La capacidad de sentirse identificado con una persona cercana que está atravesando por un momento difícil en su vida, es un sentimiento natural en los seres humanos conocido como empatía.
Aunque por lo general, se ve reflejado en las emociones y sentimientos compartidos, los expertos han logrado identificar varios tipos de empatía, siendo las dos principales la empatía emocional y la empatía cognitiva.
La empatía nos conecta
Según Stephen Covey, experto en liderazgo y reconocido autor, la empatía permite que las defensas de la persona en situación de estrés se reduzcan y sean remplazadas por energías positivas que despierten la creatividad para la resolución de conflictos.
Cuando se carece de empatía en las diferentes relaciones, ya sean personales o laborales, las conexiones se rompen y dificultan el trabajo en equipo y la confianza. Es por esto que se vuelve indispensable para relaciones exitosas dentro las diferentes dinámicas interpersonales.
Empatía cognitiva
Esta surge cuando se intenta tomar la posición de la otra persona frente a determinada situación, para así comprender su experiencia.
Un ejemplo que permita comprender este tipo de empatía se da cuando una persona cercana es despedida de su trabajo. Es natural que pueda sentirse frustrada o decepcionada, sin embargo también puede comprender que frente a esta situación se abren nuevas oportunidades.
Al practicar la empatía cognitiva se busca entender las emociones por las que esta persona está pasando, y se trata de imaginar vivir esta dura situación desde su perspectiva.
Empatía emocional
Frente a la tristeza y dolor de un ser querido, es totalmente natural sentirse triste y afectado por esas emociones negativas. Este impacto es lo que se conoce como empatía emocional.
Según Hodges y Davis, investigadores de piscología, la empatía emocional puede ser descrita en tres partes:
- Compartiendo la misma emoción que el otro
- Sintiendo preocupación como respuesta a su dolor
- Sintiendo compasión
Empatía como resultado genético y de aprendizaje
Si bien se ha descubierto que la capacidad de sentir empatía tiene influencia genética, la verdad es que la educación y el aprendizaje social también tienen un impacto significativo.
Una persona que haya crecido en un ambiente empático con personas atentas a sus emociones será más propenso a identificarse con el dolor de otros que alguien cuyas experiencias personales no hayan sido valoradas.
Práctica de la empatía
Trabajar en el desarrollo de la empatía hacia otros permite el desarrollo de relaciones más cercanas y exitosas.
La empatía puede ser fortalecida aprendiendo a escuchar a los otros activamente y comprendiendo que no siempre es necesario solucionar el problema, sino simplemente prestar un oído amigo a quien lo necesita.