El antipositivismo o interpretivismo es el resultado de la oposición al conocimiento positivista que obtiene sus datos a través del método científico. Filósofos, sociólogos e intelectuales del siglo XIX fueron quienes sentaron las bases del método cualitativo, que sería la respuesta frente a aquello que no puede ser medido y que, por ende, se escapa del rango que puede ser estudiado con el método cuantitativo. A continuación se detalla la definición y ejemplos del antipositivismo, así como sus precursores, principales exponentes, características y las diferencias que contraponen entre positivismo vs hermenéutica.
Teoría de Max Weber:
Principales aportaciones de Weber (teoría de la burocracia, comprensiva, estructuralista…)
La sociología interpretativa surge frente al positivismo como la forma ideal para estudiar los fenómenos sociales. En ellos se cuentan acontecimientos propios de la dinámica social y las relaciones humanas, como la religiosidad, educación, comportamiento humano, entre otros. Su máximo impulsor y exponente es Max Weber, ferviente opositor al positivismo como única vía para obtener conocimiento válido a través del método científico. El antipositivismo o interpretivismo de Weber inauguró la senda a la investigación cualitativa.
Para entender qué es el postpositivismo hay que remitirse al pensamiento weberiano que no encuentra viable encasillar los fenómenos sociales en mediciones cuantificables. La investigación cuantitativa bien podía aplicarse al estudio de las ciencias naturales y los eventos físicos, pero ¿era esto posible en una dinámica social cambiante y en la que intervienen las relaciones humanas?
En este sentido, el antipositivismo ciertamente se opone al pensamiento positivista, rompiendo sus paradigmas con las propuestas postpositivistas. De esta forma, se proponen métodos que enmienden el vacío de aquello que no puede ser medible.
El antipositivismo o interpretivismo se rige por el principio de la interpretación de los hechos en un contexto específico. Toma en consideración el basamento subjetivo del individuo o del grupo social, ajustándolo a que esa es su verdad. Aun cuando esta verdad quede fuera de toda objetividad, busca comprender en su contexto el por qué esa persona o grupo piensa de esa manera. De ahí deriva su carácter interpretativo.
La corriente antipositivista es conocida también como sociología interpretativa, negativismo o no positivismo.
El inicio del XIX se describe como un momento de prolífica actividad intelectual en Europa. Es este el momento histórico surgen dos vertientes del pensamiento que se contraponen: el positivismo y el antipositivismo.
En sus inicios, el antipositivismo se tomó como una postura antagónica frente al positivismo y el uso del método científico. Especialmente los seguidores de la corriente hegeliana y la dialéctica como Karl Marx, por ejemplo, cuestionaron qué tan viable podía ser el análisis de los fenómenos sociales a través del empirismo. De hecho, establece una postura de enérgico rechazo a la propuesta de Auguste Comte, quien postuló el positivismo sociológico como método de estudio para los fenómenos sociales.
Durkheim también se adentra a la descripción de un método para los estudios sociológicos a través del positivismo. De esta manera sentó las bases de la investigación social académica con sus métodos: el hipotético-deductivo y el realismo epistemológico.
En el mismo siglo XIX sería Max Weber quien establecería postulados formales para la investigación cualitativa a través de la sociología interpretativa.
Para el siglo XX, se hizo la presentación formal del Verstehende o sociología interpretativa. Esta sería la propuesta definitiva del antipositivismo sociológico, en el cual se establece la relevancia de la subjetividad en el estudio de los fenómenos sociales. En consecuencia, deben incluirse en tales estudios el significado de los símbolos, valores y valores culturales para ese determinado grupo de personas.
Finalmente, la Escuela de Frankfurt se establecería como un modelo a seguir en cuanto a investigación social a través de la Teoría Crítica de la Sociedad.
El antipositivismo en filosofía surge básicamente cuando los defensores de la dialéctica rechazaron la teoría del empirismo sociológico como método de recolección de datos para estudiar los problemas sociales.
Es el caso de Karl Marx, quien postulaba el diálogo como método para el estudio y conciliación entre las ideas, mientras que Durkheim defendía el uso de instrumentos como las estadísticas y encuestas con el mismo propósito.
Son Max Weber y Georg Simmel quienes se establecen como precursores del interpretivismo como método para estudiar a la sociedad. Ambos postularon la visión del investigador externo a un grupo social seleccionado, con el afán de comprenderlo desde su propia perspectiva, pero tomando en cuenta los significados de ese grupo. En otras palabras, el interpretivismo busca entender por qué un grupo de personas piensa y actúa del modo en que lo hace.
