Los koalas son considerados uno de los principales símbolos de Australia y, sin embargo, actualmente esta especie está considerada como «funcionalmente extinta».
Según la Australian Koala Foundation (AFK), actualmente el número de especímenes en todo el continente no supera los 80.000 ejemplares. Esta cifra representa apenas el 1% de los 8 millones de koalas que murieron entre los años 1890 y 1927 como consecuencia de la acción humana. La organización ha estado monitoreando la población de koalas en Australia. Durante tan solo una década han sido testigos de la extinción de 41 especies de marsupiales.
Esta pequeña estimación de koalas vivos en la actualidad se limita a aquellos que se encuentran en Australia y en su hábitat natural, sin tener en cuenta aquellos que se encuentran en cautiverio en diferentes partes del mundo.
Sin embargo, las cifras de población total de koalas que maneja la AKF son mucho más bajas que las de otros organismos, como por ejemplo la Union of Conservation of Nature Red List of Endangered Species, quienes, en vez de catalogarlos como animales en extinción funcional, los declaran «animales en riesgo».
¿Qué significa la extinción funcional?
Una especie animal se considera «funcionalmente extinta» cuando, aún quedando ejemplares vivos, estos son incapaces de desempeñar un papel relevante dentro de su ecosistema.
Dentro de ese papel tiene gran importancia su capacidad reproductiva: cuando el total de la población de una especie se encuentra por debajo de un punto crítico, ya no es capaz de reproducirse para crear una nueva generación. Además, se cree que, en la actualidad, la mayoría de las parejas de koalas pueden ser endogámicas (miembros de una misma familia), lo que compromete aún más a la especie.
La AKF espera que el gobierno australiano pueda instaurar una ley de recuperación de la especie, siguiendo el marco legal establecido en Estados Unidos con la Ley del Águila Calva, que incorpora medidas de protección hacia esta especie a la vez que se crea un plan de preservación.