El budismo, religión surgida entre los siglos VI y V a.C., hoy se consolida como la cuarta creencia con mayor número de devotos en el mundo, y a lo largo de su desarrollo en el tiempo, ha dejado un importante legado, sobre todo dentro de la filosofía, historia, cultura y arte del subcontinente indio. Concretamente, el arte budista emergió luego de la muerte del fundador de dicha filosofía, Siddhartha Gautama o Buda, siendo la manifestación artística más antigua de la India, logrando extenderse hacia otras regiones como el este de Asia. En este artículo encontrarás todo lo referente a la evolución del arte de estilo budista, a través de aspectos como su definición, desarrollo histórico, características, técnicas y algunos ejemplos de dicho arte mostrados en diferentes obras.
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Todo sobre el arte budista
Para dar comienzo a este interesante tema, detallaremos algunas de las particularidades relacionadas con la definición del estilo budista, el desarrollo histórico del arte budista en India y en otras regiones de Asia y la relevancia que ha tenido este arte antiguo en el aspecto cultural y religioso del subcontinente indio y de gran parte del territorio asiático, como muestra de la huella que ha dejado dicho arte fuera de las fronteras de su lugar de origen.
¿De qué se trata el estilo budista en el arte?
La definición de arte budista hace referencia al conjunto de manifestaciones creativas que guardan relación con diversos elementos característicos de la cultura budista en su forma más pura o también por el contacto que este tipo de arte ha tenido con otras tradiciones y costumbres fuera de India, lo que ha permitido la evolución, difusión y adaptación del estilo de Buda en varias partes del mundo.
Cabe destacar que este estilo no solo se ha dedicado a desarrollar y plasmar de forma estética la iconografía de Buda Gautama, fundador del budismo, sino también a representar artísticamente toda clase de símbolos, objetos, figuras y lugares considerados sagrados dentro de esta religión y filosofía india.
Breve historia del arte budista
Antes de ahondar en detalle en los aspectos más relevantes del origen y desarrollo del estilo budista dentro del arte, primero es fundamental hacer un conciso repaso por la historia del budismo. Dicha religión tuvo su origen en India entre los siglos VI y V a.C., siguiendo los preceptos espirituales, filosóficos y morales establecidos por su líder y fundador Siddhartha Gautama, para luego ser difundida en otros lugares como las actuales China, Sri Lanka, Grecia o Tailandia.
Origen y desarrollo del arte budista
Paralelo a la difusión y consolidación del budismo como doctrina espiritual y filosófica, comenzaron a aparecer las primeras manifestaciones artísticas bajo las técnicas budistas, contribuyendo así a la propagación de símbolos ligados con dicha religión. De acuerdo a los estudios históricos relacionados con este arte, el desarrollo del mismo presenta dos etapas principales:
Hinayana
Esta primera fase, llamada también pre-icónica, se prolongó hasta el siglo III a.C., es decir, muchos años después de la muerte de Buda, y se caracterizó por representar a dicho líder a través de figuras y símbolos, no de forma directa. La idea de este periodo era narrar artísticamente los acontecimientos más relevantes de la vida y enseñanzas del fundador del budismo, los cuales formaron parte del ornamento de monumentos sagrados o stupas, así como también de otros recintos erigidos en lugares considerados sagrados para la cultura budista.
En estos monumentos, creados para contener reliquias, se pueden ver los primeros vestigios de la escultura de arte budista, como el ya mencionado relieve narrativo. Por otra parte, se toma en cuenta en esta etapa pre-icónica la producción de objetos asociados con la práctica budista, como campanas, vajras, vasos kalashas, baldaquines chnattra y otros elementos esenciales para la práctica de rituales.
La razón por la que no se recurría a la representación directa de Buda dentro de esta primera etapa artística estuvo ligada con una de las enseñanzas de este líder, el cual rechazaba y condenaba representaciones de su figura tras la extinción de su cuerpo.
Mahayana
Producto del paso del tiempo y el contacto de India con otras culturas, el arte budista sufrió una serie de transformaciones englobadas en esta segunda etapa, llamada también icónica, donde, a partir del siglo I d.C. ya las imágenes del budismo comenzaban a orientarse a la representación antropomórfica de Buda.
