Al investigar qué fue la Gran Depresión, nos topamos que se trató de un acontecimiento histórico ocurrido el 29 de octubre de 1929, cuando la Bolsa de Valores de Nueva York sufrió un considerable desplome que hizo efecto negativo en toda la economía mundial, generándose a partir de ese Martes Negro una grave crisis financiera que se extendió por toda la década de los treinta. Las consecuencias de la crisis de 1929 estuvieron reflejadas en varios países por mucho tiempo, sumiendo al mundo en un considerable colapso económico que se manifestó también en el ámbito político, social y hasta cultural. Aprovecharemos este artículo para detallar las principales consecuencias de la Gran Depresión, uno de los más trascendentes procesos de la historia contemporánea.
Consecuencias del consumismo:
Los principales problemas de nuestros hábitos de consumo actual
Consecuencias políticas
La depresión económica de 1929 dejó enormes secuelas no solo en Estados Unidos, donde se originó este crac, sino en todos aquellos países que, en ese entonces, eran gobernados bajo sistemas democráticos liberales, los cuales fueron puestos en duda ante esta profunda crisis.
Hagamos un repaso para saber cuáles fueron las consecuencias de la Gran Depresión en el ámbito económico:
1. Promoción del New Deal estadounidense
El recién electo presidente norteamericano Franklin Delano Roosevelt impulsó, para 1933, un conjunto de medidas y acciones que buscaban subsanar los problemas de la crisis económica. Estas políticas fueron enmarcadas en el llamado New Deal o “Nuevo Trato”, el cual contemplaba la administración de obras públicas, la creación de un programa de seguridad social, la ley de regulación agrícola y la instauración de una comisión nacional encargada de supervisar el mercado de valores.
2. Cuestionamiento hacia las democracias liberales
La poca actuación de los gobiernos de tendencia liberal para paliar los efectos de la grave crisis económica fue puesta en duda de forma contundente desde diversas perspectivas ideológicas y políticas, quienes se inclinaban a recomendar que se llevara una intervención económica por parte del Estado para apaciguar la situación.
3. Aparición y/o afianzamiento de regímenes totalitarios en Europa
La Gran Depresión llegó al continente europeo al tiempo que los bancos estadounidenses dejaron de prestar ayuda financiera a varios gobiernos de la región, capital que era destinado principalmente para mantener equilibrada la producción industrial. Esta medida adversa llevó a que muchas empresas mermaran su trabajo o cerraran, desplomándose así la economía de muchos de estos países.
Este contexto hizo dudar a la población en cuanto a la fe que se le tenía a la democracia, situación que fue aprovechada para que cobraran fuerza las tendencias extremistas como el fascismo italiano o el nazismo alemán, en un intento por dar soluciones a corto plazo a esta gran problemática.
Consecuencias económicas
La crisis mundial de 1929 acarreó severos daños en la economía de diversos países que sufrieron pérdidas millonarias por las acciones desmesuradas de Wall Street, que se vieron reflejadas en el aumento del desempleo, pérdida del poder adquisitivo y quiebra de cientos de instituciones bancarias, entre otras manifestaciones.
Detallemos aquí algunas de las consecuencias de la crisis económica de 1929:
4. Quiebra de cientos de bancos
La falta de pago de miles de personas que suscribieron créditos, así como también el masivo retiro de ahorros que se generó en medio del convulso entorno que se dio en ese entonces, llevó a que muchas instituciones bancarias, desde las locales hasta las más grandes filiales internacionales, quebraran de forma abrupta.
5. Reducción del consumo de bienes industrializados
El poder adquisitivo disminuyó, y con él, el consumo de diversos bienes producidos por la industria. Esto generó una precipitada caída de los precios y un sinfín de dificultades en el ámbito económico y social.
6. Disminución de la producción industrial
En vista de la falta de demanda de consumo de bienes industrializados, muchas empresas se vieron obligadas a reducir su producción o a cerrar, tal y como se pudo evidenciar en los países desarrollados.
