La creciente preocupación que se vive en torno al cambio climático y los efectos causados por este fenómeno sobre el medio ambiente no son secreto. Basta con ver el antes y después de la naturaleza a nivel mundial para evidenciar los daños sufridos en materia ecológica, muchas veces provocados por la acción humana. Buscando concientizar a la población sobre este tema, surgió el arte ambiental como una manera creativa de relacionar al arte y el medio ambiente como medios de subsistencia de la sociedad. ¿Quieres conocer de qué se trata el ecoarte? Pues este artículo detalla los aspectos más interesantes sobre esta interesante propuesta, mostrando también algunos ejemplos de arte ambiental y los exponentes más resaltantes del área.
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Comenzamos este recorrido por el ecoarte con un repaso teórico por los elementos fundamentales sobre esta forma artística amigable con el medio ambiente. Su definición, historia e importancia ayudarán a comprender mejor la vinculación que se busca entre arte y ecología y la influencia que tiene este género como campaña para la conservación ambiental.
El ecoarte, arte ambiental o environmental art, como se le conoce en el mundo anglosajón, es el género creativo que relaciona arte y medio ambiente, manifestándose en diversas obras de arte con elementos de la naturaleza o inspiradas en el entorno natural, en una forma de promover la belleza que reside en los aspectos naturales, a la vez que busca involucrar al público espectador para que conozcan los distintos factores que impactan naturaleza de forma negativa, todo ello con el fin de motivar a la población para que toman acciones que beneficien al ambiente.
Aunque arte y naturaleza han estado ligados desde tiempos antiguos, cuando los creadores concebían dibujos ambientales y otras piezas con temática paisajística, adaptándose a las variadas corrientes y etapas artísticas surgidas a lo largo de la historia, el arte ambiental tuvo su origen como movimiento a finales de la década de los sesenta, cuando la sociedad mundial dio una mirada hacia el progresivo deterioro del ambiente en todo el planeta.
Integrar el arte y el medio ambiente fue, desde el mismo momento en el que se originó este nuevo enfoque, una de las más innovadoras campañas de activismo para la preservación ambiental, intentando influir no solo en los espectadores de las obras de arte concebidas bajo esta perspectiva, sino también en los líderes políticos de todo el mundo a fin de tomar medidas que garantizasen la conservación del entorno natural.
El arte ambiental abarca distintas corrientes, que emergieron en diversas regiones del mundo coincidiendo con el objetivo principal del ecoarte. Una de ellas es el land art o «arte de tierra», cuyas expresiones comenzaron a verse en Estados Unidos a finales de los sesenta a través de formas creadas en un terreno determinado, modificándolo con una obra de gran tamaño que, con el pasar del tiempo, habrían de desaparecer por efectos de la erosión.
Otra de las muestras de la naturaleza y el arte combinados es la que propone el arte povera o «arte pobre», originado en Italia en el mismo contexto temporal que el arte de tierra. Una de las principales características del arte povera es el empleo de recurso, materiales y elementos naturales como plantas, tierra, madera, rocas; buscando así una forma artística sustentable y amigable con el medio ambiente, al mismo tiempo que difunde un mensaje reflexivo al dejar de lado los materiales tradicionales y sacar provecho a la materia prima obtenida del ambiente.
Desde su origen y evolución, el arte ambiental ha gozado de prestigio en todo el mundo, al involucrar diferentes géneros como la pintura, fotografía, teatro, escultura, dibujos, grabados, literatura y otras disciplinas con el fin de dar un rotundo mensaje en favor de la preservación natural y así, mezclar lo mejor de las artes y entorno ambiental.
El arte ecológico ha sido influyente en destacados artistas que adoptaron este estilo para sus obras, así como ha visto florecer una importante oleada de creadores que, preocupados por lo que pasa en el medio ambiente, expresan a través de sus obras sus pensamientos y sentimientos, llamando a efectivas acciones que reviertan las consecuencias desfavorables que ha padecido la naturaleza a lo largo de tantos años.
Basta ver un dibujo del medio ambiente o presenciar obras de teatro sobre la contaminación ambiental para que el llamado a la reflexión se haga presente en el público. Lo cierto es que el arte ambiente presenta importantes aspectos que lo caracterizan y distinguen de otras corrientes artísticas. Entre las características más importantes del ecoarte encontramos:
Gracias a esta corriente creativa, la naturaleza del arte pasó de ser un medio cargado de técnicas, diseños y expresiones convencionales para transformarse en un medio para llevar un claro mensaje en favor del medio ambiente. Por ejemplo, desde las instituciones educativas, los dibujos del medio ambiente a color son más frecuentes entre las creaciones de los estudiantes, lo que habla del peso que ha tenido el arte ambiental en todos los aspectos sociales.
