Si visitamos la ciudad de Colonia en Alemania podremos conocer uno de los mayores atractivos turísticos de la ciudad: el Museo del Agua de Colonia 4711, sede de la empresa Mäurer & Wirtz.
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Al entrar en la tienda museo podemos encontrar una fuente donde no mana el agua, sino el agua de colonia. Como podréis imaginar, toda la tienda huele muy bien.
En el año 1709, el comerciante italiano Giovanni María Farina inventó en la ciudad de Colonia una esencia que olía a ”una primaveral mañana en Italia después de la lluvia”, según escribió a un familiar. En esa época las calles y las personas olían muy mal, no se bañaban ni las personas ricas, por lo que pronto la fragancia tuvo gran éxito.
La fragancia de Farina aún se comercializa hoy por descendientes del primer creador, siendo esta una fragancia bastante cara. En 1792, un joven llamado Wilhelm Muelhens creó su propia fragancia. Se conocía como aqua mitabilis y se comercializó como Eau de Cologne (Agua de Colonia) el mismo nombre que utilizaba Farina, tras un juicio tuvo que cambiar el nombre y la comercializó con el número de su calle. La fórmula se la regaló un monje cartujo como regalo de boda. Se podía beber y tenía propiedades curativas.
Cuando las tropas francesas ocuparon Alemania, Napoleón enumeró las calles de sus dominios y el local que regentaba Muelhens recibió el número 4711. Napoleón deseaba conocer todas las formulas curativas, y para no revelar el secreto, Muelhens declaró que el agua de colonia solo era de uso externo.
La estrategia tuvo éxito, siendo el propio Bonaparte uno de sus mayores compradores. Solía llevar en un cofre una botella dentro de una de sus botas de montar. En la lista de clientes de la fragancia se encontraban al zar, Goethe y Wagner.
Con el tiempo la fragancia se hizo muy famosa, se abrieron sucursales en Nueva York y Viena y fue distribuida por todo el mundo. Los barcos en 1840 salían cargados de cajas de fragancia.
En la exposición universal de Nueva York de 1936, encerraron una botella de 4711 en un muro junto con otros objetos para la posteridad. La fórmula permaneció en secreto durante décadas, siendo registrada en 1875. Esta fórmula se basa en cítricos, con notas de limón, naranja, romero, lavanda, azahar, rosa, entre otras.
Hace más de 200 años que se creó esta colonia y aún la podemos encontrar, siendo inspiradora de muchas de las fragancias actuales. Hoy en día, 4711 tiene diferentes fragancias, pero aún se comercializa la original.