La repostería ha evolucionado a la par que el sector de la alta cocina. Cada vez son más los profesionales dedicados en elaborar postres, incluso existen especialistas de tipos concretos de dulces, como helados, bizcochos, cupcakes o tartas personalizadas.
La capacidad de hacer sabrosos platos de sobremesa va de la mano del arte de saber trabajar con todo tipo de productos, y no siempre comestibles.
En el caso de las tartas personalizadas, se combina la destreza de moldear elementos como el fondant en infinidad de formas imposibles con la utilización de plataformas, sujeciones, sprays alimentarios de colores y un sinfín de trucos para obtener como resultado final impresionantes obras de arte que da mucha pena comerse: