El arte cuenta con movimientos que han influido enormemente en las diversas manifestaciones de esta disciplina, entre ellos el academicismo, que impactó favorablemente en las obras de arte de la pintura y la arquitectura del siglo XIX. Para saber más sobre el arte académico, lee el siguiente artículo, donde se muestra el recorrido histórico de las artes académicas, las obras más importantes de este estilo y los principales exponentes del modelo academicista.
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Iniciamos este recorrido por el arte académico con su definición, origen, desarrollo y corrientes artísticas relacionadas con la época del academicismo.
El academicismo es un estilo manifestado en obras de arte realizadas a partir de cánones y métodos determinados por una escuela de arte o academia (de ahí su nombre). Este movimiento establece normas formales dentro de la disciplina artística para hacerla más intelectual, en contraste con otros movimientos, en los que existe cierta libertad a la hora de crear las obras de arte.
Este estilo artístico surgió en Francia identificándose con las normas e instrucciones de la Academia de Bellas Artes de París, fundada en 1816. El modelo academicista buscó definir protocolos para la realización de las obras de arte, paradigma que se expandió a lo largo del siglo XIX hacia otras escuelas artísticas de Europa y América, que publicaron sus propios códigos estéticos.
Esta idea surgió para satisfacer el gusto de la clase burguesa, que se encontraba entre el neoclasicismo y el romanticismo imperante en las obras de ese entonces. Otro aspecto importante es que la pintura académica busca alejarse del realismo, que hasta ese momento había mostrado a la realidad en sus representaciones más desagradables, artísticamente hablando.
El contexto en el que se desarrolló este modelo se denomina época academicista o neoclásica; aunque esta última corriente tiene ciertas diferencias con el academicismo, siguió usándose este nombre para designar al arte de esta época en vía hacia la modernidad.
Los movimientos y corrientes que influyeron en la consolidación del academicismo como modelo artístico fueron:
Tomando en cuenta el predominio de estos estilos en Francia, surge el modelo academicista para desechar aquella noción fundamentada en inspiraciones etéreas.
Como todo estilo, el arte académico posee ciertas particularidades que permiten su identificación y diferenciación entre otras corrientes artísticas. Las principales características del arte académico son:
Dentro de las características del academicismo en la arquitectura y la pintura, la estética está basada de acuerdo a cánones establecidos por una escuela de arte, buscando jugar con la didáctica de estas normas.
Más que buscar la exaltación individual del artist couture o artista académico, este modelo valoraba la calidad técnica de las obras de arte, llevando así al perfeccionismo manifestado en las mismas.
Muchas de las pinturas academicistas representaron importantes acontecimientos históricos, sobre todo de Francia, Roma, Grecia o pasajes bíblicos.
Para desprenderse de la noción intangible y abstracta del arte, creada por corrientes predecesoras, el arte académico se definió como una disciplina intelectual y, por tanto, en un área racional.
Contrario a la práctica realista, donde se simplificaba las formas, el academicismo mostraba las verdades eternas, idealizando así las representaciones artísticas manifestabas bajo este modelo.
Predominaba el perfeccionamiento y control técnico de ambos aspectos, en contraste con otras corrientes, donde no se consideraba importante la línea y el color en los cuadros.
Al restringir la libertad en la realización de obras de arte, el academicismo se encargó de regular la actuación de los artistas que siguieron las normas establecidas por las diversas escuelas de arte, desarrollándose así la falta de originalidad en las representaciones artísticas.
Relacionado con la regulación a partir de normas dictadas por las academias, era cotidiana la utilización de patrones en las obras de arte del academicismo.
A continuación, encontrarás los principales exponentes del arte académico tanto en la pintura como en la arquitectura, dos de las más importantes disciplinas donde se manifestó claramente esta tendencia.
La pintura academicista fue la que presentó mayor número de representantes en su contexto, sobre todo en Francia, donde se desplegó ampliamente esta corriente artística. Los más importantes pintores del academicismo son:
Considerado el precursor del academicismo francés (1825 – 1905), fue discípulo de François Édouard Picot. Para 1876 fue miembro de la Academia de Bellas Artes francesa y el primer presidente del departamento de pintura de la Sociedad de Artistas Franceses. Destacó por su perfeccionismo, haciéndolo uno de los pintores más solicitados por la clase adinerada y burguesa de su época.
De sus obras más notables, sobresale Dante y Virgilio en el infierno (1850), su cuadro más famoso, El nacimiento de Venus (1879), La pastora (1889)y El primer beso (1890).
Fue un destacado pintor (1823 – 1889) formado en la parisina Escuela de Bellas Artes, institución en la que tiempo después, cumplió funciones como profesor. Por sus aportes al arte, ganó una medalla en el Salón de Roma en 1845, elegido miembro de la Academia de Bellas Artes y galardonado en tres ocasiones con la medalla de honor del Salón de París (1865, 1867 y 1878).
