El imperio romano dominó gran parte de Europa por más de cinco siglos, tiempo en el que alcanzó poder pero, a la vez, se suscitaron centenares de confrontaciones internas y de dominación territorial. ¿Eres de los que alguna vez ha preguntado cuántos emperadores tuvo Roma? Esta civilización fue regida por numerosos gobernadores romanos, que ascendieron al trono por herencia o por disputas militares. Te invitamos a leer esta lista de los emperadores romanos, ordenada cronológicamente y dividida en las etapas en las que cada uno de ellos tomó la autoridad.
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Dinastía Julio-Claudia (27 a.C. – 68)
Iniciamos esta cronología de emperadores romanos con la primera dinastía del Alto Imperio, en el que, a pesar de estar establecida una república, nació un principado como resultado de la repartición de cargos distribuidos en los parientes de Julio César (uno de los nombres romanos antiguos más reconocidos), en los que también eran miembros de las familia Julia y Claudia.
Augusto (27 a.C. – 14)
Fue el primero de los emperadores de Roma, sobrino – nieto de Julio César y nacido como Octavio. Tuvo uno de los gobiernos más brillantes de la historia imperial, donde protegió las artes y las letras a través de su consejero Mecenas.
Tiberio (14 – 37)
Hijo de Livia, fue adoptado por Augusto. Gobernó por un espacio de 23 años, en los que tuvo que enfrentar serios conflictos internos y una convulsionada relación con el Senado. Murió asfixiado por Nevio Sutorio Macro, prefecto pretoriano que actuó para acelerar el ascenso de Calígula al trono.
Calígula (37 – 41)
Entre los emperadores romanos y sus nombres resalta éste, que llegó al poder luego del asesinato de Tiberio y de Tiberio Gemelo, que tenía la potestad de ser heredero conjunto junto a Calígula. El Senado ratificó su cargo, gobernando de manera tiránica, ordenando muertes a diestra y siniestra y llevó a cabo severos impuestos y confiscaciones.
Murió asesinado después de la conspiración del tribuno Casio Querea.
Claudio (41 – 54)
Nacido en la hoy ciudad de Lyon (Francia), fue uno de los emperadores romanos más importantes, por lograr la adhesión de Britania al territorio imperial. Fue nombrado como primera autoridad por los pretorianos luego del asesinato de Calígula, siendo un gobernante promotor de miles de obras públicas.
Murió envenenado por su esposa y sobrina Agripina la Menor.
Nerón (54 – 68)
Aseguró su acceso al trono al ser adoptado previamente por Claudio. Llevó un gobierno despiadado, ordenando asesinar a su madre, su hermanastro Británico, su primera esposa Octavia y a su favorita, Propea, al igual que propició la primera persecución cristiana.
Su suicidio marcó el fin de la primera dinastía de emperadores del Imperio romano.
Año de los cuatro emperadores (68-69)
Presentamos el listado de los emperadores romanos que gobernaron de forma sucesiva en el año 69, posterior a la muerte de Nerón. Los tres que mencionamos a continuación murieron asesinados.
Galba (68-69)
Otón (69)
Vitelio (69)
Dinastía Flavia (69-96)
El último de los cuatro emperadores, Vespasiano, logró sobrevivir a las numerosas intrigas imperiales y dio comienzo a una nueva dinastía de gobernadores romanos que accedieron al poder de forma legítima, siendo Tito y Domiciano hijos del líder de dicho linaje.
Vespasiano (69 – 79)
Logró pacificar Judea, reformar el Senado y fue célebre por ordenar la construcción del Coliseo, patrimonio actualmente admirado y reconocido por el mundo.
Tito (79 – 81)
Entre los nombres de emperadores romanos sobresale éste, el del hombre que conquistó y destruyó Jerusalén y cuyo inicio de su gobierno se vio marcado por la erupción del volcán Vesubio.
Domiciano (81 – 96)
Sigue el orden de emperadores romanos este gobernante, hijo de Vespasiano, que gobernó de manera despótica y propició una nueva persecución a los cristianos.
Dinastía Antonina (96-193)
Entre los reyes de Roma antigua se encuentran los miembros de esta dinastía, la más longeva de todo el imperio. Esta época imperial fue llamada por el historiador Edward Gibbon como «la época más feliz de la historia de la humanidad», donde se llevó a cabo la concreción de la expansión del Imperio y la eficacia de su ejército.
