El reino animal es asombroso, sin importar si hablamos de pequeños insectos, tiernas mascotas domésticas o salvajes animales de la selva, muchas de sus historias tienen la capacidad de sorprendernos.
A lo largo de la historia ha habido animales que han logrado cosas tan sorprendentes, que merecen su propia película. En algunos casos, sus increíbles hazañas han ido de la mano de humanos, pero, en otros, el crédito es todo para ellos:
El hecho de no saber leer ni escribir no fue un impedimento para Chester, cuyo nombre tiene un importante papel en la historia de la física. ¿Cómo es posible que un gato escriba un libro?
Pues la verdad es que realmente no lo escribió, aunque sí aparece como co-autor de un artículo de 1970 titulado «Efectos de intercambio de dos, tres y cuatro átomos en bcc 3 He«.
El profesor de física Jack H. Hetherington había estado trabajando en un documento sobre el comportamiento de los átomos frente a diferentes temperaturas.
En cuanto terminó de escribirlo, a máquina, como era costumbre en el momento, se dio cuenta de que a lo largo de todo el documento había usado el pronombre “nosotros”, haciendo alusión a un segundo investigador que jamás existió. Hetherington decidió que no reescribiría el libro completo y agregó un autor adicional.
FDC Williard fue el pseudónimo que el físico le otorgó a su gato y, al ver que el trabajo fue muy bien recibido, posteriormente, en 1980, Chester publicó un segundo artículo en una famosa revista francesa.
Un teniente de la Marina compró una hermosa yegua de larga crin a un niño que necesitaba ayuda para comprarle una pierna artificial para su hermana; la llamó Reckless y la enlistó en el ejército.
Además de acompañar a los marines en el campo de batalla, la pobre Reckless trabajó como caballo de carga. Su función era llevar municiones a los marines que operaban de alto riesgo.
Durante la batalla por Outpost Vegas transportó casi 400 rondas de munición con más de 50 viajes de ida y vuelta. Por si fuera poco, Reckless aprendió el camino e hizo varias rondas sin compañía humana.
Su valentía fue tal que, a pesar de ser herida en el campo de batalla, jamás se rindió, ni dejó de cumplir con la labor impuesta.
Para agradecerle todos sus méritos, fue ascendida a sargento y condecorada con dos Corazones Púrpura. Cuando falleció, en 1968, fue despedida con todos los honores militares de un héroe de guerra.
Muchos saben que obtener un doctorado honorario no es una tarea fácil, pero para Elvis, el Corgi Galés, fue un logro que obtuvo sin mucha dificultad.
Lo que hizo a Elvis merecedor de este título fue su participación en el experimento de su dueño, el profesor de matemáticas Tim Pennings.
Mientras Pennings jugaba en el lago Michigan con Elvis arrojando su pelota al agua, se dio cuenta de que el cachorro no cogía la ruta más corta hacía la pelota, nadando en diagonal, sino que corría por la playa y, saltando, nadaba hacia la pelota logrando recuperarla en menos tiempo.
El matemático confirmó que no siempre la ruta más corta es la más rápida para llegar de un punto a otro. Después de varios experimentos registrando la velocidad del perro y midiendo la distancia que cubría, pudo concluir que Elvis tenía una habilidad nata para el cálculo.
Gracias a estos estudios Pennings pudo explicar a sus estudiantes esta teoría. Posteriormente asistió, junto a Elvis, a varias conferencias para hablar sobre teorías de cálculo.
Estos impresionantes animales son una clara muestra de la importancia que tienen en la historia de la humanidad. No queda duda de que son capaces de desarrollar una estrecha relación con sus dueños y lograr cosas impresionantes.