Antes de lanzar un producto dentro del mercado competitivo es necesario conocer cada una de las características que lo hacen atractivo al público y qué tipo de necesidad va a satisfacer, todo esto puede verse reflejado a través de la concepción de un mercado meta. Definir un mercado objetivo es una práctica con la que se puede tener una imagen mucho más clara de hacia dónde resulta conveniente proyectar el producto, así se puede garantizar un cierto margen de rentabilidad para la empresa que lo fabrica.
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¿Qué es el mercado meta?
Una de las realidades más crueles dentro del marketing, es que resulta imposible que una empresa sea capaz de fabricar un producto que se ajuste a los requerimientos y las necesidades de cualquier tipo de público. Y es justo en este principio en donde se puede apreciar la vital que resulta contar con un mercado meta.
La forma más simple de explicar qué es mercado meta, es percibirlo como el segmento del mercado en donde el producto tiene mayores posibilidades de resultar tan atractivo para el público.
Es decir, que el mercado meta de un producto no es más que el lugar en donde resulta más conveniente lanzar un producto, teniendo en consideración algunos de los aspectos más elementales del mismo como su imagen y la necesidad que se puede satisfacer al adquirirlo.
Mercado objetivo y el mundo del marketing
El mercado objetivo es un concepto tan antiguo como la propia idea de comercializar productos. Pues si tenemos en consideración la definición de producto, la finalidad del mismo es la de darle solución a las necesidades del público.
Lanzar un producto al mercado es una acción que involucra una inversión considerable por parte de la empresa o emprendedor que lo elabora, por lo tanto, es crucial hacer un estudio bien detallado del bien o servicio a ofertar y entender qué escenario le resultaría el más favorable. Es decir, no sería exagerado considerar que establecer un mercado meta es un proceso esencial para que un producto sea capaz de alcanzar el éxito.
Las principales características del mercado meta
Si bien la propia definiendo el mercado meta no es muy complicada de entender. Pero, como suele pasar con la mayoría de las cosas asociadas al marketing, definir un mercado objetivo es un proceso que se empieza a volver más complicado a medida que empezamos a estudiar escenarios más realistas.
A pesar de que pudiésemos visualizar a un consumidor meta como un individuo que cubre con el perfil del público para el cual ha sido diseñado un determinado bien o servicio, jamás hay que olvidar que ya existen productos similares dentro del mercado actual.
Y aunque parezca irónico, una de las principales funciones de establecer un mercado objetivo para una empresa es el de brindar una perspectiva mucho más amplia de la situación actual del mercado. Obviamente, todo esto mediante un estudio detallado y un seguimiento constante de los patrones de comportamiento de los clientes meta.
En lo que se refiere a las características del mercado meta como una herramienta dentro del marketing, tenemos que este tipo de procedimientos resultan de mucha utilidad para ampliar el panorama en aspectos tan cruciales como pueden ser:
Concepción del producto
Para establecer un segmento meta dentro del mercado, lo primero que se debe hacer es tener una percepción clara de las cualidades que posee el producto y cómo las mismas pueden ser de utilidad para ayudarlo a distinguirse de la competencia.
Sin importar que tan grande sea la oferta de productos que exista, siempre existirán consumidores con requerimientos más específicos que aún no han sido atendidos correctamente. Un mercado meta permite analizar dicha situación con mayor precisión y comprender cómo hacer que el producto sea capaz de captar la atención de un público meta.
Uso eficiente de los recursos disponibles
Tener un mercado objetivo bien definido es sinónimo de tener un plan de acción enfocado en los objetivos realistas de la empresa, y esto es algo muy positivo cuando se habla del uso eficiente de los recursos con los que cuenta la empresa.
Al saber de antemano cuál es el mercado meta para un bien o servicio, se puede establecer una estructura de costos estimados para tener una idea más amplia de la rentabilidad y los gastos que representará cada una de las etapas que forman parte del ciclo de vida del producto.
Evolución de la marca
La selección del mercado meta también es un procedimiento valioso para deducir como la influencia de los productos en este escenario influye sobre la imagen y evolución de la marca.
En términos de marketing, el valor de una marca dentro del mercado competitivo está determinado por la opinión del público con respecto a los productos que esta ofrece. Teniendo en cuenta este principio, resulta mucho más fácil entender por qué seleccionar un mercado objetivo para un bien o servicio es un proceso que involucra tanto tiempo, esfuerzo e inversión por parte de la empresa que lo fabrica.
Adquisición de datos
Una parte crucial del mercadeo, involucra la adquisición de datos e información que le permitan a la empresa ir entendiendo mejor los patrones de comportamiento de los consumidores. Y ciertamente, esa es una de las particularidades que hace del mercado meta una herramienta indispensable dentro de la planificación de una empresa.