El interpretivismo o antipositivismo tuvo cabida en los diferentes ámbitos de las ciencias sociales. Pero el más destacado de ellos es el antipositivismo jurídico.
El antipositivismo jurídico postula que más allá de que el individuo deba adherirse a las leyes establecidas, existe la ley natural de defenderse. Así las leyes injustas podrían ser enfrentadas por el derecho propio a la defensa. Entre los principales exponentes del antipositivismo jurídico se encuentran Thomas Hobbes, Hugo Grotius y John Locke.
Entre los siglos XIX y XX, las características del antipositivismo se presentan como un compendio de cualidades antagónicas al positivismo. Sin embargo, en la actualidad, sus métodos cuantitativos y cualitativos suelen ser utilizados al mismo tiempo, con el fin de obtener una visión integral del objeto de estudio.
Al tratarse del método de estudio de fenómenos sociales, el antipositivismo marcó su rumbo hacia la investigación cualitativa. Es decir, sus conclusiones no se basan en tablas estadísticas ni resultados numéricos. Al contrario, se basa en las cualidades de los símbolos y significados del contexto del individuo o grupo social que es objeto de estudio para llegar a su comprensión.
Aunque los estudiosos, comunidades científicas y grupos sociales en general puedan aceptar realidades objetivas tal y como son, no se puede descartar que existan individuos o grupos que perciben esa misma realidad de otra manera.
Así que los antipositivistas reconocen la complejidad del individuo que no solo actúa según las fuerzas externas. Más bien, son impulsados a entender y experimentar esas mismas realidades objetivas desde sus experiencias y razones particulares.
El antipositivismo o interpretivismo consiste en interpretar al individuo en un contexto. Sus métodos provienen de la teoría de la acción social postulada por Max Weber.
Según el postulado weberiano, las acciones sociales contienen toda la conducta humana siempre que esta tenga un valor subjetivo, asignado por cada individuo.
Por lo tanto, la interpretación de los fenómenos sociales busca conocer las razones y motivaciones que impulsan los comportamientos que son objeto de su estudio.
En conclusión, la visión interpretativa de Weber exige la comprensión a través de la empatía, o lo que es igual, observar el mundo desde los ojos de los individuos que se desenvuelven en un grupo social.
Sin embargo, esta característica no quiere decir que se oponga a los métodos cuantitativos como el científico, por ejemplo. Desde sus inicios, el antipositivismo buscaba la forma de proponer un método de estudio que mejorara los paradigmas positivistas.
Actualmente, se pueden combinar métodos cuantitativos y cualitativos en investigaciones sumamente complejas que requieren el conocimiento integral del objeto de estudio.
Una de las características más relevantes del antipositivismo es que plantea la investigación cualitativa como un recurso para conocer a profundidad las razones que mueven a un grupo o a un individuo a llevar a cabo ciertas acciones.
Así que promueve métodos de recolección de datos que en lugar de mantenerse al margen de esos individuos, conducen a una mayor interacción con estos y el investigador.
Entre los métodos utilizados por el enfoque del antipositivismo o interpretivismo se pueden mencionar la observación participante, la consulta de documentos personales y las entrevistas no estructuradas.
Aunque la mayoría de los representantes del antipositivismo, entre ellos Max Weber, son oriundos de Europa, se destaca el hecho del desarrollo del antipositivismo en América Latina por parte de Saúl Taborda. Este intelectual impulsó el antipositivismo en Argentina, enfocándose en su relevancia en el área educativa.
Maximilian Karl Emil Weber es llamado el padre del antipositivismo. Se mantuvo firme frente a la crítica al positivismo sociológico, así que formuló los postulados del interpretivismo. La historia y los intelectuales le han considerado sociólogo, pero él se consideraba historiador. Se afanó en contraponer el positivismo vs hermenéutica, a través de un método que permitiese el acercamiento a las diversas formas de comprender la realidad.
El antipositivismo de Weber se fundamente en la capacidad de interpretar los símbolos y el entorno cultural de una persona para comprender por qué piensa y actúa de cierta manera en la interacción social.
El pensamiento weberiano se mantiene un tanto al margen de las ciencias naturales, así que describe a la sociología más bien como una metodología con la cual se describen fenómenos sociales, desde su tipología ideal o hipotética hasta un acercamiento a lo que realmente sucede.
También afirmaba que los estudios sociológicos deberían centrarse en eventos de la actualidad histórica, que no sean ni generalistas ni constantes.
