El hecho de que sea un país pequeño no significa que no tenga muchos atractivos que ofrecer. Ubicado en los Pirineos, entre España y Francia, el Principado de Andorra es un destino turístico cuyos paisajes, que abarcan un 90% de su territorio, con montañas de más de 2500 metros, lagos y parques naturales, lograrán sorprender a cualquiera, sin importar la época que sea.
Es el destino perfecto para quienes buscan relajarse en los balnearios o comprando; para los aventureros que les gusta practicar senderismo, alpinismo, escalada, esquí, tabla, arnés y barranquismo; para los amantes de la naturaleza y para los amantes de la historia, quienes podrán visitar las iglesias románicas y los pueblitos medievales.
La manera más fácil de llegar a Andorra es aterrizando en Barcelona y luego coger un autobús o alquilar un coche. El trayecto dura tres horas. En cuanto al hospedaje, lo más recomendable es alquilar alguno de los apartamentos en Andorra disponibles para el turismo, como los de Apartamentos 3000, que ofrecen paquetes de alojamiento con hasta un 50% de descuento.
Una vez allí, hay innumerables planes que resultan inolvidables para cualquiera. A continuación destacamos siete cosas que hacer para enamorarse del principado desde el primer momento.
1. Visitar el románico de Andorra
En Andorra se sitúan 44 iglesias románicas, construidas entre finales del siglo VIII y el XIII, con campanarios de forma de planta cuadrada, con piedra de pizarra, algunas tallas en madera y murales medievales. Las más destacadas son: Sant Climent de Pal, Sant Romà en Les Bons, Santa Coloma en Andorra la Vella, San Martí de La Cortinada, entre otras.
2. Pasear por Andorra la Vella
La capital se ubica a 1000 metros de altura, cubierta de macizos y con un casco histórico lleno de edificios de piedra como la Casa de la Vall —creada a finales del siglo XVI y que fungió como sede del Consejo General del Principado—, la iglesia de San Esteve que data del siglo XII, la Casa Felipó y la de Guillermó.
3. Turismo por los pueblos
Cada uno de los pueblos de Andorra tienen un encanto único. Por ejemplo: Pal, un poblado asentado sobre la ladera con edificios románicos; el pintoresco Les Bons que alberga al templo de Sant Romà; Ordino popular por sus pistas de esquí y Llorts donde se localiza el río Valira del Norte y sale la excursión hacia la ruta del hierro.
4. Lagos de Tristaina
El recorrido por la ruta circular de 4,4 kilómetros dura tres horas de media, comenzando en el aparcamiento del restaurante La Coma, junto a la estación de esquí Ordina Arcalís. Está señalizado con líneas amarillas, se alcanza una altura máxima de 2300 metros, llegando al lago de Més Amunt, que está rodeado por montañas, entre ellas, el pico Tristaina, de 2878 metros.
5. Parque de atracciones de Naturlandia
Situado en el municipio de Sant Julià de Lòria, con más de 800 hectáreas de bosque, se divide en dos partes, una de 1600m que tiene la mayoría de las atracciones y otra de 2000 que tiene el Tobotronc, un tobogán alpino de más de 5km de longitud y un desnivel de 400m, siendo así el más largo del mundo y el Airtrekk, una estructura de madera con más de 13m de altura con una tirolina de 180m.
6. Mirador Roc del Quer
Desde allí se observan las vistas panorámicas más alucinantes de los Pirineos, con una pasarela de 20m de largo, 12 de ellos sobre el valle del Canillo y con zonas de suelo transparente.
7. Santuario de Meritxell
Ostenta el título de Basílica Menor y es parte de la Ruta Mariana. Fue reconstruido por el arquitecto Ricardo Bofill, luego de un incendio en 1972 quemó el santuario y la antigua talla de la Virgen de Meritxell.
Las visitas fugaces a Andorra en busca de tabaco, chocolates, azúcar o alcohol quedaron en el pasado, hay un sinfín de planes que pueden organizarse para cualquier momento del año.