La energía nuclear es aprovechada por diversos países debido a las ventajas que ofrece. Además de ser menos contaminante, su desarrollo tecnológico ha ayudado a otros campos como la medicina con el desarrollo de rayos X y la radioterapia. La energía nuclear fue empleada durante la Segunda Guerra Mundial para la elaboración de armas nucleares, lo que terminó en el lanzamiento de dos bombas sobre los poblados de Hiroshima y Nagasaki.
Cementerios nucleares:
Qué son, cómo funcionan y cuáles son los más importantes
A pesar de las regulaciones actuales, la energía nuclear puede llegar a ser potencialmente peligrosa si no se aplican las medidas correctas y si el personal a su cargo no se encuentra capacitado. También hay que tener en cuenta el potencial destructivo de sus residuos, que tardan mucho tiempo en desaparecer.
La Escala Internacional de Eventos Nucleares (INES en sus siglas en inglés) es una escala para medir la gravedad de un incidente nuclear. Se divide en 7 niveles, donde los 3 primeros son incidentes sin consecuencias en el exterior de la planta, y los otros 4 tienen repercusiones en el ambiente y las personas.
Incendio en Windscale
Ocurrió el 10 de octubre de 1957 y está calificado como el peor accidente nuclear de Reino Unido con una magnitud de nivel 5 en la escala del INES. Tras la Segunda Guerra Mundial, Reino Unido estaba interesado en crear su propia bomba atómica y se apresuró en la construcción de dos reactores. El proyecto se mantuvo en secreto durante mucho tiempo.
El accidente ocurrió cuando el núcleo de la unidad 1 del reactor nuclear se incendió debido a un cambio de diseño y a una subida en la temperatura debido a una la mala colocación de una de sus partes, que provocó que, al reiniciar el calentamiento, el reactor empezara a tener un aumento de temperatura en vez de bajar. Se produjo el incendio y no hubo una respuesta oportuna y acertada por parte del personal de turno, lo que ocasionó sustanciales cantidades de contaminación radiactiva de más de 300 kilómetros, en especial por el isótopo radiactivo yodo-131, que puede causar cáncer de tiroides.
El fuego estuvo activo durante 16 horas, tras las que fue sofocado al inundarse el reactor, se produjo una nube atómica creada por el incendio que alcanzó partes de Europa continental. En Gran Bretaña se contaminó un área de varios centenares de kilómetros cuadrados, llegando a afectar a la leche local, que tuvo que ser desechada y prohibida su venta durante 45 días. Se estima que unas 240 personas murieron debido al cáncer.
Accidente radiológico de Goiânia
A pesar de no tener una planta nuclear, Brasil sufrió un grave accidente ocupando el nivel 5 de la INES. Ocurrió el 13 de septiembre de 1987, cuando dos chatarreros, Santos Alves y Wagner Mota Pereira, decidieron entrar a una clínica abandonada que no había sido correctamente desmantelada. Ambos hombres se disponían a buscar chatarra cuando encontraron una máquina de teleterapia y la desmantelaron extrayendo la cápsula de cesio de su carcasa de protección. El cesio es un isótopo radiactivo que se produce principalmente por fisión nuclear y puede provocar diferentes daños dependiendo del nivel de exposición.
Tras intentar abrir la capsula, rompieron la ventana de viridio. El cloruro de cesio emitía una profunda luz azul que llamó la atención del propietario de la chatarrería, Alves Ferreira, que elaboró un anillo con dicho material y se lo entregó a su esposa. Santos Alves y Wagner Mota tuvieron nauseas dos días después pero se lo adjudicaron a algo que comieron sin sospechar que era a causa de la radiación. Durante varios días muchos visitaron la chatarrería y la casa de Alves Ferreira, por lo que muchas personas entraron en contacto con el material radiactivo, incluyendo su hija de 6 años.
Después de un tiempo, la esposa de Alves Ferreira, Gabriela Maria Ferreira, sospechó que el material era el causante del malestar de muchos de los miembros de la familia, por lo que fue al hospital junto con el material, que los doctores advirtieron como peligroso. Gabriela falleció un mes después.
En total, más de 110.000 personas fueron examinadas y se encontró que 249 tenían niveles significativos de material radioactivo en sus cuerpos. Hubo un total de 5 fallecidos incluyendo a la niña de 6 años. Los trabajos de limpieza duraron 6 meses y varias casas tuvieron que ser demolidas por sus altos niveles de radiación.
Accidente en Treeh Mile Island
Se considera el accidente más grave de la Historia de los EE UU con clasificación 5 en la escala del INES. La central nuclear está ubicada en una isla en el río Susquehanna cerca de Harrisburg, estado de Pensilvania. El accidente ocurrió a las 4 de la mañana el 28 de marzo de 1979, cuando hubo una fuga en el circuito encargado del suministro de agua, que afectó al sistema de refrigeración del núcleo, por lo que la temperatura aumentó de forma descontrolada. Los operadores de la central solo pudieron saber que el núcleo estaba fundido diez horas después por un error del panel de control.
El peligro radicaba en que se estaba formando una burbuja de hidrógeno en el interior que podía provocar una explosión que expulsaría toneladas de material radiactivo, por lo que se decidió liberar esos gases al exterior de forma controlada para evitar el estallido. Dos días después se evacuaron a las mujeres embarazadas y niños a unos 13 kilómetros de la central.