Fenómenos como la deforestación, el calentamiento global, la contaminación en todos los aspectos, el cambio climático y las consecuencias vividas en el mundo por parte de estos hechos, son algunos de los temas que inspiran a los artistas plegados bajo este enfoque, concibiendo obras de arte que muestran las secuelas de estos peligros y llaman a la conciencia del espectador.
En las numerosas obras creadas a partir de esta corriente, se pueden observar la inclusión de elementos propios de un entorno ambiental, tales como rocas, tierra, arcilla, plantas y otros materiales que suelen ser aprovechados en las piezas artísticas.
El arte ambiental conjuga diferentes perspectivas a fin de promover el pensamiento crítico y cuestionar prácticas que amenazan al equilibrio ambiental, aportando ideas que motiven a la sociedad a tomar conciencia y comprometerse a actuar en beneficio de la naturaleza y la colectividad.
Para el ecoarte, resulta fundamental la formación de valores dentro de la sociedad, buscando su práctica aplicación en un entorno determinado para desprenderse de los principios creados bajo los paradigmas tradicionales que, a fin de cuentas, han hecho mella en la naturaleza.
El arte ambiental cuenta con varios representantes que han creado obras de arte en la naturaleza o muestran, por medio de sus creaciones, la importancia de la ecología para la población mundial. Entre los exponentes más aclamados del ecoarte se encuentran:
Nacido en New Jersey en 1938, este artista estadounidense estuvo vinculado al ecoarte, específicamente al land art, donde creó interesantes creaciones denominadas non-sites, que no eran más que obras concebidas después de la intervención de un lugar natural, con esculturas sin función utilitaria y efímeras, es decir que, con el pasar del tiempo, desaparecerían por los efectos naturales del ambiente.
Una de sus obras más reconocidas es la Spiral Jetty, una gigantesca obra creada en el Gran Lago Salado de Utah en 1970 con ayuda de maquinaria industrial. Falleció en 1973 en un accidente de avión.
Este artista australiano, nacido en 1974, es uno de los más destacados escultores dentro del arte ambiental. Desde 1998 ha venido llevando a cabo un ambicioso proyecto creativo denominado Rhytms of Life (Ritmos de Vida), que compone más de cincuenta obras monumentales de piedra en 16 países, todas ellas erigidas bajo la concepción de la naturaleza.
La incorporación de materias primas provenientes del ambiente, hace que estas obras de arte perduren en el tiempo, pero con la conciencia de que el tiempo será un factor muy importante en la intervención de la obra hasta su plena destrucción y posterior reintegración de los elementos a la naturaleza a causa de este efecto.
Nacido en 1956, este artista británico destaca como fotógrafo, escultor y ferviente activista sumado al movimiento land art. Sus obras mezclan lo mejor del ecoarte con la temática contemporánea, donde sobresale el empleo de materiales naturales como hojas, flores, barro, piedras, frutos, nieve y otros recursos que Goldsworthy se ha encargado de transformar en hermosas piezas que son efímeras, por lo que la acción propia del ambiente se encarga de degradar a las obras.
Además, se ha considerado como un genio en la fotografía ecoartística, plasmando interesantes imágenes orientadas a la conciencia ambiental.
Este renombrado artista alemán (1921 – 1986) fue uno de los pioneros dentro del movimiento del arte ambiental en Europa, empleando numerosas técnicas como el esculpido de diversos materiales naturales para plasmar sus ideas. Además, fue un vanguardista y hasta controvertido en su tiempo, llegando incluso a recurrir a animales vivos y/o muertos para concretar sus ideas artísticas.
Sin embargo, su obra más reconocida, 7000 robles, mostró el lado más noble del artista, al reforestar varias zonas contaminadas con la cifra mencionada de árboles.
Otrora horticultor y biólogo, este artista holandés, nacido en 1931, es otro de los claros referentes del ecoarte en el mundo, orientando su inspiración a la investigación de elementos y fenómenos propios de la naturaleza. Un ejemplo de ello fue la exhibición que hizo de más de 7000 muestras de tierras, las cuales comenzó a reunir desde 1978.
Asimismo, es un ferviente defensor ecológico, llegando a afirmar que la naturaleza en sí es una maravillosa obra de arte. La inclusión de materiales provenientes de la biodiversidad y sus opiniones en torno a las diversas amenazas que atentan contra el equilibro natural dan muestra de ello.