Según los hallazgos y estudios arqueológicos, este cambio vivido dentro del estilo budista de esta etapa tuvo influencia directa de la introducción de la cultura helenística luego de las conquistas de Alejandro Magno en el año 332 a.C., logrando afianzarse posteriormente durante la formación del Imperio Maurya de manos de Ashoka, el cual precisamente se convirtió al budismo y aprovecho su liderazgo para la propagación y difusión de dicha religión en todo el territorio imperial.
De esta época destacan los descubrimientos artísticos encontrados tanto en Gandhara (actual Pakistán) y Mathurā (norte de India), que se ha determinado, fueron los dos principales centros de creación y producción de obras y otros elementos artísticos de ese tiempo.
En este tiempo, la imagen budista desde el punto de vista estético pretende mostrar a Buda como una figura divina pero a la vez humana, convirtiéndose así en referente para la iconografía desarrollada en las artes subsecuentes. Por tanto, resalta de esta época el diseño de Buda creado bajo una noción artística idealista y realista. Las manifestaciones más representativas de este periodo son las esculturas con claras referencias griegas, específicamente expresadas en figuras humanas grandes con detalles como cabello ondulado, zapatos, sandalias, adornos y otros elementos que recuerdan al arte escultórico helenístico.
Expansión del arte budista fuera de India
Por medio del intercambio generado a través de la Ruta de la Seda, se logró la difusión del budismo más allá de las fronteras de India durante el siglo I d.C., llegando a lugares como China, Corea y Japón bajo el auspicia de la dinastía Ming. Por otro lado, entre los siglos II y XI se afianzaron derivaciones del arte greco-budista proveniente de Gandhara, como fue notable, por ejemplo, en la actual Sinkiang, donde el arte de Serindia resultó de la conjunción de las culturas indias, romanas y griegas.
El arte budista siguió llegando a otros sitios del norte como Afganistán, Tíbet, Bután, Vietnam y, hacia el sur, hacia localidades como Indonesia, Camboya, Tailandia y Birmania. Así, las diferentes ramificaciones del arte de estilo budista fueron surgiendo en estos territorios hasta el siglo X, cuando perdió fuerza ante la propagación y resurgimiento del hinduismo y el islam.
Importancia del arte budista dentro de la cultura y religión oriental
El arte budista, a medida que se fue desarrollando, sirvió como vehículo efectivo para la difusión de esta creencia en territorios fuera de las fronteras indias, siendo utilizado incluso para conciliaciones diplomáticas y políticas entre reinos e imperios, tal y como pasó con la llegada del arte de estilo budista en Japón durante el periodo Asuka, donde tuvo tal influencia que impactó en el acontecer político de dicho imperio.
Así como en el caso japonés, muchas otras culturas fueron moldeadas y adoptadas siguiendo la doctrina budista, resaltando en muchos casos el sincretismo entre el arte oriental y occidental. Aunque prácticamente desapareció en su país de origen, India, lo cierto es que el arte budista ha logrado prevalecer hasta nuestros días gracias a la concreción e intercambio cultural y religioso con otras creencias orientales.
Adicionalmente, la utilización de símbolos y objetos derivados del estilo budista es bastante demandada en la actualidad, como el caso de los cuadros de mandalas (concebidos dentro del arte budista tibetano), empleados como técnica artística de relajación tanto de niños como de adultos, ofreciendo así el fortalecimiento de la creatividad, una sensación de serenidad y bienestar y la gestión mental en situaciones de estrés y ansiedad. Este y muchos otros elementos forman parte de la denominada pintura del arte budista contemporáneo, donde se han empleado de forma efectiva la simbología derivada del budismo puro, de acuerdo con los planteamiento de la nombrada doctrina filosófica.
Principales características del arte budista
Como toda expresión y manifestación artística, el estilo budista presenta ciertos aspectos que lo caracterizan, sobre todo por su vínculo perenne con esta creencia milenaria. Entre los rasgos que permiten identificar al arte budista se encuentran:
Simbolismo en el arte budista primitivo
En los primeros años de desarrollo del arte budista, se emplearon diversas formas y símbolos de forma estética para hacer llegar los preceptos de dicha religión a la población. Por tanto, se emplearon figuras geométricas, animales, árboles y diversos elementos arquitectónicos presentes tanto en monumentos como en templos sagrados.
Humanización de Buda
Ya para la segunda etapa de este estilo, el dibujo realista de Buda se plasmó no para representarlo de forma humana y naturalista, sino para invitar a los creyentes a descubrir el estado de conciencia que este líder espiritual descubrió y quiso compartir al mundo. Lo curioso de estas representaciones es que, si bien cualquier dibujo o escultura del fundador del budismo muestra detalles expresivos en su rostro, dichas expresiones artísticas no eran más que simbolismos de elementos intangibles predicados dentro de dicha religión.