Entre sus principales producciones se encuentran “La ética protestante y el espíritu del capitalismo”, publicado en 1905; “La ciencia como vocación” y “La política como vocación”, ambos editados en 1919, y los “Estudios sobre la sociología de la religión” que sacaría a la luz en el año 1921.
Al igual que Marx, Rickert se opuso a utilizar métodos de análisis científicos para estudiar los símbolos abstractos del ámbito de la sociología.
Fue el principal intelectual que defendió la naturaleza científica de la historia, considerándola como una de las ciencias humanas.
Encabezó la Escuela de Baden, conformada por neokantianos. Su aporte a la ciencia consiste en haber defendido en diversos debates los propósitos y el tipo de metodología aplicable en la investigación social. Esta postura influenció notablemente los postulados de Weber.
Entre sus obras más destacadas figuran “El objeto del conocimiento: una contribución al problema de la trascendencia filosófica”, publicado en 1892; “Los límites de la formación del concepto científico”, dos volúmenes correspondientes a los años 1896 y 1902. También publicó en 1922 “La filosofía de la vida: presentación y crítica de las tendencias filosóficas de nuestro tiempo”.
Edmund Husserl es quien se opone al positivismo presentando los postulados de la fenomenología trascendental. Esa corriente filosófica busca refrescar los estrictos postulados positivistas presentando una metodología propia. Con ella, busca describir la forma en que se ve el mundo y los fenómenos a través del cristal de la subjetividad.
De esta forma presentó también una manera efectiva de trabajar colectivamente con un método cualitativo.
Entre sus obras más relevantes se encuentran “Ideas Relativas a una Fenomenología Pura y a una Filosofía Fenomenológica”, publicado en 1913 y “La Crisis de las Ciencias Europeas y la Fenomenología Trascendental: Introducción a la Filosofía Fenomenológica”, del año 1936.
Los conceptos mejor esclarecidos en el antipositivismo los propuso Ferdinand Tönnies cuando definió claramente a la sociedad y la comunidad como las principales formas de asociación entre las personas.
Además, describió la forma tanto conceptual como concreta en que debe ser tratada la acción social. Por una parte, conceptualmente, se tiene que abordar de manera deductiva y axiomática. Por otra parte, de forma concreta, la acción social tiene que ser tratada de manera aplicada, de manera inductiva y empírica.
Al igual que Max Weber, el aporte de la obra de Simmel impulsa una nueva visión de la sociología, fuera de los parámetros positivistas. Se aleja de los parámetros establecidos por Durkheim y Comte, planteando una serie de análisis alineados con la fenomenología y el existencialismo.
Finalmente, los postulados de su sociología trascienden los límites perceptivos humanos.
Foucault es uno de los intelectuales más interesados en repensar y elaborar una crítica en pos de reorganizar las ideas positivistas. Esta corriente del pensamiento suele encontrarse también en la definición de postpositivismo. En ella, se mantiene interesado en la apariencia de las cosas, más que en su trascendencia.
Ciertamente, Foucault no es antipositivista, pero replantea los paradigmas del positivismo de inicios del siglo XIX.
Jürgen Habermas detecta la falla de los métodos empleados para estudiar las ciencias naturales en aras de estudiar los fenómenos sociales.
Esta falla queda establecida en su la incapacidad de los métodos cuantitativos para comprender significados en situaciones puntuales.
De tal manera que postula la hermenéutica como la única forma de acceso efectiva para abordar las realidades simbólicas.
Dilthey fue uno de los teóricos que elaboró críticas detalladas al positivismo, dejando n claro la brecha que existe entre las ciencias sociales y las naturales.
El estudio del positivismo y antipositivismo en Argentina tiene a su mayor exponente en Saúl Taborda.
En primer término, Taborda rechaza enérgicamente el positivismo imperante en el campo intelectual. Deja de lado el dogmatismo y el clericalismo para adoptar nuevas formas en el campo de las ciencias sociales, en específico, la pedagogía.
Para Taborda era aberrante tanto positivismo en las universidades de Latinoamérica. Constantemente critica a los docentes universitarios, a quienes observa más bien como administradores de la educación, y no como verdaderos maestros que encendieran la llama del saber.
Otro de los aspectos que abordaría sería el uso del lenguaje de una manera europeizada, en lugar de construir un lenguaje pedagógico adaptado a la realidad Argentina y Latinoamericana. Sus propuestas tomaron fuerza con movimiento de la Reforma Universitaria impulsado en 1918.