Nerva (96 – 98)
Fue un senador de aclamada reputación durante los reinados de Nerón, Vespasiano, Tito y Domiciano, por lo que, al momento de tomar el poder, contaba con 66 años.
Trajano (98 – 117)
Fue uno de los emperadores romanos españoles, ya que nació en Itálica. Sucedió al trono a su padre adoptivo Nerva, con una regencia donde conquistó Armenia, Asiria, Mesopotamia, Dacia y Arabia.
Adriano (117 – 138)
Otro emperador español, fue educado por su predecesor. Fue uno de los mejores emperadores romanos: reorganizó la administración imperial, protegió las artes y las letras, reforzó las defensas del Imperio para protegerlo de amenazas exteriores y reprimió rebeliones de su interior.
Antonino Pío (138 – 161)
Fue protegido de Adriano, hecho que le valió su llegada al trono. Fue miembro de una prestigiosa familia senatorial, sirviendo previamente como procónsul de Asia y cónsul de Adriano. Fue un administrador eficiente y concedió el derecho al voto a los libertos.
Lucio Vero (161 – 169)
Fue hijo adoptivo de Antonino Pío y asociado al Imperio por Marco Aurelio. Como coemperador, participó en las guerras del Danubio, suscitada por la invasión de marcoromanos y germanos. En dicho conflicto, Lucio contrajo unos extraños síntomas que le llevaron a la muerte.
Marco Aurelio (161 – 180)
Fue uno de los gobernantes romanos famosos, escritor de la obra de inspiración estoica llamada Pensamientos, hecho que le valió el alias de Emperador Filósofo.
Avidio Casio (175)
Pretendió el trono después de una sublevación contra Marco Aurelio, llegando a gobernar en Egipto y Siria por sus acciones.
Cómodo (180 – 192)
Sigue este listado de emperadores romanos con uno de los más crueles. Reinó en una primera fase conjuntamente junto a su padre Marco Aurelio, y en una segunda etapa, cuyas decisiones derivaron en una profunda crisis imperial que trajo como consecuencia guerra civil.
Año de los cinco emperadores (193)
Luego del asesinato de Cómodo, en 193 surgieron cinco pretendientes al trono imperial, los cuales fueron:
Pértinax (192 – 193)
Fue prefecto de Roma y sucesor de Cómodo, solo duró tres meses en el gobierno, ya que fue asesinado por parte de las tropas pretorianas.
Didio Juliano (193)
El mismo día de la muerte de Pértinax, Didio superó al suegro del fallecido, Tito Flavio Sulpiciano, al comprar la lealtad de los soldados de la Guardia pretoriana y así ser proclamado emperador por el Senado. Terminaría decapitado en junio de 193 a manos de Septimio Severo.
Pescenio Níger (193)
Fue gobernador de Asia Menor, cuyo liderazgo de sus tropas permitió que fuera reconocido como emperador en Egipto, Siria y Asia.
Clodio Albino (193)
Otro pretendiente del poder imperial fue éste, gobernador de Britania y secundado por sus soldados.
Dinastía Severa (193-235)
Sigue esta lista de emperadores romanos la última dinastía del Principado romano, comenzando con el reinado de Septimio Severo, que logró aplacar las intenciones de los ya mencionados pretendientes al trono.
Septimio Severo (193 – 211)
Fue el fundador de esta dinastía, llegó al trono después de consolidar su poder decapitando a Didio Juliano, enfrentarse a Pescenio Níger y venciendo a Clodio Albino, antiguo protector de Severo.
Fue popular entre la sociedad, ya que restableció la moral romana y limitó la corrupción. Murió en 211 en la actual York.
Caracalla (211 – 217)
Hijo de Septimio Severo, promovió el derecho de ciudadanía a todos los habitantes del Imperio. Se caracterizó por su personalidad amable y respetuosa, llegando incluso a simpatizar con los legionarios que lo acompañaron en Germania. Fue admirador de Alejandro Magno, tomando algunas acciones de su ídolo.
A pesar de su prestigio, fue asesinado después de una conspiración orquestada por su propio ejército.
Macrino (217 – 218)
Principal conspirador del asesinato de Caracalla, fue el prefecto pretoriano que ocupó el trono, promoviendo la paz con los persas en una acción que fue catalogada denigrante por los romanos. Fue ejecutado después de una derrota sufrida en batalla.
