A medida que las personas van pasando por las distintas etapas del desarrollo humano, su estilo de vida va cambiando significativamente, es decir, de la niñez a la adultez varía la percepción del entorno, la socialización, búsqueda del ocio, la dieta, entre otros. Estos factores van mutando mientras los individuos adoptan distintas formas de vida y, al mismo tiempo, estos cambios impactan directamente, de forma positiva o negativa, en la salud de la mente y el cuerpo.
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¿Qué son los estilos de vida?
El estilo de vida es la forma de vivir de una persona. Cada concepto está ligado a características físicas, psicosociales y económicas, a los valores, los intereses, el pensamiento y los comportamientos de un individuo, grupo o comunidad que existe en un país determinado, con una cultura y conceptos religiosos establecidos.
En todo el mundo existen varios tipos de estilos de vida (fit, sedentario, vegano, despreocupado…) algunos son saludables otros no lo son tanto. A pesar de que forman parte de una sociedad, algunas personas deciden ir contra la corriente con respecto a la forma de vivir que se considera “correcta” y tienen su propia definición de una “manera de vivir bien”.
En contraste, otras prefieren tener estilos de vida aleatorios o mantenerse a raya con lo que consideran una buena forma de vivir.
El concepto de estilo de vida saludable está estrechamente relacionado con la esperanza de vida. De hecho, los expertos de la salud sostienen que, lo que es estilo de vida en sí, tiene que ver con los tipos de comportamiento tanto los que contribuirán al bienestar físico, mental y social, como los que juegan en contra.
Componentes que determinan los estilos de vida
Los estilos de vida están determinados por varias características que influyen significativamente en la adopción de las diferentes formas de vivir. Estos son los componentes básicos:
1. Características individuales
Las características individuales son atributos inherentes de cada persona. Por ejemplo, las variables demográficas (género, estrato social, educación…), la salud física y mental (condiciones de salud general y subjetiva factores psicológicos y emocionales…), cada uno de estos atributos está relacionado con las rutinas de vida de los individuos y, por supuesto, varía dependiendo de un país o región.
En este sentido, las características individuales delimitan los estilos de vida porque cada persona, según su cultura y demografía, tiene una forma distinta de pensar, posee un concepto diferente sobre la salud, la alimentación y el cuidado del cuerpo y la mente en general.
2. El entorno impacta en las formas de vida
El entorno influye en la forma en que las personas se comportan e impacta en la toma de decisiones. Por ejemplo, los individuos constantemente están en la búsqueda experimentar situaciones familiares y cómodas para, posteriormente, hacerlas un hábito de vida.
Esto aplica tanto para los hábitos buenos, como para los malos. No obstante, es posible modificarlo y salir de esa “comodidad” y orientar los pensamientos hacia caminos que puedan beneficiar el ámbito emocional, financiero y social.
El entorno (ordenado, caótico, pacífico, estresante…) puede exponer a las personas a situaciones y contextos que provocan comportamientos que pueden ayudar o pueden generar daños en su forma de vivir.
3. Factores macrosociales
Los factores macrosociales de un país tienen importante impacto sobre la población y sus estilos de vida. Esto se conecta con la cultura, los medios de comunicación, los sociopolíticos y las prácticas económicas, factores que influyen en el pensamiento y en la salud de las personas
Por ejemplo, un país con un sistema de salud pobre y con escasas políticas sociales orientadas al bienestar social, podría tener una predominancia de ciudadanos con formas de vivir basadas en el sedentarismo y, lo más probable, es que exista una brecha amplia en la estratificación de la sociedad en la que los menos beneficiados son los que llevan una vida poco saludable.
4. Medio físico
La salud y el bienestar está unido al medio físico porque los humanos siempre están en contacto con la naturaleza. Por ejemplo, la contaminación ambiental puede generar problemas de salud como enfermedades respiratorias, es por ello que en algunos países, más que en otros, los casos de asma, rinitis o cáncer pulmonar son más comunes.