Las características del antipositivismo dejan en claro sus diferencias respecto al positivismo. Entre ellas cabe mencionar:
Positivismo | Antipositivismo | |
La relación entre la sociedad y el individuo | Establece que la sociedad es la que moldea al individuo y que, por lo tanto, esta ejerce un control sobre él. Así que el comportamiento individual estará ajustado a las normas de la sociedad a la que pertenece. | Postula que los individuos tienen conciencia, así que sus acciones no solo se someten a las fuerzas externas ejercidas por la sociedad. Por lo tanto, reconoce que los individuos son complejos y, por ende, entienden una misma realidad objetiva de maneras distintas. |
Enfoque que le da a la investigación social | El objetivo de la investigación social es descubrir las normas que determinan el comportamiento humano como si se tratase de leyes exactas como en el mundo físico. Para ello emplean métodos que mantengan la distancia entre el investigador y el individuo o comunidad estudiada. | El objetivo de la investigación consiste en describir una visión trascendente de cómo es percibida la vida por parte de los individuos entrevistados. Para lograrlo, el investigador se relaciona, interactúa y observa participativamente para comprender por qué esas personas piensan y actúan de la manera en que lo hacen. |
Métodos de investigación utilizados | Utiliza los métodos cuantitativos que hacen que la investigación sea confiable, representativa y por los tanto, válida. | Utiliza los métodos cualitativos, en los cuales se prefiere la validez antes que su representatividad o confiabilidad. |
Instrumentos de recolección de datos | Entre los instrumentos que utiliza están las estadísticas oficiales, cuestionarios, entrevistas estructuradas y encuestas sociales. | Emplea la observación participante, las entrevistas no estructuradas y la consulta de documentos personales. |
Visión de futuro | Los positivistas tienen una marcada certeza del progreso, en el marco de un optimismo que confía en seguir métodos y obtener resultados. | Los antipositivistas tenían en su horizonte la incertidumbre, ya que los fenómenos sociales surgen en medio de las crisis culturales, de valores y por ende, cambian los significados de las cosas. |
En el pensamiento positivista, la relación entre la sociedad y el individuo queda establecida a través de unas normas que hay que cumplir. Por lo tanto, el individuo se moldea según esa normativa, teniendo control sobre él.
Así que el positivismo concluye que el comportamiento individual queda sometido estará ajustado a las normas de la sociedad a la que pertenece.
La filosofía positiva no toma en cuenta que el individuo tiene conciencia y que, por lo tanto, no quedan sometidos únicamente a las normas sociales.
Por ello, el interpretativismo comprende que los individuos tienen una forma de pensar y actuar compleja que cambia en el tiempo. Así que no todas las personas entienden una misma realidad objetiva de la misma forma.
Para el positivismo, el objetivo de la investigación social consiste en encontrar esas normas deterministas que conducen el comportamiento humano. Así que trata al estudio de los fenómenos sociales como una ciencia exacta del mundo físico.
De esta forma, el investigador social positivista no se relaciona con las personas de las que pretende obtener datos para su estudio.
El interpretivismo en cambio va en búsqueda de la trascendencia, de entender por qué razón unas personas comprenden el mundo de una forma diferente. Así que se empeña en descubrir los valores, usanzas culturales y símbolos del individuo que estudia.
Por lo tanto, se acerca e involucra en el mundo de ese individuo, para intentar comprender la realidad de una manera empática.
Utiliza los métodos cuantitativos para obtener confiabilidad, representatividad y que así sea válida. Mientras que el interpretivismo hace uso de los métodos cualitativos, en los cuales se prefiere la validez antes que su representatividad o confiabilidad.
Para los positivistas, los instrumentos de recolección de datos aptos en la investigación son estadísticas oficiales, cuestionarios, entrevistas estructuradas y encuestas sociales. En cambio, el antipositivismo utiliza la observación participante, las entrevistas no estructuradas y la consulta de documentos personales para acercarse a la percepción del individuo o grupo investigado.
Los positivistas tienen una visión de futuro estructurada, signada por seguir métodos y obtener resultados. Así que esperaban el progreso de manera absoluta, como si nada pudiese alterar el funcionamiento de la sociedad y el comportamiento individual.
Pero los antipositivistas reconocen que en los fenómenos sociales impera la incertidumbre. No se sabe en qué momento los individuos perciban la realidad d una manera diferente, motivándolos a llevar a cabo otro tipo de acciones.
El antipositivismo o interpretivismo es una corriente del pensamiento que determinó la forma en que se investiga en las ciencias sociales. Su mayor exponente fue Max Weber, quien desarrolló en sus postulados la necesidad de comprender con empatía la forma en que otros individuos perciben los fenómenos sociales. Gracias a sus basamentos, en la actualidad se emplean tanto métodos cualitativos como cuantitativos en la investigación.