Llama la atención la cantidad de corrientes artísticas emergidas de Italia, un país que hoy en día es todo un referente en cuanto a la estética y talento se refiere. Entre la gran cantidad de estos movimientos resalta el futurismo, que tuvo sus orígenes en Milán de la mano de diversos poetas y que, poco tiempo después, fue acogido de forma positiva por otras disciplinas artísticas que buscaban romper con los patrones tradicionales establecidos por el pasado. Te invitamos a leer este interesante artículo, que trata los detalles fundamentales para comprender lo que fue el arte futurista y el impacto que buscaba tener dentro de la sociedad del siglo XX.
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Las obras del futurismo lograron atraer a la opinión pública por manifestar su esencia siguiendo como modelo a las máquinas como medio para transmitir el mensaje hacia el porvenir lleno de dinamismo y deshumanización. De hecho, ahí reside el significado de futurismo, que fue asumido por sus promotores como el movimiento orientado hacia el futuro.
Para profundizar sobre el arte futurista, es necesario saber de qué se trata este movimiento, cuándo tuvo su auge y cuáles son los principios artísticos que busca reflejar esta corriente artística.
El futurismo es un movimiento artístico multidisciplinario que surgió en Italia en febrero de 1909 a partir de un manifiesto escrito por el poeta Filippo Tommaso Marinetti y publicado primero en el diario Gazzetta dell’Emilia y, días después, en el periódico francés Le Figaro. Dicho escrito comenzó siendo la base del denominado futurismo literario, en cual asumía una postura contraria al pasado, al convencionalismo y a la tradición, para pregonar una estética creativa acorde a la modernidad, las necesidades de la sociedad y del porvenir.
Si bien este primer manifiesto fue el fundamento del futurismo en literatura, sus principios rápidamente fueron acogidos por otros ámbitos creativos que coincidían en el culto a las máquinas y a la exaltación de la velocidad y el movimiento como expresión de la belleza, por lo que áreas de las artes visuales como la pintura, la escultura, el diseño, la arquitectura, la publicidad, la fotografía y el cine siguieron el ejemplo de Marinetti y publicaron sus propios manifiestos.
El desarrollo del arte futurista en otras áreas diferentes a la literatura permitió también que esta corriente llegara a otros países. Así, el futurismo italiano tuvo gran influencia en el plano internacional a poco tiempo de su origen en Milán, extendiéndose a Rusia, Portugal, España, Bélgica e incluso, llegar a países latinoamericanos como Argentina y Uruguay.
A pesar de que la decadencia del futurismo fue originada por la Primera Guerra Mundial, ya que muchos de los miembros del movimiento participaron en la contienda (y pocos sobrevivieron a la misma), este estilo artístico sirvió de inspiración para nuevas corrientes como el rayonismo ruso, el cubofuturismo, el futurismo indígena y el amazofuturismo, demostrando así el gran legado que dejó dentro del arte contemporáneo.
A través del futurismo, los artistas buscaban impulsar cambios contundentes para la sociedad y la vida, siendo uno de los factores que promovieron la participación de muchos de los miembros de este movimiento en la Gran Guerra, movidos por la agresividad y el patriotismo que pregonaban.
De hecho, sus partidarios fueron abiertos promotores del militarismo y rápidamente se identificaron con el nacionalismo extremo, llegando a hacer del futurismo una filosofía de vida con una mirada de preocupación hacia el ámbito político que motivó en sus integrantes el deseo de rechazar y destruir de una vez por todas lo que ellos consideraban los causantes que impedían que Italia creciera y se modernizara.
En la parte artística, el arte futurista exaltaba la adoración de la máquina, la literatura objetiva, el valor de la guerra, el nacionalismo y la sensualidad, glorificaba y hacía hincapié en presentar la realidad en movimiento. Por otro lado, el futurismo se caracterizó por manifestar una estética provocadora, misógina y machista, amante de la violencia y el peligro.
Para comprender mejor cómo se fue gestando el futurismo a principios del siglo XX, vale la pena hacer un breve recorrido por el origen y evolución de este movimiento artístico.
El movimiento futurista floreció en Milán de la mano del poeta Filippo Tommaso Marinetti, quien el 5 de febrero de 1909 redactó el Manifiesto futurista para expresar una utopía social caracterizada por el dominio de la máquina, para lo cual buscaba proponer un cambio drástico dentro de la literatura y las artes con miras al porvenir.
