En un análisis exhaustivo llevado a cabo por investigadores de la Universidad Complutense de Madrid y el Instituto Tecnológico de Producto Infantil y Ocio (AIJU), se ha descubierto que los niños de entre 5 y 12 años prefieren dedicar su tiempo libre a actividades que no involucran el uso de pantallas.
La investigación, en la que participaron más de 1.800 niños y 110 docentes, reveló que el 78% de los menores prefiere estar con amigos, el 55% optar por ir al parque a jugar, el 50% practicar deporte y el 49% realizar manualidades.
Este estudio pone de manifiesto una creciente preocupación entre los educadores sobre el impacto que el uso excesivo de dispositivos digitales puede tener en el aprendizaje y el desarrollo de competencias básicas en los estudiantes.
De hecho, la mitad de los docentes encuestados señalaron que el tiempo dedicado a las pantallas en las escuelas está restando tiempo al juego, lo que, según su criterio, perjudica significativamente la adquisición de conocimientos y habilidades fundamentales.
La investigación refuerza la hipótesis planteada anteriormente por países como Suecia, donde se ha vinculado un retroceso en la comprensión lectora con el tipo de uso que se le da a los dispositivos digitales en los centros educativos.
Según los hallazgos, los dispositivos más utilizados por los docentes son la pizarra digital (84%), el ordenador portátil (66%), las tabletas (34%) y los teléfonos móviles (17%).
Preocupantemente, el 20% de los docentes manifestó utilizar la pizarra digital durante más de 3 horas, y el 13% informó un uso prolongado del ordenador portátil, superando así las recomendaciones pediátricas sobre el tiempo de exposición a las pantallas.
El estudio revela que la tendencia de uso de dispositivos digitales en el aula es pasiva, ya que el 70% de los docentes afirma utilizarlos de forma expositiva mediante la visualización de vídeos, mientras que solo el 21% asegura emplearlos con fines lúdicos.
Además, el 73% de los educadores manifestaron que su uso expone a los alumnos a diversos anuncios con contenidos inapropiados.
En cuanto a la sobreexposición a dispositivos digitales dentro y fuera del aula, el 80% de los docentes expresaron una preocupación significativa por los posibles riesgos asociados.
Asimismo, el 65% señaló que las familias están poco sensibilizadas con los peligros relacionados con el uso excesivo de estas tecnologías.
En lo que respecta al juego con dispositivos digitales, el estudio reveló una mayor confianza docente en su uso educativo en comparación con su uso recreativo para el desarrollo de las funciones ejecutivas.
Un 40% de los educadores desconfía de que el juego educativo con dispositivos digitales tenga efectos positivos en la memoria y la concentración.
En cuanto a las habilidades de planificación, organización, creatividad y resolución de problemas, se presentaron resultados con una mayor variedad de opiniones.
Sin embargo, la desconfianza aumentó en todas las áreas cuando se preguntó sobre el uso recreativo de los dispositivos digitales.
En contraposición, el 76% de los niños afirmaron ser más creativos, el 45% más organizados, el 55% mejores resolutores de problemas y el 58% tener mejor memoria cuando jugaban sin dispositivos digitales.
Respecto al desarrollo de competencias instrumentales, los docentes entrevistados no percibieron que el juego con dispositivos digitales, ya sea con fines educativos o recreativos, favoreciera el desarrollo psicomotor (68%), las habilidades lectoescritoras (50%) y la expresión oral (68%).
A pesar de ello, el 36% de los niños afirmaron usar dispositivos digitales en las asignaturas de Lengua Castellana y Literatura, y el 43% en Lengua Extranjera. Asimismo, el 46% de los menores indicaron preferir aprender a leer y a escribir a través de juegos sin dispositivos digitales.
En cuanto a la valoración de las actitudes de aprendizaje, si bien el 65% de los docentes valoraron el uso de dispositivos digitales como una herramienta clave para la motivación del aprendizaje, se reconoció que esa exposición sobreestimula bastante o mucho al alumnado (70% si el uso es recreativo y 41% si es educativo).
A su vez, el 53% de los docentes manifestaron que el uso meramente recreativo de los dispositivos digitales podría generar dificultades de aprendizaje. Por el contrario, el 55% de los niños sostuvieron sentirse más tranquilos cuando jugaban sin dispositivos digitales.
En relación con las habilidades socioemocionales, más del 50% del profesorado aseguró que el juego con dispositivos digitales, ya sea educativo o recreativo, promueve nada o poco la socialización, y el 75% desconfía de que fomente el desarrollo socioemocional infantil.
Por su parte, el 61% de los niños afirmaron ser capaces de empatizar bastante y mucho más cuando jugaban sin dispositivos digitales.
Además, los docentes indicaron que el uso recreativo de juegos con dispositivos digitales podría perjudicar la salud mental (47%), porcentaje que contrasta con el 46% que indica que su uso educativo no perjudica la salud mental.