Charlie Parker fue un saxofonista y compositor que decía que “los músicos son intelectuales y no solo artistas”. Y lo demostró a través de sus actos que marcaron su vida:
Rechazo a ciertos valores narrativos estándar; a su intensa búsqueda espiritual, orientada al budismo; al odio hacia el materialismo, pues creía que “odiando el materialismo como una enfermedad incurable se liberaría de los apegos, causantes de todos los problemas del ser humano”; experimentación con drogas psicodélicas, para ser más creativo; buscaba llevar una sexualidad libre de los prejuicios religiosos, para liberarse de la culpa causada por el deseo de otro cuerpo…
Es así que podemos ver que abraza a la subcultura inconformista, a la Generación Beat, creando una forma existencial nihilista, con la cual cree que impulsará -como un intelectual, un pensador- a otros creadores a seguir su estilo de vida y de creación.
Tal como lo hizo el escritor Jack Kerouac, que utiliza y modifica el significado de la palabra “beat” para connotar optimismo, beatífico, como resultado de una forma de nihilismo, que suele darse más a través de la música que en otras expresiones artísticas, donde los sentimientos desordenados, encontrados, como son la felicidad y la tristeza, puedan ser observados, pero sin que intervengan ciertos pensamientos que nos lleven a la argumentación, y donde simplemente se vivan como un estado natural de las percepciones, tal y como lo podría vivir un beato, en un estado presente, de observador.
Charlie “The Bird” Parker es influenciado por la Generación Beat, como después sucedió con otros músicos como The Beatles o The Doors, quienes siguieron los pasos de este gran saxofonista.
A través del “Bebop”, su creación pudo ejecutar o desarrollar sus solos que permitieron una de sus principales innovaciones musicales al darse cuenta de que los doce semitonos de la escala cromática melódicamente conducen a cualquier clave, con lo cual, logra romper algunos de los confines de un solo de jazz más simple.
Además, era un estudioso de la música clásica, en especial o con gran preferencia, de la música de Igor Stravinsky. Con estos conocimientos logra incorporar elementos clásicos al ritmo de jazz. Así surge el álbum Charlie Parker con cuerdas, actualmente aclamado mundialmente.
Sí, vale la pena recordar a este gran jazzista que falleció hace sesenta y cuatro años (12 de marzo de 1955), que legó al mundo de la música sus composiciones que involucraban la interpolación de melodías originales sobre las formas de jazz existentes, y que fueron reutilizadas por otros grandes creadores de música clásica y de jazz.