El aprendizaje creativo se enfoca en las formas particulares de pensar y actuar de los individuos. Pedagogos, psicólogos y especialistas de la neurociencia coinciden en que el proceso de enseñanza aprendizaje no es automático ni predictible. Por ello, entre los siglos XIX y XX estas disciplinas centran el interés en la comprensión del aprendizaje creador.
Habilidades del pensamiento creativo:
Cuáles son, características, desarrollo y ejemplos de habilidades creativas
Al recorrer la historia de las grandes invenciones humanas se denotan varios aspectos de profundo interés. Por una parte, que son creadas con el fin de solucionar un problema o para adaptar el medio a las propias necesidades. Y por otra parte, que casi siempre han surgido como fruto de la atenta observación del entorno, así como del establecimiento de relaciones entre diversos objetos, conceptos, etc. La esencia del aprendizaje creativo va mucho más allá de tener ideas de golpe. Más bien, es el resultado de un proceso.
Se define aprendizaje creador como aquel que tiene como punto de partida el conocimiento básico de un objeto. Una vez que los sentidos perciben sus características mínimas, el estudiante está en capacidad de procesar esa información. Y a partir de ella, generar nuevas interpretaciones, hacer comparaciones, establecer relaciones con otros objetos, hallar nuevos usos del mismo, etc.
Este proceso se lleva a cabo con la finalidad de verificar la vigencia de sus conocimientos, su adaptabilidad al medio y ser parte de la evolución del saber.
En el aprendizaje creativo también interviene la relación maestro estudiante. El maestro solo dispone herramientas para que el estudiante las utilice en el proceso creador. También es el encargado de despojar a su pupilo de estereotipos o complejos que le impidan abrir su mente al aprendizaje.
Este proceso implica un esfuerzo consciente por prestar atención a las tareas que se desempeñan. Así como a la observación minuciosa del entorno, mantener una actitud reflexiva, dominar conocimientos básicos y emplear métodos que realmente se ajusten a la materia de estudio.
La creatividad es el arte de utilizar la voluntad y la energía personal en el proceso de elaboración, reconstrucción y profundización en el conocimiento de un objeto o una idea.
Incluso, este mismo empeño puede llevar a una persona a encontrar nuevos atributos de esa idea u objeto. Así como establecer otras relaciones con otras partes del entorno y así, crear un concepto novedoso.
¿Qué es una actividad creativa en el aprendizaje y desde cuándo es importante la definición de creativo en las ciencias educativas?
El término creatividad tiene su primera aparición impresa en 1875, según el suplemento del Oxford English en su edición de 1972. Se le atribuye a A.W. Ward la mención de la creatividad poética al mencionar la genialidad lírica de W. Shakespeare. Sin embargo, Ward no especifica a qué se refiere con eso de “creatividad”.
La definición de creatividad se manifiesta de manera más contundente desde principios del siglo XX, cuando autores como Ribot expresan que esta es una característica que cualquier persona puede tener. Hasta ese momento, era considerado un rasgo inherente de las personalidades geniales, dotadas de una gran inteligencia.
El primer curso de creatividad del que se tiene registro fue dictado en la década de 1930 por Robert Crawford, catedrático de la Universidad de Nebraska. El profesor hizo énfasis la transferencia, un proceso que describió como la posibilidad de trasladar los atributos de un objeto a otro. Para Crawford, parte de los procesos creativos consisten en dotar de habilidades a otros objetos con el fin de poder ser aplicadas en otras circunstancias.
También es Crawford quien comprende que la creatividad es un proceso. Que las ideas no surgen de la nada, sino que provienen de la comprensión de un tema. Es decir que cada proceso creativo tiene su origen en algo que ya existe. Pero que resulta en una idea u objeto novedoso.
La palabra “creatividad” aparece en un diccionario de habla inglesa por primera vez en 1961. Este se titula Webster´s Third Dictionary, definiendo el término como la habilidad de crear. En un diccionario en español no aparecerá sino hasta 1984, en el Diccionario de la Lengua Española.