Contar con áreas verdes en zonas urbanas se relaciona con mayor bienestar y una mayor actividad física. Los países que cuentan con ciudades más verdes tendrán poblaciones con estilos de vida más sanos y con mayor actividad física.
En este sentido, el medio físico influye directamente en la selección de estilos de vida, porque pueden motivar o desmotivar.
Tomando como ejemplo los casos anteriores, una persona preferiría ejercitarse en el exterior, en un área que cuente con zonas verdes, muchos árboles y aire limpio, que hacer ejercicios en una ciudad muy soleada, calurosa y con el aire contaminado por el monóxido de carbono de los coches.
La relación que existe entre la salud, el estilo y calidad de vida de las personas
Existe una fuerte relación entre los estilos de vida y la salud de las personas, puesto que los comportamientos, positivos o negativos, de cada individuo se conectan con el bienestar físico y mental e impacta directamente en la calidad de vida. A continuación, se mencionan los beneficios de llevar una forma de vida saludable y las consecuencias de mantener hábitos perjudiciales.
Beneficios de los estilos de vida saludables
Uno de los principales beneficios de tener una forma de vida saludable es sentirse mejor en el ámbito físico y psicológico. Si una persona se ejercita constantemente, puede elevar su estado de ánimo y sentirse mejor, puesto que el cuerpo empieza a generar endorfinas y libera el estrés.
Llevar una alimentación balanceada implica consumir menos comida chatarra y bebidas azucaradas, lo que se traduce en una pérdida de peso más rápida. Además, ahorrar dinero también puede ser un beneficio en este caso.
Un estilo de vida sin tabaquismo, alcohol o el abuso de sustancias psicoactivas, ayuda a las personas a sentirse mejor y se reducen los riesgos de sufrir enfermedades mentales y del corazón.
Consecuencias de los hábitos perjudiciales
La salud general de una persona se ve afectada cuando su vida está plagada de hábitos poco saludables. Las complicaciones pueden ser tanto mentales como físicas, por ejemplo:
- Enfermedades cardíacas
- Accidentes cerebrovasculares
- Obesidad y problemas respiratorios
- Mala higiene bucal y corporal
La depresión también está relacionada con el hecho de tener hábitos nocivos para la salud. El consumo excesivo de alcohol y el abuso de drogas se relaciona con un estado de ánimo depresivo que puede intensificarse con el paso del tiempo si la persona no toma conciencia de su bienestar físico y emocional.
Las personas con hábitos de vida perjudiciales también suelen tener una percepción negativa de su entorno y de las personas que la rodean. Esto puede dificultar entablar relaciones amistosas, amorosas e incluso disminuye las posibilidades de conseguir un empleo. La negatividad genera baja autoestima y problemas de confianza.
Estilo de vida saludable: definición
La Organización Mundial de la Salud sostiene que los estilos de vida saludables están enmarcados en “la interacción entre las condiciones de vida” y las conductas individuales.
En esta sección se presentan seis estilos de vida saludables anclados a las indicaciones de cómo vivir, según la OMS, para gozar de una buena salud.
1. Alimentación balanceada
La nutrición tiene un gran impacto en el cuerpo y la mente. Las personas deben enfocarse en consumir alimentos que proporcionen energía, proteínas, vitaminas y minerales que beneficien el desarrollo de los músculos y refuercen el sistema inmunológico. Los tipos de estilo de vida libre de grasas y azúcares refinados alargan el tiempo de vida.
2. Ejercitarse
El ejercicio se trata de mantener el cuerpo en movimiento, no es necesario alzar pesas o hacer actividades de gran esfuerzo. Cuando las personas se ejercitan, caminan, trotan o practican yoga, mejora el flujo sanguíneo y su cuerpo se mantiene saludable.
3. Higiene del sueño
Dormir al menos ocho horas es recomendable para que la mente y el cuerpo se mantengan sanos. Es necesario que las personas lleven el control de sus ciclos de sueño, saber a qué hora se despiertan y se acuestan, pues de esta manera podrán crear una rutina que les permita sentirse descansados y con energía.
