Al hablar de vacaciones idílicas, la mayoría de la gente piensa directamente en destinos como París, Hawái, las Maldivas o Las Vegas. Sin embargo, hay muchos otros (y cada vez son más) que prefieren visitar lugares menos populares o comunes. El objetivo es desafiar lo establecido y, si a eso se le añaden experiencias impactantes con altas dosis de adrenalina, mejor que mejor…
Desde visitas a lugares abandonados, siniestros o embrujados, hasta tours para ponerse en la piel de emigrantes sudamericanos que cruzan el desierto con el objetivo de entrar ilegalmente en EE.UU. Hay opciones para todos los gustos en lo que se conoce como «turismo oscuro», «turismo negro» o «turismo de dolor».
Este tipo de turismo es aquel que se realiza al visitar lugares asociados con historias de terror, muerte y tragedia. Y el destino que despunta sobre el resto es, sin duda, Chernóbil. Más de 10.000 personas al año visitan esta zona devastada del planeta y disfrutan recorriendo las calles abandonadas sobre las que aún puede notarse el miedo y el peligro en el ambiente.
Reviviendo la tragedia de Chernóbil
Chernóbil fue una planta nuclear ubicada en Prípiat, Ucrania, que sufrió uno de los mayores accidentes nucleares causando la muerte de al menos 31 personas y que provocó que el gobierno de la URSS tuviera que evacuar de urgencia a 116.000 personas, lo que provocó una alarma internacional.
La emisión de radiación tóxica fue tan fuerte que superó la de Hiroshima en 400 veces, llegando a detectar radiactividad en al menos 13 países de Europa. El accidente de Chernóbil está considerado como una de las peores catástrofes provocadas por el hombre en toda la historia.
HBO ha sido la encargada de sacar de nuevo este suceso a la palestra, al estrenar la mini serie ‘Chernobyl’, que dramatiza la historia del accidente ocurrido en 1986 y todo lo que se tuvo que hacer para salvar a Europa del desastre.
Bienvenido a Chernóbil
A pesar del riesgo que puede representar para los visitantes, existe una gran variedad de empresas de turismo y bloggers de viajes que hacen excursiones a Ucrania con la finalidad de recorrer la ciudad fantasma y explorar los sitios donde el desastre tuvo mayor impacto. Incluso se ha construido un hotel para ofrecer mayores comodidades.
A todos los visitantes se les realiza un test para detectar partículas radioactivas tanto al llegar como al irse. Y, por supuesto, existe una detallada serie de normas y recomendaciones que se les dan a los turistas antes de entrar en la Zona de Exclusión a fin de asegurar su seguridad. Una de ellas es no tocar ninguno de los objetos que se encuentren dentro de los cordones.
¿Es un lugar seguro?
Si bien las compañías de turismo locales aseguran que, habiendo pasado ya 30 años de la tragedia, el sitio es totalmente seguro, los funcionarios de Prípiat aseguran que no debería ser habitado hasta dentro unos 20 mil años.
Para asegurar el lugar, existen unas cuadrillas que supervisan el sarcófago de cemento que mantiene bajo control el reactor que explotó y causó la tragedia. Esos controles se realizan en ciclos de 5 horas al día durante un mes, seguidos de 15 días de descanso antes del próximo ciclo.
Así que si eres de esos que prefieren asumir los riesgos para ver un lugar que se ha convertido en una cápsula del tiempo y en un remanente de la era de la Guerra Fría, más allá de todo lo que se pueda crear en un museo, las ruinas de Chernóbil te esperan…