En 2023, la situación socioeconómica de España evidenció un preocupante aumento en la tasa AROPE, (At risk of poverty and/or exclusion) alcanzando el 26,5%, medio punto porcentual más que el año anterior. Este indicador refleja la proporción de la población en riesgo de pobreza o exclusión social, destacando una tendencia negativa en el bienestar de ciertos sectores de la sociedad.
A esto se suma el notable incremento en la “carencia material y social severa”, que se situó en el 9%, el porcentaje más alto registrado desde 2015. Estos datos, proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) a través de su Encuesta de Condiciones de Vida, señalan una profundización de las dificultades económicas entre la población española.
La encuesta del INE muestra resultados mixtos en los componentes de la tasa AROPE. Por un lado, se observó una ligera mejora en el riesgo de pobreza relativa, que disminuyó del 20,4% al 20,2%, y en la baja intensidad de empleo, que pasó del 8,7% al 8,4%.
Estos cambios sugieren ciertas mejoras en la distribución de ingresos y en la calidad del empleo. Sin embargo, el aumento en el porcentaje de la población con carencia material y social severa del 7,7% al 9% pone de manifiesto que más individuos enfrentan dificultades para cubrir necesidades básicas, como alimentación adecuada, calefacción o vacaciones.
La encuesta reveló que un 9,3% de la población llega a fin de mes con “mucha dificultad”, evidenciando un empeoramiento respecto al año anterior.
Este refleja no solo la incapacidad de muchos hogares para gestionar sus finanzas mensuales, sino también la creciente presión económica sobre las familias.
La dificultad para afrontar gastos imprevistos, que afecta al 37,1% de los hogares, y la imposibilidad de permitirse unas vacaciones fuera de casa al menos una semana al año para el 33,1% de los hogares, son indicadores de la fragilidad económica que experimentan muchos ciudadanos.
Los adolescentes menores de 16 años forman parte del grupo más vulnerable, con un 34,3%, superando así el dato del año anterior.
La disparidad regional en las tasas AROPE es otra dimensión crítica de esta problemática. Andalucía, Canarias y Extremadura, con tasas significativamente superiores a la media nacional, enfrentan desafíos particulares. Por el contrario, el País Vasco y Navarra, con las tasas más bajas, muestran que es posible mitigar el riesgo de pobreza y exclusión social con políticas efectivas.
A pesar de esta tendencia negativa, el ingreso medio por persona experimentó un aumento hasta los 14.082 euros en 2023, lo que representa un 8,3% más que el año anterior.