4. Mantener el estrés en bajos niveles
El estrés puede afectar negativamente la salud de las personas, no solo a nivel físico (dolores de cabeza, dolor en la espalda, estreñimiento…), sino también mental (insomnio, ansiedad, sobrepensamiento…), es por ello que mantener el estrés en un nivel mínimo puede ser beneficioso.
5. Cuidar la salud mental
Atender la salud mental con la ayuda de un especialista se posiciona como uno de los grandes beneficios de tener una vida saludable, puesto que las personas pueden aprender a comunicarse mejor, a potenciar sus habilidades interpersonales y, al mismo tiempo, tendrán herramientas para dejar atrás comportamientos y hábitos contraproducentes para su bienestar.
6. Diversión
La diversión también es una forma de vida, ejemplos como salir a bailar, a ver una película al cine, tener una cita con amigos, caminar por el parque, son acciones que moldean el concepto de divertirse, de pasarla bien y sentirse a gusto, e por ello que es un factor imperativo para mantener una vida saludable. La diversión permite conectar con los demás, reír y olvidarse de la rutina del día a día.
¿Cuáles son los estilos de vida perjudiciales?
El significado de hábitos perjudiciales está anclado a aquellas acciones y comportamientos que atentan contra la salud de una persona. A continuación, se enumeran seis formas de vida que se consideran nocivas para el bienestar de un individuo.
1. No hacer suficiente ejercicio
¿Qué es una forma de existencia perjudicial? La falta de ejercicio es una forma de vida que perjudica la salud en general. Conlleva a enfermedades cardíacas, al aumento de la presión arterial y a la obesidad.
No mantener una vida activa aumenta las posibilidades de desarrollar demencia, Alzheimer, diabetes tipo 2 y algunos tipos de cáncer como, por ejemplo, el cáncer de mama y de colon.
2. Comer comida chatarra
Cuando se habla de las formas de vivir de personas que no llevan una vida saludable, generalmente se hace énfasis en el consumo de comida chatarra, porque los hábitos alimenticios se basan en dietas con alto contenido de sodio y grasa.
El consumo de pizzas, hamburguesas y otras comidas rápidas, puede generar obesidad, fatiga, problemas de memoria, complicaciones digestivas y hasta depresión.
3. No dormir lo suficiente
Dormir poco genera problemas en el corazón, obesidad, causa estrés y aumenta la posibilidad de sufrir depresión y ansiedad. Asimismo, no tener una buena higiene del sueño se traduce en problemas de concentración, poca capacidad para recordar eventos recientes, y hace que las personas se vuelvan más irritables y malhumoradas.
4. Fumar
Cuando las personas fuman están privando a su corazón y sangre de recibir oxígeno, además, potencian el crecimiento de placa en las arterias, lo que podría conducir a la aparición de coágulos de sangre que, paulatinamente, irán bloqueando las arterias hasta causar un ataque al corazón o un derrame cerebral.
5. Beber demasiado alcohol
Si una persona cae en el alcoholismo, el corazón y el hígado pueden sufrir daños irreparables que pueden terminar su vida. Su consumo excesivo provoca mayor riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular o un infarto.
6. Aislarse
En lo que respecta a bienestar y estilo de vida, los expertos certifican que la compañía juega un papel sumamente importante, puesto que los seres humanos son criaturas hipersociales, es por ello que no conectar con otras personas, con amigos o con familiares hace que los individuos se hundan en la tristeza y negatividad.
De acuerdo a varios estudios, aislarse genera problemas cognitivos, depresión, sensación de soledad y ataques cardíacos.
¿Cuáles son los factores controlables que más impactan en las formas de vida de las personas?
¿Qué significa vivir de modo saludable? La respuesta a este interrogante se responde a continuación, en donde se definen los factores que tienen peso sobre lo que son los estilos de vida de una persona.
