos instantes, pero también han modulado las vivencias generando comportamientos adaptativos para evitar que entremos en contacto con el estrés y podamos acercarnos a lo que nos hace bien.
La biología nos ha enseñado que los seres vivos nos comportamos de manera en que nos acercamos a lo positivo y nos alejamos de lo negativo hasta el punto de que a veces esté negativo queda anquilosado y enquistado dentro de nuestro cuerpo y de nuestro espíritu. Descodificar es visitar las vivencias en seguridad y protección lo que facilita acercarnos a ellas y liberarlas.
Descodificar es como reptar tal como lo haría una serpiente que emite sonidos al tiempo que deja su piel vieja con todo lo que ya no le sirve. Se libera y suelta todo lo antiguo al tiempo que no se da la vuelta para ver lo que ha dejado. Una vez atravesado ese proceso tiene una piel más fina, más suave lo que le procura una nueva vida y puede sentir lo positivo del cambio.
Descodificar es aprender a fluir con la vida soltando todo lo que nos limita e invirtiendo en todo lo que nos ayuda en la liberación de las cargas y la amplificación de los recursos que llevamos dentro. Todo está con nosotros. Solo lo tenemos que despertar de la misma manera que tenemos que despertar a una nueva vida para construir un futuro diferente.
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Ángeles Wolder es un referente en el sector de la Descodificación Biológica y su trabajo es reconocido en todo el mundo. Cuenta con más de 30 años de experiencia docente y desde hace 10 años se ha centrado en comprender y observar cómo el ser humano y la humanidad gestionan los conflictos emocionales. Su método innovador y biológico ha ayudado a más de 5.000 personas a conocer el porqué del origen de sus síntomas y descargar el estrés asociado a ese evento. Su primer libro, “El Arte de Escuchar el Cuerpo”, es un éxito de ventas que ya va por la 3ª edición.