Heliogábalo (218- 222)
Su reinado fue muy peculiar por las excentricidades que se le adjudican, llegando incluso a señalarlo de transexual. Murió asesinado por los pretorianos por causas de sus excesos.
Alejandro Severo (222 – 235)
Primo de Heliogábalo, ascendió al trono con sólo trece años, por lo que su regencia fue manejada en gran medida por su madre Julia Mamea y su abuela Julia Mesa. Por causa de una ofensa hecha a sus enemigos germanos, fue asesinado en medio de un motín propiciado por sus propios soldados.
Anarquía militar (235-268)
Esta etapa se caracterizó por ser el inicio del llamado Bajo Imperio, donde se reformó el Estado de forma autocrática y consolidada hacia el Oriente, después de los dominios y victorias militares obtenidas en los años previos. También se denominó crisis del siglo III.
Maximino el Tracio (235 – 238)
De origen humilde, este soldado romano alcanzó el trono en medio de la campaña militar emprendida por Alejandro Severo sobre Germania, la cual culminó de forma exitosa.
Gordiano y Gordiano II (238)
Otrora procónsul de Alejandro Severo, el anciano Gordiano fue proclamado emperador por clamor popular, compartiendo el poder con su hijo Gordiano II por solo 36 días, cuando el octogenario se suicidó.
Pupieno y Balbino (238)
Ambos alcanzaron el trono después de ser proclamados por el Senado que se oponía a la autoridad de Maximinio el Tracio.
Gordiano III (238 – 244)
Fue nieto de Gordiano, con orígenes adinerados. Alcanzó el trono con sólo 13 años, en un ambiente donde Maximino fue declarado enemigo público por parte del Senado. Se dice que fue asesinado en las acciones bélicas de Misiche, actual Irak, a manos de Filipo.
Filipo el Árabe (244 – 249)
Líder pretoriano que quedó a cargo del trono después de la extraña muerte de Gordiano III. Luchó contra la invasión germana y goda sobre la frontera del Danubio. Perdió la vida en los combates de Verona.
Decio (249 – 251)
Gobernador de la provincia del Veusbio en tiempos de Filipo el Árabe, fue reconocido emperador por el Senado posterior a la muerte de su predecesor. Persiguió a los cristianos y murió en una batalla donde enfrentó a los bárbaros.
Hostiliano (251)
Hijo de Decio, sólo gobernó por cuatro meses, ya que sucumbió a una epidemia de peste.
Treboniano Galo (251 – 253)
Otrora cónsul y gobernador de la provincia de Moesia, gozó de tal prestigio en el ejército que, a la muerte de Hostiliano, fue proclamado emperador conjuntamente con su hijo Volusiano. Propició el encarcelamiento del papa Cornelio y fue asesinado junto a su vástago por parte de sus propias tropas.
Emiliano (253)
Proclamado emperador por parte de las legiones reconociendo su labor previa como gobernador de Moesia y Panonia. Fue el autor intelectual del asesinato de Galo y Volusiano, y un soldado leal a ambas víctimas, Valeriano, movió sus tropas hacia la Roma ocupada por Emiliano, quien fue asesinado por sus tropas en medio de dicha empresa.
Valeriano I (253 – 260)
Antiguo comandante de las fronteras del Rin, luchó por contener la crisis entre occidente y oriente gestada por fuerzas enemigas. En esa etapa, prohibió el culto cristiano y ordenó la muerte de obispos y otros miembros del clero.
Galieno junto a Salonino (253 – 268)
Salonino gobernó con su padre Galieno, quien le encargó la defensa de la frontera del Rin, fracasando en su labor. Ambos no pudieron contener la profunda crisis que se avecinaba, por lo que sucumbieron a la división imperial.
Emperadores ilirios (268-285)
Fue la época donde gobernantes romanos de origen danubiano e ilírico tomaron el poder después de la reunificación imperial, logrando así intentar restablecer la armonía. Estos emperadores romanos fueron:
Claudio II el Gótico (268 – 270)
Quintilo (270)
Aureliano (270 – 275)
Tácito (275 – 276)
Floriano (276)
Probo (276 – 282)
Caro (282 – 283)
Carino (283 – 285)
Tetrarquía (285-324)
En este periodo histórico del Imperio romano, se estableció el poder regido por cuatro titulares, denominado Tetrarquía, sin que esa acción provocara división territorial. En esta era gobernaron:
Diocleciano (285 – 305)
Nacido en Dalmacia, fue el emperador romano que instituyó la tetrarquía. Fue perseguidor de los cristianos y se vio obligado a abdicar en 305 a favor de Constantino.