La influencia del ejercicio
Vivir de una forma saludable o perjudicial se relaciona con un factor crucial en la vida de las personas: el ejercicio. Hay una diferencia abismal entre la salud de las personas que se mantienen activas y la salud de las personas que llevan una vida sedentaria, puesto que son más los beneficios que se obtienen al integrar el ejercicio a la rutina de vida.
La alimentación
La alimentación balanceada es casi un sinónimo de la palabra saludable si de llevar una vida sana se trata. Alimentarse bien hace que las personas tengan una esperanza de vida más amplia, que se sientan mejor y más felices, beneficia el fortalecimiento de músculos y huesos y, además, le aporta al cuerpo todos los micro y macronutrientes necesarios para gozar de una buena salud.
El consumo de tabaco
Cualquier definición de manera de vivir saludablemente incluye en las recomendaciones evitar el consumo de tabaco.
Consumir tabaco, en cualquiera de sus presentaciones, acorta la esperanza de vida, deteriora la salud de los dientes y de los pulmones y, además, hace que las personas tengan más riesgos de sufrir enfermedades del corazón.
Dejar de fumar, sin lugar a dudas, hará que las personas respiren mejor y que sus pulmones funcionen con normalidad.
El círculo social
Las amistades y el cariño de los seres queridos forman parte de vivir una vida saludable. Mantener vivo el círculo social hace que las personas se sientan más contentas y dispuestas a hacer alguna actividad que les saque de la rutina diaria, además, conectar con las personas se relaciona con una mejoría de la salud física y emocional.
¿Cómo reprogramar un estilo de vida?
No es difícil hacer cambios en las formas de vida, con querer intentarlo es suficiente. A continuación, se presentan una serie de pasos que podrán ayudar a las personas con hábitos perjudiciales a lograr una transición efectiva hacia una vida más saludable.
1. Evaluar el estado actual
La importancia del modo de existir radica en el hecho de que este impacta directamente en la salud y en la calidad de vida. Por este motivo cabe preguntarse si la situación en la que se encuentra es realmente en lugar en el que desea estar.
Partiendo de ese punto, se recomienda que las personas se dediquen a ver el panorama completo y, poco a poco, ir anotando los cambios que necesita hacer.
2. Considerar cambios pequeños y asumibles
Ir desde lo micro a lo macro, puesto que los pasos pequeños son tan importantes como los que se van a dar más adelante. Se recomienda empezar, por ejemplo, con un cambio en las horas de sueño, luego pasar con el ejercicio y la alimentación. De esta forma, progresivamente, los cambios se irán integrando hasta establecer un ritmo de vida más sano.
3. Enfrentar las excusas
Si en el camino aparece el desánimo, no hay de qué preocuparse, simplemente se deben dejar de lado las excusas. Por ejemplo, si una persona desea empezar a hacer dieta y ejercicios, pero considera que no tiene dinero suficiente para dar esos pasos, puede optar por el lado gratuito:
- Salir a caminar es gratis
- YouTube cuenta con buenos tutoriales que pueden servir de ayuda
- Existen aplicaciones móviles gratuitas con entrenamiento personalizado
4. Ser constante
A medida que se van dando los cambios no se debe olvidar felicitarse por los cambios hechos y por los avances. Después, lo que resta es ser constante.
Cuando las personas notan que lo que entendemos por vivir saludable tiene conceptos muy diferentes, se comprende que los procesos no son lineales ni perfectos, lo que importa es llegar al objetivo deseado.
El concepto de un estilo de existencia saludable o “estilo de vida saludable” no es el mismo para todos, en ninguna parte del mundo y eso sucede porque cuando se habla de lo que significa tener un estilo de vida saludable hay que considerar muchos factores, como la cultura del país, el estatus económico, la educación, el género, la política y la religión. Las formas de vida también varían a medida que las personas crecen y, si bien se suelen adoptar malos hábitos en el camino, no es imposible avanzar hacia un futuro de bienestar para el cuerpo y la mente.