En un informe exhaustivo presentado a la Dirección General de Derechos de los Animales, la Real Sociedad Canina de España (RSCE) ha puesto de manifiesto una preocupante situación: el país se encuentra entre los que registran mayores niveles de abandono de perros en el continente europeo. Paralelamente, España también destaca por su bajo porcentaje de canes de raza en comparación con otras naciones.
El estudio “La cría en domicilio y los perros de raza como herramientas para una política de Bienestar Animal” revela una correlación significativa entre el número de perros de raza y las tasas de abandono. Los países con mayor proporción de ejemplares de raza, como Finlandia (61,35%), Suecia (59,03%), Noruega (58,63%), Irlanda (43,45%) y Dinamarca (34,97%), exhiben ratios más elevadas de bienestar animal y menor abandono.
España se sitúa en el puesto 20 de 26 países europeos en cuanto a porcentaje de perros de raza, con solo un 9,5%.
En contraste, España se sitúa en una posición desfavorable, con solo un 9,5% de perros de raza, muy por debajo de la media europea del 16,87% y del 20% en la Unión Europea. Esta cifra la ubica en el puesto 20 de 26 países analizados, superada únicamente por Hungría, Portugal, Polonia, Bulgaria, Rumania y Turquía, naciones que también presentan altas tasas de abandono según el informe.
La RSCE atribuye esta realidad a la gran labor desempeñada por los criadores responsables, una figura que prevé reforzar la Ley de Bienestar Animal. José Miguel Doval, presidente de la RSCE, ha subrayado la importancia de dar cobertura legal a los criadores en domicilio durante el desarrollo reglamentario de la ley, ya que «crían a pequeña escala y velando siempre por el bienestar del perro a lo largo de toda su vida».
Según Doval, apoyar a estos criadores sería una vía directa y económica para abordar «la gran lacra» del abandono de perros en España. La RSCE considera que los criadores son «los verdaderos garantes» del bienestar animal, tanto por su labor de asesoramiento a las familias como por su trabajo en la lucha contra el abandono.
La RSCE establece una ‘correlación directa’ entre el número de perros de raza y el abandono.
Estos profesionales desarrollan una trazabilidad de los animales de acuerdo con los estándares de la Federación Cinológica Internacional (FCI), la organización canina más importante a nivel mundial. De esta manera, consiguen conservar el rastro de los orígenes de los perros y garantizar que los cachorros estén debidamente identificados, lo que además de favorecer la predictibilidad de comportamiento y carácter, impide que sean abandonados con impunidad.
Además, los criadores inscriben automáticamente a los cachorros en un registro, como exige la Ley de Bienestar Animal, y a las camadas en los libros genealógicos de la RSCE. También implantan el ‘microchip’ a los perros y se encargan de una serie de actividades, pruebas y tests físicos y psíquicos que quedan recogidos en el historial de cada animal.