Dicho escrito fue publicado en el diario francés Le Figaro, siendo asimilado por otros artistas, principalmente pintores, quienes en 1910 concibieron el manifiesto de la pintura futurista y, a medida que fue pasando el tiempo, varios creadores se sumaron a este movimiento que, cabe destacar, es el primero que se organiza de manera formal dentro del mundo del arte. Por tanto, se publicaron otros manifiestos similares al de la literatura y al de la pintura, como el caso del Manifiesto de la escultura futurista (1912), El arte entre los ruidos, es decir, la incursión del futurismo en la música (1912) y el Manifiesto de la arquitectura futurista (1914).
Debido a su autopromoción y carácter radical, el arte futurista rápidamente traspasó las fronteras italianas para permear en varios países de Europa y América. Así, este fenómeno artístico fue el fundamento para la aparición de otras corrientes como el futurismo ruso dentro del ámbito literario y el giro que muchos escritores latinoamericanos dieron a sus publicaciones gracias a la influencia que tuvo la visita del fundador del futurismo italiano Marinetti al Cono Sur en 1926.
Asimismo, logró trascender en importantes artistas radicados en Estados Unidos como Joseph Stella y Marcel Duchamp, quienes tomarían elementos de esta corriente para dar forma a posteriores vanguardias artísticas.
Motivado al alistamiento de muchos de los miembros del futurismo a las tropas contendoras de la Primera Guerra Mundial, influenciados por el patriotismo y el militarismo que el movimiento llegó a pregonar, dicha corriente quedó dispersa ya que, al ver el radicalismo que había tomado, antiguos militantes decidieron abandonar este arte.
Paradójicamente, su fundador, Filippo Marinetti, fue nombrado como académico de Italia en 1929 por parte del régimen fascista, hecho que fue visto como una traición a los principios establecidos dentro del movimiento del futurismo. A la muerte del poeta en 1944 se dio por concluida la experiencia de esta corriente que, a pesar de todo, ya había logrado tener impacto en otras vanguardias artísticas.
Como toda corriente creativa, el arte futurista cuenta con ciertos elementos y rasgos que permiten caracterizar este estilo y diferenciarlo de otras estéticas predecesoras o de diversas vanguardias artísticas. Entre las características del futurismo se encuentran las siguientes:
El futurismo nació con un fuerte rechazo hacia los patrones artísticos establecidos en el siglo XIX, ya que, de acuerdo con la concepción de sus miembros, el mundo había dado muestras de progreso con la llegada del siglo XX, por lo que el arte no debía quedar exento a esos cambios.
Ya que el arte futurista surgió en el marco de la Segunda Revolución Industrial, este movimiento no fue ajeno a mostrar su culto por los avances científicos y tecnológicos que podía influir en el progreso del ser humano y su convivencia con las máquinas.
Por tanto, muchas imágenes futuristas hacen referencia al tiempo de gloria donde la máquina domina al mundo como símbolo de la evolución.
Esculturas, pinturas y dibujos futuristas, entre otras obras de arte, buscaban transmitir al público la interpretación que el artista daba al movimiento, algo que se hacía notar por medio de la fuerza y la energía que se manifestaba en dichas creaciones.
Las piezas creadas dentro de las artes plásticas son concebidas de acuerdo a las temáticas abordadas por el futurismo, tales como la velocidad, el movimiento, el dinamismo, la inclusión de máquinas, automóviles, los deportes, la guerra y otras expresiones de esta representación de la modernidad.
Los artistas y autores del futurismo buscaban, a través de sus obras, mostrar una ética machista, provocadora y misógina, glorificadora del patriotismo y la violencia propia de la guerra. Como ya se había mencionado, el nacionalismo extremo llevó a muchos de ellos a participar en la Primera Guerra Mundial, y los que sobrevivieron o no se enlistaron en el enfrentamiento llegaron a ser militantes del fascismo.
Entre las características de la literatura futurista destaca su ruptura con la métrica y su renegación al pasado, el uso de léxicos llenos de barbarismos y tecnicismos, el realce de la vitalidad del texto por medio de la recurrencia de interjecciones y exclamaciones y el empleo casi excesivo y arbitrario de los signos de puntuación.
Estos aspectos se encuentran presenten en muchos ejemplos de futurismo literario como poemas y narraciones que abordan diferentes temas acordes a los principios del movimiento.
Una gran cantidad de objetos, temáticas y cosas futuristas fueron representadas en las piezas artísticas creadas por los miembros de este movimiento. Desde su punto de vista, representó temas como:
La ciudad del futuro, llena de dinamismo, velocidad y con predominio de los avances tecnológicos, son los principales exponentes del mundo moderno que el futurismo se planteó en cada una de sus obras.
Los futuristas asumían esta temática como base del desarrollo de todo ser humano que busca progresar, por lo que, además, fue aceptada como principio artístico de la corriente creativa.
Las obras musicales y el lenguaje plástico del futurismo se inclinaron a representar sonidos de diversas máquinas y los diferentes sonidos de las multitudes como símbolo del progreso del prometedor porvenir.