Las consecuencias son contradictorias, pues los que apoyan la energía nuclear afirman que los daños fueron mínimos, pero estudios independientes mostraron un aumento en los casos de malformaciones así como los casos de cáncer de pulmón y de leucemia en adultos, que fueron de cuatro a seis veces más frecuentes en las zonas que recibieron mayor dosis.
Accidente de Kyshtym
Ocurrió el 29 de septiembre de 1957 a 150 kilómetros de Chelliabinsk, en el pueblo de Ozyorsk en la planta de Mayak. La planta se construyó con el objetivo de crear armas de plutonio, sin embargo, como en otros caso, la planta no contaba con las medidas de seguridad necesarias. El accidente se produjo a las 16:20 horas, cuando un fallo en el sistema de refrigeración provocó una explosión que liberó 20 millones de curies de material radiactivo a la atmósfera.
En total murieron 200 personas, varios trabajadores al instante, a causa de la explosión, y tiempo después varios civiles por el síndrome de irradiación aguda a pesar de haber evacuado unas 10.000 personas. Este accidente fue de nivel 6 y lleva el nombre del segundo pueblo más cercano al de la central nuclear, Kyshtym, pues Ozyorsk no figuraba en los mapas.
A este accidente se le suma que previamente se vertió una gran cantidad de desechos radiactivos en los lagos cercanos, afectando al río Techa del que varias aldeas se abastecían de agua. 23 de las 40 aldeas fueron evacuadas pero, en los últimos 45 años, medio millón de personas de la región han sido diagnosticadas con irradiación.
Accidente nuclear de Chernóbil
Este accidente alcanzó el nivel 7 del INES. Ocurrió el 26 de abril de 1986 en la central nuclear Vladímir Ilich Lenin, ubicada en el norte de la actual Ucrania. El accidente ocurrió por malas decisiones del personal, pues la central nuclear estaba mal diseñada y no tenía un recinto de contención (que sirve para retener los productos radiactivos en caso de accidente). A ello hay que sumar los errores producidos por los operadores que dejaron intencionadamente fuera de servicio varios sistemas de seguridad con el fin de aumentar la seguridad del reactor.
Durante un mantenimiento de rutina, los trabajadores planearon utilizar el tiempo inactivo para probar si el reactor podía enfriarse si la central se quedaba sin suministro eléctrico, sin embargo, se violaron varios protocolos de seguridad y la potencia del centro de la central aumento de forma descontrolada. Si bien se intentó apagar el reactor, tras varias explosiones el núcleo del reactor quedó expuesto y expulsó material radiactivo a la atmósfera.
36 horas después del comienzo del desastre iniciaron las tareas de socorro y la evacuación de los habitantes de Prípiat pero las de Chernóbil apenas se iniciaron el 2 de mayo, por lo que muchos de sus habitantes ya habían sido afectados. Unas 31 personas murieron en el momento del accidente y el NRCRM (Centro Nacional de Investigación de Medicina de Radiación) estima que hubo 8 millones de víctimas de la catástrofe entre la antigua URSS y Ucrania, entre los que se encuentran las personas que quedaron discapacitadas, niños que nacieron con mal formaciones y los suicidios del personal que trabajó en las labores de limpieza.
Accidente nuclear de Fukushima
El 11 de marzo del 2011 un seísmo sacudió a la ciudad de Ōkuma, prefectura de Fukushima, Japón, con una magnitud de 9.1 en escala de Richter y de una duración de 6 minutos. Tras esto se produjo un tsunami 14 metros de altura que superaba el dique de contención de la planta, de solo 5,7 metros de altura.
Si bien con el terremoto las unidades 1, 2 y 3 (que eran las que estaban activas en ese momento) se apagaron automáticamente gracias al apagado de emergencia y se activaron los motores diésel de emergencia para mantener la refrigeración de los reactores, las enormes olas producidas por el tsunami inundaron el área y ocasionaron fallos que produjeron la pérdida del control sobre la central y sus reactores, lo que dio lugar a tres fusiones nucleares, tres explosiones de hidrógeno y una contaminación radiactiva sin precedentes en el océano y que obligó a evacuar a toda la población en un radio de 30 kilómetros.
Aunque el accidente nuclear no provocó muertes directas por radiación, la evacuación repentina de unas 110.000 personas ocasionó unas 2.000 muertes debido a la ansiedad y el estrés que sufrieron, sobre todo, las personas mayores al tener que abandonar sus hogares de forma tan prematura.
Por su parte, los héroes de Fukushima o liquidadores de Fukushima, un grupo de trabajadores de la central nuclear, y el personal de emergencias encargado de las labores de limpieza para minimizar los daños de la explosión estuvieron expuestos a la radiación, por lo que muchos tuvieron que ser hospitalizados y al menos 70 fallecieron por las explosiones que acaecieron en la central. Los animales y plantas locales también se vieron afectados, sufriendo diversas mutaciones e infertilidad.
La mayoría de los accidentes nucleares más graves de la historia fueron el resultado de una mala gestión, muchos de ellos ocurrieron porque sus respectivos gobiernos priorizaron la rapidez y no la seguridad –ni de la centra, ni de la población–, obviando el potencial destructivo que tiene la energía nuclear. Otros accidentes de menor nivel –como el ocurrido en Vandellós, España, que solo llegó a ser nivel 3, es decir, sin producir daños–, son el recordatorio de que el peligro de un accidente nuclear siempre está presente.