Todas las relaciones amorosas, desde las que apenas cuentan con un año, hasta los matrimonios más consolidados, mantienen “acuerdos silenciosos”, como parte de la dinámica en la relación.
Estos acuerdos, aunque formen parte de la interacción entre la pareja, no siempre se discuten de manera explícita entre ambos, lo cual termina por crear disfuncionalidades.
Las psicólogas clínicas Linda D. Anderson, Sonia R. Banks y Michele L. Owens, exponen en su libro Acuerdos Silenciosos: Cómo Liberar sus Relaciones de Expectativas no Expresadas en qué consisten estos acuerdos, sus tipos y cómo exponerlos.
Los acuerdos silenciosos son esas reglas implícitas en toda relación sentimental que surgen de las expectativas y creencias que cada uno tiene de la misma.
Un ejemplo puede ser cuando uno de los dos tiene creencias como: “Mi pareja debería saber en qué momento necesito su apoyo, en qué circunstancia específica”.
Estos acuerdos se forman como consecuencia del miedo al rechazo de las ideas de cada uno, en una expresión abierta en la comunicación. Este miedo también resulta en ansiedad e inseguridad.
Las psicólogas determinaron cuatro tipos de acuerdos silenciosos:
Este tipo de acuerdo se ve en parejas que basan su relación en el éxito profesional y en la competencia entre ambas partes.
Precisamente, este tipo de acuerdo afecta al crecimiento emocional de la pareja, al dejar de ser la principal prioridad.
Es la dinámica en la que uno de los dos (el verdugo) expresa siempre hostilidad hacia el otro al sentirse “por debajo”, mientras que el otro (el mártir) acepta silenciosamente cargar con el peso emocional del primero, llegando a sentir satisfacción por ello.
Quizá uno de los tipos de acuerdos silenciosos más visibles o notorios, donde una de las partes accede a ser el trofeo del otro, ya sea por sus virtudes o belleza.
Para ello, el otro ha debido realizar el mayor esfuerzo para lograr la relación sentimental con quien es “el trofeo”.
Aquí ambas partes acceden a un acuerdo silencioso donde uno es el proveedor y protector del otro, mientras este cumple el rol del necesitado, que es vulnerable hacia sus propias carencias.
Los acuerdos silenciosos no son algo fácil de trabajar en pareja. Requieren de un ejercicio de sinceridad, primero con uno mismo, para luego poder exponerse ante el otro.
Cada uno debe reflexionar sobre sus expectativas, creencias y valores y tomar nota de las suposiciones que tiene sobre cómo debería ser la relación.
Para profundizar, es necesario también anotar aquello que motivó a cada uno a mantener en silencio estas suposiciones.
Habiendo interiorizado sobre las expectativas propias que llevaron a un acuerdo silencioso, es momento de conversar sobre el tema. Aquí la sinceridad y la humildad son los factores más importantes.
Para que tenga éxito, es recomendable comenzar la conversación con algunas frases introductorias como: “He asumido que…”, “he tenido miedo de hablar de…”, “mis preocupaciones siempre han sido…” o “siempre he creído que…”.
El resultado más productivo que puede darse de esta conversación es que ambos identifiquen los acuerdos silenciosos que han mantenido, con el fin de trabajarlos para eliminarlos o mejorarlos.