Las obras de Alexandre Cabanel se encuentran en el sitial de honor del arte académico, y entre sus cuadros resaltan su representación del Nacimiento de Venus (1863), obra que lo hizo famoso al ser adquirida por el mismísimo Napoleón III; Armonía (1877), Simón y Dalila (1878)y Ofelia (1883).
Nacido en París en 1748 y fallecido en Bélgica en 1825, fue un destacado pintor, escultor y arquitecto dentro del arte académico y participante activo de la Revolución Francesa. Fue alumno de la Real Academia de Pintura y Escultura, identificándose con la corriente neoclasicista y académica, luego de obtener una beca para asistir a la Academia de Francia en Roma.
También fue miembro de la Academia de Bellas Artes de París y de la Real Academia de Artes y Ciencias de los Países Bajos, instituciones de las que adoptó la regulación en su estilo artístico. De las pinturas academicistas de David sobresalen Napoleón cruzando los Alpes (1801), La consagración de Napoleón y Josefina (1806) y Marte desarmado por Venus y las Gracias (1824).
Nació en Filipinas en 1857 y murió en Hong Kong en 1899. Este artista hispano – filipino destacó por sus obras de arte del academicismo asociadas al período de independencia de su país natal. Se formó en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, bajo la tutela del artista Eduardo Rosales. Durante su estadía en Roma, reforzó sus estudios y realizó las obras más importantes de su trayectoria, como Spolarium, Las Damas Romanas, Odalisca y Plaza de San Marcos, Venezia.
Este artista y docente francés nació en 1815 y murió en 1879. Fue un destacado pintor del arte académico, formado en la Escuela Nacional Superior de Bellas Artes de París, donde también fue profesor de notables estudiantes como Henri Fantin – Latour y Édouard Manet.
Obtuvo el Premio de Roma en 1837 por su calidad técnica en sus obras, de las que sobresalen Le repas de l’Ogre y Los Romanos de la decadencia.
Este pintor y escultor inglés (1830 – 1896) también formó parte del academicismo europeo, cursando estudios en la Academia de Florencia, Academia de Bellas Artes de Berlín y en la Real Academia de Artes de Reino Unido, institución de la que fue su presidente en 1878. Fue nombrado Barón Leighton de Stretton, título que solo duró un día de existencia, a causa del fallecimiento del artista.
Entre sus obras de arte del academicismo sobresalen: Juno ardiente, Cimón e Ifigenia, Perseo y Andrómeda e Ícaro y Dédalo.
El academicismo y arquitectura fueron de la mano durante el auge del movimiento en el siglo XIX, denominándose dentro de la disciplina como Beaux Arts. Muchos monumentos emblemáticos de la época se imponen hoy en día tanto en Francia, donde se manifestó con fuerza esta corriente, y en América, continente donde tuvo influencia este estilo arquitectónico.
Los más importantes arquitectos del arte académico son:
Este arquitecto francés (1825 – 1898) fue uno de los más famosos del siglo XIX. Egresado de la Escuela de Bellas Artes de París (donde obtuvo el Premio de Roma en 1848), viajó a Italia, Turquía y Grecia, países donde consolidó su formación. De regreso en la capital francesa, fue ganador del concurso arquitectónico para la realización del teatro de la Ópera, hoy conocida como Palais y Ópera Garnier, uno de los destacados monumentos del segundo Imperio francés, dando nombre a su estilo como Napoleón III.
Fue uno de los precursores del eclecticismo arquitectónico, representado en sus obras Casino de Monte –Carlo, Observatorio en Niza y su reconocida Ópera.
Este arquitecto galo (1848 – 1976) fue uno de los destacados discípulos de Charles Garnier en la Escuela de Bellas Artes de París, previa formación en la Escuela de Lyon. En la institución parisina, fue galardonado con el segundo Premio de Roma y, posteriormente, formó parte de la Sociedad de Artistas Franceses.
Su obra puede verse en la Ópera de la Comedia en Montpellier, el puente Alejandro III sobre el río Sena y en el edificio del Banco Suizo de la capital gala.
Otro de los representantes franceses de las Beaux Arts dentro de la arquitectura. Obtuvo un puesto como residente de la Academia de Francia en Roma en 1879, elegido como miembro de la Academia de Bellas Artes en 1909 y destacado profesor y artista del academicismo arquitectónico, donde su talento se puede ver en la antigua estación ferroviaria de Orsay, la basílica de San Martín de Tours y la embajada estadounidense en París.