Pedagogos como Piaget y Vygotsky, así como el psicoanalista Freud, también hicieron énfasis en la creatividad como un proceso dentro de las actividades cognitivas. Sus definiciones y descripción de procesos, precisó de qué trataban los procesos creadores. Además de sus vinculaciones con los procesos de pensamiento, percepción, atención, aprendizaje y reconstrucción de ideas.
El sentido creativo tiene las siguientes características.
Es el rasgo primordial al definir cuáles son las características del proceso creativo. Consiste en integrar experiencias y aprendizajes a una idea concentrada que a su vez es la solución a un problema. Es decir, genera una nueva construcción intelectual en palabras o pasos precisos.
La construcción de una solución de cara a la sensibilidad a los problemas, es otra de las características esenciales del proceso creativo. Una idea novedosa carece de sentido si no tiene razón de ser.
La relación o conectividad con otros objetos es otra de las características del aprendizaje creador. Esta es la capacidad de combinar las funciones de un objeto en nuevas aplicaciones.
La creatividad surge como un esfuerzo imaginativo con el que se crean imágenes mentales que luego se llevan al plano real. A este proceso se le conoce como imaginación reproductiva.
El proceso creativo requiere fluidez, especialmente para determinar cuáles son las relaciones que se pueden establecer con otros objetos, nuevas aplicaciones, incluso definición de nuevas características.
La novedad y originalidad van de la mano en el aprendizaje creativo. El resultado del proceso tiene que ser singular, diferente a lo ya conocido, pero basado en un concepto preexistente. Se orienta hacia los nuevos significados, nuevas relaciones y nuevas formas de utilización.
El aprendizaje creativo es irrepetible. Se basa en experiencias únicas porque las reacciones a los estímulos son particulares. La creatividad es diferente de un sujeto a otro, por lo tanto, no puede ser copiada ya que perdería su carácter de originalidad.
De por sí, el buen humor, inventar una frase o un chiste, son claras evidencias de una mente creativa. El buen humor requiere la capacidad de mirar la realidad desde otro punto de vista. Los comediantes y humoristas permanentemente están aprendiendo de su entorno, encuentran detalles a los cuales darles un giro y desde ahí, ser chistosos.
La flexibilidad prevalece en el aprendizaje creativo, en oposición a la rigidez del aprendizaje clásico. Una mente creativa se permite pensar en nuevas relaciones, observar desde diversas perspectivas, así como enumerar nuevas características del entorno observado.
La tolerancia les permite a los participantes del aprendizaje creativo mantenerse calmados ante las tensiones, los cambios y el conflicto. La serenidad le permite escapar a las soluciones tradicionales en medio del conflicto. Por ello busca nuevas formas de negociar y llegar a acuerdos que beneficien a todos.
El concepto de producción creativa ha evolucionado con el paso del tiempo. Por ello existen varias teorías imprescindibles de conocer, desde sus primeros exponentes hasta los postulados de la creatividad como proceso de aprendizaje.
Wallas fue uno de los primeros estudiosos de la creatividad. Aunque sus postulados no fueron enfocados en el aprendizaje, describió los cuatro pasos fundamentales para llevar a cabo el proceso creativo. Esta serie de fases aún permanece en vigencia y, por lo tanto, forman parte del aprendizaje creativo.
Las fases del proceso creativo descritos por Wallas son los siguientes.
Es la fase en la que se colectan datos respectivos al problema o al objeto en torno al que se desea innovar.
En este paso se lleva a cabo el análisis profundo de la información que se posee y que fue colectada en el la primera fase.
La iluminación consiste en la producción de la idea creativa.
En este paso se implementa la solución creativa y se verifica si es viable su aplicación, si de verdad funciona, si es mejorable, etc.
Guilford es de los primeros estudiosos de la creatividad en el ámbito educativo. Sus aportes versan en función de las aptitudes cognitivas básicas: la del razonamiento, la de ubicación espacial y la memoria. Estos hoy continúan siendo los pilares de la formación preescolar en la mayor parte del mundo.