Constantino I (305 – 306)
El general romano apodado El Grande, fue el principal impulsor del Imperio Romano de Oriente, que tuvo a la anterior Bizancio, llamada ahora Constantinopla, como capital. Promulgó el Edicto de Milán, el cual toleró el cristianismo en Roma, logró vencer a otro emperador romano, Majencio, en 312.
Galerio (305 – 311)
Como yerno de Diocleciano, accedió al poder bajo el título de Valerio Maximiano Galerio y, al igual que su suegro, promovió la persecución cristiana.
Severo II (305 – 307)
Llevó a cabo la invasión a Italia a fin de luchar contra los usurpadores, siendo derrotado y asesinado por sus enemigos.
Majencio (306 – 312)
Yerno de Galerio, gobernó junto a su padre Maximiano después de asegurar el trono del norte de Italia, vacío por el asesinato de Severo II. Sufrió la derrota de manos de Constantino El Grande.
Licinio (308 – 324)
Catalogado como un fuerte rival de Constantino El Grande, se hizo del dominio oriental, a la par que su némesis tomaba posiciones en occidente. Terminó derrotado por el líder bizantino.
Maximino Daya (310 – 317)
Tuvo origen campesino, escalando posiciones dentro de la carrera militar. Fue adoptado por Galerio, logrando controlar los territorios regidos por dicho emperador. Fue vencido por Constantino I.
Dinastía Constantiniana (337-364)
A partir de 337, comienza el periodo caracterizado con uno de los famosos nombres romanos de hombre, como lo fue el de Constantino, título en homenaje al emperador romano apodado El Grande.
Constantino II, Constancio II y Constante (337 – 340)
Fueron hijos de Constantino, emperador romano apodado El Grande. Gobernaron el imperio conjuntamente hasta 351, cuando Constantino II tomó la autoridad de forma solitaria. Su reinado favoreció a los cristianos.
Vetranión (350)
Oficial romano que fue proclamado emperador por pedido de Constantina, hermana de Constante, cuando éste fue asesinado por Magnencio. Su rol fue el de intentar proteger a la familia Constantina del usurpador.
Juliano el Apóstata (360 – 363)
Accedió al trono por ser declarado césar en tiempos de Constancio II. Su apodo se debió a su paganismo y a su tarea impidiendo la expansión cristiana. Murió durante la campaña persa.
Joviano (363 – 364)
Posterior al fallecimiento de Juliano, Joviano tomó lugar como emperador tras su proclamación por el ejército. Fue obligado a capitular con los persas, renunciando a buena parte del territorio conquistado en el siglo II.
Dinastía Valentiniana (364-392)
Fue la casa regente de gobernadores romanos fundada por Valentiniano I y manejada por cuatro emperadores, quienes tomaron el poder de Occidente entre 364 y 392, y el de Oriente entre 364 y 378.
Valentiniano I y Valente (364 – 378)
Estos hermanos gobernaron de manera conjunta los imperios de Occidente y Oriente, respectivamente. Valentiniano tomó el poder por su prestigio dentro del estado mayor del ejército.
Graciano (375- 383)
Hijo de Valentiniano I. Sucedió a su padre en el dominio imperial y sus descendientes formaron parte de la nobleza de Constantinopla.
Valentiniano II (375 – 392)
Otro hijo de Valentiniano I, que gobernó el imperio de forma conjunta con su hermano Graciano.
Máximo Claudio (383 – 388)
Otro de los emperadores romanos españoles, logrando reinar tanto en Galia como en Hispania. Fue vencido por Teodosio I y murió asesinado, hecho que dio fin a la dinastía Valentiniana.
Dinastía Teodosiana (392-455)
Linaje iniciado por el yerno de Valentiniano I, Teodosio I, que regía la parte oriental del imperio para 379. La muerte de Valentiniano II aseguró el poder en Teodosio, dando comienzo así a la dinastía de los siguientes gobernadores romanos:
Teodosio I (392 – 395)
Nacido en Coca, en la hoy Segovia, España. Defensor del cristianismo, venció a los bárbaros en diferentes ocasiones y dividió el Imperio entre sus hijos Arcadio y Honorio.