Fue uno de los padres de la arquitectura academicista estadounidense, fundador del Instituto Americano de Arquitectos, del que fue su presidente en 1888. Diseñó la fachada del Museo Metropolitano de Arte, la casa Biltmore Estate, el pedestal de la Estatua de la Libertad y numerosas mansiones de familias ricas neoyorquinas, al igual que el edificio del New York Tribune.
Entre las pinturas academicistas más famosas se encuentran:
Pintada en 1847 por Thomas Couture, forma parte de la galería del Museo de Orsay en París. Es un cuadro historicista, de gran calidad pictórica, del cual se dice que era una comparación que hacía el artista de dicha representación con lo que veía dentro de la Revolución Francesa.
Es una de las más conocidas obras de Alexandre Cabanel, pintada en 1851 en Roma. En ella se muestra un clásico pasaje bíblico, tendencia propia del academicismo al poner en práctica dicha representación histórica.
Es el cuadro más famoso de Bouguereau, que lo pintó en 1879 siguiendo el modelo academicista, donde se nota la rigurosidad en esta reproducción pictórica que recuerda la influencia del clasicismo.
Otro cuadro de Bouguereau creado en 1879, donde se hace notar la calidad del artista al pintar el cuerpo humano y reflejar su movimiento en esta clara reproducción histórica.
Por otra parte, las destacadas obras arquitectónicas legadas por el arte académico son las siguientes:
Construido por Charles Garnier por orden de Napoleón III durante la transformación de la capital parisina. Su construcción se prolongó por más de quince años a causa de las interrupciones provocadas por la guerra franco – alemana y la caída del primer Imperio francés. Fue inaugurado en 1875.
Diseñado por Léon Azéma, Jacques Carlu y Louis – Hippolyte Boileau, es una estructura neoclásica con notable influencia academicista que hoy forma parte del patrimonio histórico parisino. Se encuentra frente a la Torre Eiffel, siendo uno de los lugares más visitados de la capital gala.
Planificado por Joseph Cassien – Bernard y Gaston Cousin, se trata del segundo puente más largo de la ciudad, cruzando el río Sena. Fue inaugurado en 1900 para aliviar el tráfico capitalino. Forma parte de un hermoso complejo monumental que fue declarado patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
El arte académico no fue exclusivo de Francia, ya que esta corriente se expandió por toda Europa e incluso, llegó al continente americano. En países como México y España, pueden verse hoy las obras de arte del academicismo legadas por este movimiento decimonónico.
Siendo México parte del virreinato de Nueva España, muchos de los artistas de la época se formaron académicamente en Europa, logrando así empaparse con esta corriente artística para fundar en suelo mexicano la primera institución académica de esta disciplina, como lo fue la Academia de San Carlos, nacida a finales del siglo XVIII para disolver la desvalorización obtenida por los talleres artesanales gremiales. En esta institución se formaron artistas influenciados por el neoclasicismo tanto en pintura como en arquitectura, de acuerdo a los lineamientos fijados por la península.
Entre las obras más emblemáticas de la arquitectura academicista están:
De las pinturas academicistas destacan:
Entre los importantes artistas del academicismo mexicano de la pintura y arquitectura se encuentran José María Velasco, Manuel Ocaranza, Manuel Tolsá y Francisco Eduardo Tresguerras, quienes crearon obras durante la transición de México hacia su independencia y que hoy pueden verse en el territorio azteca.
El arte académico español se puso en práctica gracias a la influencia del pintor checo – alemán Antonio Rafael Mengs, que formó parte del movimiento neoclasicista ibérico en el que fue solicitado en múltiples ocasiones por la familia encabezada por Carlos III. Su obra fue notoria por sus representaciones desprovistas de emoción, algo muy común dentro de la corriente académica, que pronto se consolidaría por la concepción pedagógica desarrollada por Mengs en Madrid, logrando formar a un buen número de artistas del academicismo.
Entre las obras más destacadas del arte académico español, resaltan en la pintura:
En la arquitectura, son notables los siguientes edificios:
Los más importantes exponentes del arte académico y el neoclasicismo y eclecticismo español inspirado en la corriente francesa son: Rafael Tejeo, Mariano Fortuny, Federico de Madrazo y Kuntz y Manuel Gómez Román.
El academicismo se desarrolló como una corriente artística originada para romper el esquema irreal proyectado tanto por el clasicismo como por el romanticismo que venía manifestándose hasta el siglo XIX. El arte académico contribuyó a la formación de una nueva generación de pintores y arquitectos regidos por los cánones de las diferentes escuelas de artes de sus países de origen, hecho que pudo proyectarse fuera de las fronteras europeas. Las artes académicas han dejado un fuerte legado en la disciplina artística en general, formando parte del patrimonio mundial.