Por otra parte, el comercio internacional se vio afectado dada la reducción de las exportaciones, lo que llevó además a repercutir de forma negativa en la economía de los países productores de materias primas.
Consecuencias sociales
La depresión económica mundial de 1929 tuvo trascendencia en el aspecto social, ya que afectó prácticamente a todos los sectores de la sociedad, provocando altos niveles de desigualdad y desequilibrio en todo el globo, sobre todo en una época donde la población había logrado alcanzar cierta estabilidad después de finalizada la Primera Guerra Mundial.
¿Quieres saber a profundidad qué consecuencias sociales tuvo la Gran Depresión? Echa un vistazo a los siguientes datos:
7. Aumento de las tasas de desempleo y pobreza
Ante el masivo cierre de empresas, se dio un alarmante aumento del desempleo a nivel mundial. Por ejemplo, para 1933, Estados Unidos tuvo una tasa del 25%, cifras que se replicaron en muchos otros países.
De igual manera, en las industrias que lograron permanecer abiertas pero que se vieron obligadas a disminuir su producción a la mitad, sus empleados no quedaron exentos de la grave crisis, por lo que sus salarios se redujeron considerablemente. Sumado a esto, la tasa de desigualdad aumentó desmedidamente, repercutiendo no solo en las clases bajas, sino también en algunos sectores de la clase media que se sumaron a la pobreza.
Consecuencias culturales
La cultura y el arte del siglo XX no estuvieron distantes de las causas de la crisis de 1929 y sus consecuencias, por lo que se emplearon estas disciplinas como plataforma de comunicación del difícil acontecer político, económico y social que se estaba viviendo en esa época.
Analicemos las consecuencias de la crisis de 1929 en Estados Unidos desde el punto de vista cultural:
8. Auge de la radio
Ya que escuchar la radio era el pasamiento más barato de la época, se convirtió en la principal actividad de entretenimiento de los hogares estadounidenses. De forma paradójica, en medio de la Gran Depresión se vivió la Edad de Oro de la Radio, donde más del 60% de las familias norteamericanas contaban con un aparato receptor de radio, fuera comprado o construido de forma rudimentaria.
Las cadenas de radio más célebre de ese periodo histórico eran la Columbia Broadcasting System (CBS) y la National Broadcasting Corporation (NBC).
9. Arte pictórico como reflejo social
La pintura se convirtió en una de las disciplinas artísticas más requeridas para representar el contexto social que se estaba viviendo en todo el mundo. Así, este arte se hizo reconocido entre la cultura popular estadounidense, a través de un importante colectivo de artistas que se dieron a la tarea de realizar obras de arte donde se reflejaban los sentimientos y emociones propios de una crisis de ese tipo.
El cuadro más famoso de esta época es el American Gothic de Grant Wood, que en 1930 pintó a una pareja de granjeros originarios de una zona rural de Iowa.
10. Redefinición de la identidad cultural de muchos países del mundo
Los diferentes ámbitos artísticos y culturales se sumaron para llevar a cabo la reorientación o definición de identidad en aquellos países donde se vivió la inmigración, las dificultades sociales y la incertidumbre a nivel económico a raíz de la crisis de 1929. Por tanto, la música, las artes visuales y otras disciplinas abordaron temas como la protesta social, el populismo y el trabajo como símbolo de los efectos causados por la Gran Depresión, identidad que pronto caló como un estilo de vida a nivel mundial.
A través de este resumen donde se describieron las principales consecuencias de la Gran Depresión, se puede determinar que este proceso histórico afectó prácticamente todos los ámbitos de la sociedad por casi una década, siendo a finales de los años treinta donde se dio un lento proceso de recuperación por parte de las principales economías mundiales. Asimismo, muchos historiadores han afirmado que las consecuencias de la crisis de 1929 se pueden ver como una causa indirecta de lo que, tiempo después, provocó la Segunda Guerra Mundial, en medio de un ambiente donde el protagonismo político (sobre todo en Europa) estuvo liderado por figuras totalitaristas que obtuvieron poder al sumar adeptos que buscaban paliar los efectos de esta grave depresión económica, una de las más grandes del siglo XX.