Cuando conocemos bien las cualidades y características de un producto, resulta mucho más sencillo conocer cuál es el segmento dentro del mercado competitivo en donde las mismas pueden convertirse en argumentos bastante convincentes para los futuros compradores.
Capacidad de adaptabilidad del producto
En la mayoría de ejemplos de mercado meta, resulta bastante evidente que la adaptabilidad de un producto es un factor de gran peso cuando se habla del éxito del mismo en un mercado competitivo.
Dicha realidad, hace que el definir un mercado objetivo resulte un proceso mucho más complejo. Pues no solo se estudia la situación actual, sino que también se investiga a profundidad de qué forma el producto puede ser renovado para cumplir con las exigencias y requerimientos del público.
Tipos de mercado objetivo
Cuando una empresa se da a la tarea de esbozar el perfil del mercado meta para su producto, es crucial que la misma esté plenamente consciente de todos los elementos que pueden influir sobre el crecimiento del producto.
Es aquí donde se empieza a hablar sobre los tipos de mercado meta y cómo identificar qué es público meta. Un factor clave que permite darle una forma mucho más definida al mercado objetivo donde se procederán a ofertar los bienes y servicios que elabora la empresa.
Al diseñar un producto para satisfacer una necesidad, siempre hay que tener en cuenta que cada una de sus características que cumplen una función establecida y ayudan a brindarle una experiencia única al usuario. En sí, este principio representa también el primer paso dentro de la construcción de un mercado meta.
Si tenemos en cuenta el propio significado de mercado meta, encontraremos que para poder establecer un escenario ideal para el producto es prioritario tener en consideración algunos elementos externos. Entre los más comunes dentro de un mercado meta, encontramos:
Geográfico
La geografía es uno de los criterios para definir un segmento meta más críticos dentro de un mercado meta. Pues en ella se pueden ver reflejado como aspectos como el clima y las características de la región influyen sobre estilo de vida que llevan las personas y en sus decisiones a la hora de adquirir bienes y servicios.
Demográfico
Dentro de un mercado meta, la demografía representan todas aquellas características más específicas un consumidor como individuo y que permiten establecer algunos aspectos comunes dentro de la audiencia meta.
Psicográfica
La psicología de los posibles consumidores es otro elemento decisivo dentro de un mercado de meta. Es justo en este punto en donde los sistemas de recompensa para clientes y las sensaciones asociadas al producto empiezan a cobrar mayor importancia dentro del proceso requerido para garantizar el crecimiento, influencia y la permanencia de una marca dentro del mercado competitivo.
Conductual
Cuando se habla elementos conductuales dentro de un mercado meta, se refiere al peso que tienen las experiencias personales de cada individuo con el producto y cómo esto puede llegar a condicionar ciertas reacciones hacia la marca que lo representa.
Pasos cruciales para definir un mercado meta
Establecer las bases y características para definir un mercado objetivo para un determinado producto es una tarea que requiere de un estudio bastante minucioso por parte de la empresa. Sin embargo, la identificación del mercado meta es un procedimiento cuya complejidad radica en identificar las cualidades distintivas producto y entender cómo sacarles el máximo provecho a las mismas.
Jamás debemos perder de vista que un mercado objetivo no es más que solo un segmento, el cual presenta todas las características necesarias para que el producto pueda convertirse en un artículo atractivo para el público.
Pero, aunque la idea de definir un mercado meta de una empresa consiste en un escenario positivo para la comercialización del producto, nunca hay que olvidar que el mercado es un espacio que presenta cambios de forma repentina y de forma violenta. Por lo tanto, el buscar un mercado objetivo para un producto va mucho más allá de únicamente encontrar un segmento en donde el público meta presente necesidades que pueden ser solucionadas a través de la adquisición del bien o servicio que la empresa ofrece.
La propia definición de mercado meta en marketing describe un procedimiento en donde la recolección y análisis continuo de los datos es un aspecto crucial para tener una imagen más concreta de cómo el producto es capaz de desenvolverse dentro del mercado competitivo. Por lo tanto, para definir un mercado objetivo hace falta:
1. Estudiar el mercado
La recolección de datos y el análisis minucioso de los fenómenos que pueden influir sobre el comportamiento de los consumidores son dos procesos que están sumamente relacionados con el marketing como especialidad, sobre todo cuando se trata de un proceso tan delicado como es describir el mercado meta para un producto.
Para hacer un buen análisis del mercado meta para un bien o servicio, lo primero que se debe es conocer las condiciones reales de dicho segmento. Por lo tanto, si se desea conocer las posibilidades de éxito de un producto dentro en su mercado objetivo; es fundamental conocer los requerimientos y exigencias básicas de los consumidores que encajan con las características del cliente meta de una empresa.