Según los estudios de Guilford, el intelecto posee una estructura organizada en tres parámetros:
Las operaciones, que indican el tipo de proceso mental que efectúa la persona.
Contenidos, o lo que es lo mismo, categorías básicas en las que el estudiante organiza los datos que obtiene del entorno o dl objeto que está estudiando.
Los productos constituyen las formas básicas que adquiere la información en el proceso creativo. Es decir, es la representación mental ya materializada en el ámbito real.
Guilford también aportó las definiciones de pensamiento convergente y divergente.
Se define como una estructura de pensamiento que parte de una materia prima o un basamento preexistente. Siguiendo una ruta lógica o unos pasos establecidos por el maestro, se produce una información determinada por los datos suministrados en el primer paso. En este esquema, el alumno reproduce el aprendizaje dado por su maestro.
También parte de una información previamente suministrada, pero el alumno creativo produce una información variada. En este proceso el maestro creativo acompaña a sus pupilos en la búsqueda de soluciones alternativas a un problema.
Howard Gardner postula su teoría en la existencia de las inteligencias múltiples. Para Gardner, cada individuo resuelve los problemas o define buena parte de su existencia desde un campo particular. Es decir, se especializa en lo lingüístico, en las relaciones interpersonales, en la cinestesia, por citar algunos ejemplos. En ese contexto, puede idearse respuestas creativas acordes al campo que mejor desempeña.
De hecho, la teoría de las inteligencias múltiples considera que la creatividad implica la intervención de diversas disciplinas. Y por ende, la perspectiva de personas que incursionen en diversos campos para ofrecer su solución desde su perspectiva.
El sistema propuesto por Gardner posee tres puntos claves.
El individuo, diferenciado en sus dos etapas primordiales de la niñez y la adultez.
El trabajo o campos en los que mejor se desempeña el individuo. En ellos no solo se desarrolla habitualmente, sino que hace aportes, entiende sus símbolos y constantemente revisa las informaciones que en él se generan.
Las otras personas, también consideradas como la relación entre el individuo y el resto del entorno en que se desempeña.
Edward de Bono propone en su teoría del pensamiento lateral todos aquellos caminos alternativos para solucionar una situación. Uno de sus libros más conocidos es 6 sombreros para pensar, una propuesta en la que mueve el foco de atención del objeto de estudio a la perspectiva desde la que se mira.
Otro de sus aportes al aprendizaje creador es la descripción de las fases del pensamiento: la primera, llamada fase de percepción, y la segunda, conocida como fase de procesamiento.
La educación creativa lleva consigo los siguientes beneficios.
La función creativa del aprendizaje mantiene al estudiante inmerso en una tarea que requiere atención y usar al máximo sus capacidades.
Involucrarse, hacer suyo un proyecto y sacarlo adelante mantiene altas las emociones para favorecer la curiosidad y creatividad. La curiosidad, la sorpresa, buscar respuestas, son también parte de las emociones del proceso creativo.
La fluidez en la creatividad es necesaria para poder formular una idea concreta. Por ello se perfeccionan capacidades cognitivas como el análisis, la síntesis y la toma de decisiones. De nada sirve tener una gran idea si no se puede estructurar y expresar de manera clara. Así como decidir en cuanto a su implementación para solucionar un problema.
El aprendizaje creador se mantiene en evolución constante. Sobre todo para quienes van desarrollando ideas novedosas en un campo determinado, en el que se siente cómodos. Así que se mantienen abiertos a comprender su entorno en general.
El aprendizaje creativo se orienta al desarrollo personal, más allá del desarrollo de la técnica. Además, el aprendizaje creador se mantiene en constante evolución para innovar con ideas que hacen más fácil la cotidianidad. A ello se suma el gran beneficio de fomentar en los estudiantes una actitud flexible, que les permita adaptarse a los desafíos diarios que se les puedan presentar.