La casa de Andrea Gaylord, en Paradise, fue una de las más de 7.100 propiedades que fueron calcinadas por el devastador incendio que tuvo lugar durante el mes de noviembre en California, al que denominaron Camp Fire.
El fuego avanzó tan rápidamente que Andrea no pudo llegar hasta su casa para poner a salvo a sus dos perros, Madison y Miguel.
No obstante, contactó enseguida con Shayla Sullivan, una voluntaria del centro de rescate de animales.
A Miguel lo encontraron de inmediato y fue trasladado a un refugio. Pero Madison no apareció. La voluntaria distribuyó comida y agua por la zona, con la esperanza de la perra que aún estuviera con vida.
Cuando la orden de evacuación se levantó, casi un mes después, Andrea regresó a lo que quedaba de su casa y allí encontró a su perra Madison, esperándola.