Honorio y Arcadio (393 – 395)
Honorio destacó por ser el primer emperador romano de Occidente, después de la división imperial llevada a cabo por su padre Teodosio I. Por su parte, Arcadio hizo lo propio en la parte oriental.
Constantino III (407 – 411)
General romano que dominó el imperio por sus exitosas campañas conteniendo el avance enemigo. Es protagonista de una reconocida leyenda galesa que le adjudica el trono de Britania.
Constante II (410 – 411)
Fue coemperador e hijo del usurpador Constantino III.
Prisco Átalo (409 – 410)
Apoyado por los visigodos, usurpó el trono imperial, aunque solo gobernó por dos meses.
Constancio III (421)
En un intento de mantener la unidad territorial, este general tomó poder brevemente con Honorio, quien ya había ejercido ese rol anteriormente.
Juan (423 – 425)
Fue el administrador del imperio en su periodo interregno, luego del fallecimiento de Honorio.
Valentiniano III (425 – 455)
Hijo de Teodosio I y Gala Placidia, descendiente de la casa de Teodosio. Confrontó al usurpador Juan al que venció, en una etapa de decadencia del imperio occidental.
Imperio de Occidente (455-476)
Ya que Valentiniano III murió sin dejar descendencia, el trono imperial estuvo ocupado por varios personajes provenientes de las filas del ejército romano y de la corte de Constantinopla, mediante consensos determinados para intentar frenar el avance de los bárbaros, que ya se hacía inminente.
Petronio Máximo (455)
Fue usurpador del trono, accediendo a él en 455 al casarse con la viuda de Valentiniano III.
Eparquio Avito (455 – 456)
Senador galorromano enviado por Petronio Máximo a buscar apoyo en los visigodos para mitigar la expansión germánica y de otros bárbaros.
Mayoriano (457 – 461)
Le tocó administrar por consenso el período de interregno en el que se llevó a cabo la negociación entre la corte de Constantinopla y los ejércitos romanos.
Libio Severo (461 – 465)
Fue proclamado como sucesor del comandante del ejército italiano Ricimero, pero dicha decisión no fue aceptada por el resto de las tropas ni por el imperio de Oriente, por lo que su poder estuvo limitado y, finalmente, fue asesinado.
Procopio Antemio (467 – 472)
Impuesto por el gobierno de Constantinopla luego del asesinato de Libio Severo.
Los siguientes cuatro gobernadores romanos no pertenecieron a ninguna dinastía, por lo que dirigieron los vestigios del imperio desde Italia durante la expansión de los reinos bárbaros:
Olibrio (472)
Emparentado por matrimonio al linaje teodosiano, fue cónsul en Constantinopla y tomó poder, aunque solo se mantuvo por meses, ya que murió por causas naturales.
Glicerio (473 – 474)
Otro de los nombres de emperador romano con G fue el de Glicerio, uno de los gobernadores con poder limitado en la península italiana.
Julio Nepote (474 – 475)
Ante la amenazadora avanzada de los bárbaros sobre el Imperio occidental, fue nombrado emperador por León I, regente oriental, por estar casado con su sobrina y como reconocimiento a sus acciones militares. Gobernó en un reducido territorio hasta su derrocamiento por parte de Rómulo Augústulo y su asesinato hecho por sus soldados.
Rómulo Augústulo (475 – 476)
Es considerado el último emperador de Roma, destronado por Odoacro, jefe de los hérulos que invadieron el Imperio para apoderarse de su capital.
Aunque muchos tengan la creencia de que todos los emperadores romanos alcanzaron el poder de forma legítima, se pudo ver en esta lista que algunos césares de Roma llegaron a ser la primera autoridad imperial por confrontaciones internas, usurpación, asesinato o derrocamiento de sus predecesores. Sea cual sea la forma como ascendieron al trono, los césares romanos tuvieron que enfrentar numerosas dificultades en su camino por mantener el dominio político, económico, social, militar y territorial del imperio, el cual logró mantenerse por más de quinientos años, perdurando a través de la historia y los destacados aportes de esa civilización, que aún se hacen presentes en tiempos actuales.