Transmisor de armonía y paz
Apreciar los distintos productos del arte budista es transportarse a un estado de serenidad, tranquilidad, trascendencia armónica y paz, por lo cual fue y es fundamental este recurso visual para reforzar estos impulsos propuestos por el budismo.
Sincretismo con otras culturas
Surgido en una época convulsa con cambios en el ámbito religioso, cultural y social en Oriente, el arte budista supo combinarse con otras culturas dentro y fuera de India, lo cual garantizó su predominio hasta el siglo X, cuando finalmente fue desplazado por el hinduismo y el islam. Sin embargo, quedan remanentes de este arte milenaria en países asiáticos.
Principios del arte budista
Tanto el budismo como el estilo artístico orientado a esta creencia oriental se basan en una serie de principios que han logrado mantenerse a lo largo de la historia. Entre ellos destacan:
Estilo no teísta
Siguiendo la doctrina filosófica budista que deja de lado el planteamiento de la existencia de un dios o ser trascendental, el arte budista recurre a los simbolismos para representar las enseñanzas de Buda en busca de la contemplación y el ascetismo individual.
Espacio para la difusión de símbolos religiosos
Por medio del arte budista, se presentan elementos que forman parte de la enseñanza de esta creencia, tales como:
- La rueda del Drama o dharma chakra, como símbolo del Noble Camino Óctuple que Buda presentó a sus discípulos.
- El nudo sin fin o srivatsa, como representación de la eterna sabiduría del líder de la religión.
- La flor de loto, la cual representa la pureza sobre todas las adversidades cotidianas.
- El árbol de Bodhi, árbol donde según la creencia, Buda se sentaba a meditar.
Algunos ejemplos y manifestaciones de arte budista
Detallados todos los aspectos relacionados por esta magnífica expresión artística legendaria, es momento de presentar algunas muestras del estilo budista que se hallan en diversas partes del mundo.
Escultura de Buda, Museo Sarnath
Localizada en el museo arqueológico más antiguo de la India, se trata de una de las tantas esculturas de Buda. Ésta en particular data del siglo V, y muestra al líder espiritual sentado con las piernas cruzadas en posición de loto, con un halo en su cabeza y con una expresión que hace referencia a una meditación profunda.
Mandala butanés
Como buen ejemplo de la expansión del arte budista en el continente asiático, presentamos esta colorida pintura de Buda desarrollada de acuerdo al estilo butanés, la cual data del siglo XIX.
Jardín tailandés
Dentro del diseño de estilo budista desarrollado en Tailandia se encuentran los jardines decorados con budas que llaman a la serenidad, plenitud, armonía y tranquilidad. Las esculturas varían de acuerdo a tamaño, estilo y posición de la figura.
Buda Tejaprabhā y los cinco planetas
Producto de la popularidad que tuvo el budismo en China, se produjo una amplia gama de obras dentro del dibujo budista, por solo nombrar la riqueza artística que tiene este país en cuanto a estilo budista se refiere. Una manifestación de dicho país es este dibujo del budismo desarrollado durante la dinastía Tang, cuya capital, Chang’an fue, entre los siglos IV y XI, un núcleo importante para la expansión del budismo en Asia.
A pesar de los múltiples factores que surgieron paralelo al desarrollo del arte budista, esta manifestación logró prevalecer en muchos de los países donde se adoptó esta religión y doctrina. Por otro lado, el estilo budista no es algo exclusivo de Oriente, ya que en tiempos contemporáneos se ha acogido en diversas naciones occidentales, ya sea producto de la migración de personas provenientes del subcontinente indio y de Asia o, por otra parte, la aceptación de los preceptos y principios del budismo por parte de artistas que comulgan esta creencia. Así que ya tienes los conocimientos necesarios para alcanzar la elevación espiritual budista que puedes agregar estéticamente a través de, por ejemplo, un mural zen realizado en casa.
Hola. Solo para agradecer el magnífico artículo. Soy monje budista y estaba buscando información para una clase que tengo que dar y me has ayudado mucho. Gracias, gracias
Muchísimas gracias por la receptividad de este artículo, encantada de saber que ha sido de total provecho para la clase a impartir.