2. Definir las características del producto
Un punto crucial dentro del concepto de mercado meta, consiste en conocer a la perfección cada uno de los atributos que hacen a un producto único dentro del mercado. Saber qué es lo qué se le ofrece a los clientes y qué es aquello que lo hace atractivo para ellos es muy valioso para diseñar un buen plan de marketing.
Definir el mercado objetivo de un producto, es una tarea que consiste en descubrir ese segmento del mercado competitivo en donde las condiciones son las más favorables para los bienes y servicios que fabrica la empresa. Todo esto teniendo en cuenta cuál es la finalidad del producto y qué cualidades que lo hacen único en comparación con los que ofrece la competencia.
3. Establecer un grupo de testing
Si bien conocer las condiciones del mercado y cuáles son las ventajas que posee el producto dentro de su mercado objetivo, nunca es recomendable introducir un bien o servicio dentro del mercado competitivo sin antes conocer cuáles son las posibles reacciones que pudiese tener el público.
Y es justo en este punto en donde resultar conveniente contar con el apoyo de un grupo meta en marketing; cuya función es la de interactuar con el producto dentro de un medio ambiente controlado. Dicho grupo está conformado por individuos cuyo perfil encaja bien con las características que describen al consumidor meta.
4. Analizar los datos del primer estudio
Las pruebas preliminares de un producto y las reacciones que el mismo genera en un grupo de individuos que cumplan con las características que se acoplan bien a la definición de cliente meta, representa un paso sumamente importante para la introducción de bienes y servicios al mercado competitivo. Ya que dentro de esta etapa preliminar, es posible obtener datos muy relevantes sobre aspectos tan cruciales como son las particularidades del producto y la reacción que las mismas pueden llegar a producir en el público.
Una cosa es deducir cuál segmento podría ser un posible mercado objetivo para el producto que elabora la empresa y otra cosa muy distinta, es tener datos que indiquen cuál es la reacción del público al bien o servicio ofertado. En pocas palabras, presentar el producto a un grupo de testing es una oportunidad de corroborar las hipótesis del los fabricantes, a través de datos obtenidos en un escenario diseñado para emular las condiciones reales que existen dentro del segmento meta.
5. Reajustar el producto
Sin importar que tan ingenioso pueda parecer en teoría un producto, es necesario estar consientes que en ocasiones hace falta realizar algunos cambios puntuales al mismo para hacerlo más atractivo dentro del mercado.
Y es aquí, en donde los datos obtenidos de la inducción preliminar del producto a un grupo de testeo representando por individuos que encajan con el tipo de público que formar parte del mercado objetivo empieza a convertirse en una herramienta bastante útil para la compañía.
6. Inducción de la marca al mercado competitivo
Una vez hechos los ajustes necesarios al producto basados en los resultados obtenidos del grupo de testing, finalmente es el momento de introducir el producto a su mercado meta.
A pesar de que el grupo de prueba está diseñado para replicar las condiciones más similares al mercado objetivo de un producto, dentro del segmento real del mercado existen toda una serie de elementos que pueden llegar a estimular cierto tipo de reacciones que no fueron manifestadas durante la prueba preliminar. Por lo tanto, resulta inevitable que el producto tenga que ser introducido en el mercado objetivo para tener la posibilidad de obtener datos mucho más apegados de la realidad.
7. Realizar un seguimiento constante del producto
Muchas personas podrían llegar a pensar que una vez el producto es presentado dentro del mercado meta, ya lo único que resta es observar cuál es la reacción del público ante el bien o servicio ofertado por la empresa y cómo este se ve reflejado en la demanda del público. Sin embargo, una vez ya el producto es lanzado al mercado competitivo, esto marca el inicio de un nuevo ciclo de estudios.
Dentro del mercado objetivo para un producto ocurren toda una serie de fenómenos que pueden llegar a influir sobre las decisiones de los clientes, trayendo consigo toda una serie de condiciones y requerimientos nuevos que probablemente no fueron tomados en cuenta durante la inducción preliminar.
Por este mismo motivo, la mayoría de los expertos coinciden en que la inducción de un bien o servicio a un mercado objetivo representa el desarrollo de una fase preliminar en donde la empresa procede a adquirir información que permitan comprender la situación real del producto dentro en un entorno real y de qué forma las características ejercen su influencia sobre las decisiones de compra del público en general.
Establecer y definir las características más resaltantes de un mercado objetivo, es solamente una parte más dentro de todos los procesos que forman parte del ciclo de vida de un producto. Pero como hemos visto a lo largo de este artículo, el mercado objetivo es una muestra de lo minucioso y realmente complejo que puede resultar la tarea de encontrar un segmento dentro del mercado competitivo en donde los bienes o servicios ofertados por la empresa realmente cuenten con las características necesarias para ajustarse a la demanda del público.