A continuación, mostraremos algunos de los interesantes ejemplos de arte ambiental creados en las últimas décadas. Empleando materiales naturales o incorporando objetos cotidianos al paisaje, estas obras son la máxima expresión del ecoarte.
El proyecto Ritmos de vida es una obra de gran magnitud compuesta por cincuenta monumentos de piedra erigidos en dieciséis países, piezas que, desde 1998, el escultor Andrew Rogers ha venido realizando hasta la actualidad. Cada uno de estos ejemplos de arte ambiental es creado desde una mirada ecológica local, adaptándose así a la biodiversidad del área donde se construyen y dando un mensaje lleno de reflexión al mundo. Algunas de estas piezas son de tal magnitud que incluso han logrado verse a través de los satélites espaciales.
Esta majestuosa obra de arte originada por Joseph Beuys en 1982 es una clara conexión entre el arte y el medio ambiente, ya que, creativamente, el creador fomentó la siembra de 7000 robles para reforestar un área urbana, propuesta que presentó para la bienal de arte contemporánea llevada a cabo en el museo alemán Fridericianum, cuya fachada fue testigo de esta interesante propuesta. La obra en sí consistió en la acumulación de 7000 bloques de basalto frente al museo que solo serían removidos de su lugar si se plantaba un roble en una ubicación específica.
El artista venezolano Milton Becerra es otro de los creadores que se sumaron al ecoarte, donde se adentró previa investigación de las costumbres de la tribu yanomami, pueblo originario del país. En esta obra, creada en 1995, Becerra utiliza elementos como la fibra de moriche para crear chinchorros, una práctica recurrente en este pueblo ya que transforma este material en piezas de artesanía.
La idea de crear un entorno verde dentro de un área plenamente urbana fue la fuente de inspiración del artista estadounidense Alan Sonfist, que en 1978 replantó, en una esquina de Manhattan, especies que datan de tiempos precoloniales. La intervención hecha por este creador es una innovadora propuesta que pretende demostrar la supervivencia de una zona ecológica en una selva de concreto.
El pintor argentino Nicolás García Uriburu fue otro de los ecoartistas más importantes de su tiempo, alcanzando fama mundial en 1968 cuando tiño de verde fluorescente las aguas del Gran Canal de Venecia, en ocasión de la celebración de la Bienal en dicha localidad. Con ello demandaba una sociedad más involucrada con la ecología y la preocupación del medio ambiente.
La intervención hecha en 1970 por Robert Smithson junto a su equipo de trabajo del Gran Lago Salado de Utah dio como resultado una enorme espiral que, con el paso del tiempo, sería degradada por acción del mismo ambiente. Así, Smithson demostró la interacción de arte y naturaleza como un solo contexto, llevando consigo una innovadora obra de arte.
El artista belga Bob Verschueren es el creador de esta pieza erigida en Italia en 2006 a partir de recursos naturales como ramas de árbol y rocas, que componen una especie de arco. La pieza pretende mostrar los residuos que quedan después de un proceso de deforestación, dándole así un carácter artístico después de esa práctica amenazadora del equilibrio ambiental.
Esta pieza creada por Mathilde Roussel en 2010 es una clara muestra del arte sustentable, ya que se trata de dos esculturas cubiertas de pasto combinando así materiales como el metal, la tierra, tela y trigo. De esta manera, la artista acerca al espectador hacia la metamorfosis cíclica de la vida, donde cada ser, sea humano o vegetal, se transforma en materia orgánica al morir.
Unas rocas perfectamente balanceadas constituyen unas interesantes esculturas concebidas por Michael Grab en Cattolica (Italia) en 2012, tomando así un elemento natural para transformarlo en una obra de arte sin prácticamente intervención alguna.
En un bosque de Langeland (Dinamarca), el artista Mikael Hansen tomó miles de varas de árboles y las reunió a lo largo de un camino, dando así el efecto de una carretera construida con materiales orgánicos.
El arte ambiental es uno de los más innovadores de las últimas décadas, al dar un giro ecológico a las técnicas convencionales no solo por transmitir de forma contundente un mensaje en pro de la protección del medio ambiente, sino también por contribuir con la preservación ecológica utilizando elementos y materiales naturales. Desde su origen en el siglo anterior, el ecoarte ha mostrado diversas obras de arte de naturaleza en variadas disciplinas artísticas, donde la belleza de las creaciones se mezcla con la finalidad comunicacional que buscan los artistas para fomentar el cuidado del entorno físico, el mismo donde todos como sociedad convivimos y estamos obligados a mantener para las generaciones futuras. Súmate a esta iniciativa y crea tu propio dibujo ecológico.