Para muchos futuristas, la guerra era la forma más efectiva de destruir todo vestigio del pasado para dar apertura al futuro, como una especie de limpieza o higiene social. Por tanto, muchas obras de arte desarrolladas por este movimiento muestran escenas de lucha o confrontaciones violentas.
Diversas figuras del mundo artístico se asumieron como futuristas, dejando un importante legado de obras que han sido un referente dentro del arte contemporáneo. Entre estos representantes destacan:
Poeta y dramaturgo italiano de origen egipcio, fue fundador del futurismo gracias a su Manifiesto futurista publicado en 1909 y que sería el fundamento de este movimiento artístico. Este escrito mostraba su lado más revolucionario, siendo aceptado rápidamente por otros artistas de su tiempo.
Fue autor de diversas poesías y ensayos, obras teatrales como las Noches futuristas y antologías. Para 1920 se asumió fascista, llegando inclusive a ser el poeta oficial del régimen de Benito Mussolini.
Pintor y escultor que rápidamente asumió su postura como partidario futurista. A través de sus obras, este artista calabrés buscó representar el movimiento, los sentimientos y las emociones. Su encuentro en Milán con otros exponentes futuristas lo motiva a formar parte de este movimiento, donde además, pudo verse la influencia personal que recibió del cubismo, aunque dejando de lado el fuerte estatismo de dicha estética, como puede verse tanto en su obra pictórica como escultórica.
Entre sus creaciones más importantes resaltan cuadros como Dinamismo de un jugador de futbol (1911), Dinamismo de un ciclista (1913) y La ciudad que crece (1916). En cuanto a su escultura, destacó por el empleo de materiales como el cristal, la madera y el hierro como vehículo de un objeto en movimiento con el espacio donde se encuentra situado.
Renombrado pintor y escultor turinés, fundador del futurismo en Roma. Recibió influencia de los puntillistas parisinos tras su paso por la capital francesa en 1900 y, en 1909, su obra se vio marcada por el manifiesto de Marinetti, aunque no compartía el carácter violento que manifestaba el precursor futurista.
Se dio a la tarea de representar en sus obras los aspectos ópticos del movimiento y la dinamicidad de la luz, como puede verse en cuadros como Dinamismo de un perro con correa y Muchacha que corre en el balcón (1912). Tiempo después experimentó con el ritmo de las aves y ciertas máquinas, temas manifestados en pinturas como Velocidad de automóvil + luz + ruido (1913) y Velocidad abstracta + ruido (1913-1914).
Artista polifacético, tuvo paso dentro de la pintura, la composición musical, la fabricación de instrumentos musicales y fue un ferviente teórico, a él se le adjudica la autoría del manifiesto El arte de los ruidos (1913), a través del movimiento que sirvió de plataforma para su influencia como precursor de la futura música electrónica.
Aunque sus obras pictóricas no son tan conocidas, siguen los preceptos del arte futurista, como en el caso de sus cuadros Síntesis plástica del movimiento de una mujer y Casas + luces + cielo.
Notable urbanista y arquitecto, promotor del futurismo en esta última disciplina artística, llegando a redactar su propio manifiesto en 1914. Su obra mostraba la inspiración que recibió de las ciudades industriales norteamericanas y del trabajo de arquitectos de la talla de Joseph María Olbrich y Otto Wagner. Concebía un diseño futurista arquitectónico ligado a la cuarta dimensión o el tiempo, tal y como puede apreciarse en su proyecto más importante La ciudad nueva (1913-1914), donde plasmaba la ciudad de Milán en el futuro.
Murió en la Primera Guerra Mundial.
A continuación, mostraremos algunas piezas artísticas creadas por diferentes miembros del futurismo, siendo hoy en día referentes dentro de la pintura, escultura y literatura universal.
La pintura futurista fue la disciplina que mayor número de obras produjo siguiendo los principios de esta vanguardia artística. Entre los cuadros más reconocidos se encuentran:
Es un cuadro de Umberto Boccioni, pintado en 1913 reflejando la corriente futurista a través de movimiento maquinal. Se puede admirar esta obra en el Museo Guggenheim de Venecia.
La famosa infraestructura neoyorquina también fue representada en 1919 por el movimiento futurista, de la mano de Joseph Stella. Este cuadro hoy se exhibe en la Galería de Arte de la prestigiosa Universidad de Yale.
Otra de las artes visuales donde irrumpió el futurismo fue la escultura, la cual, obviamente, hizo todo por incorporar el movimiento en sus creaciones. Dentro de este ámbito traemos como ejemplo esta obra:
Realizada en yeso en 1913 por el artista Umberto Boccioni, esta escultura tiene diversas copias en bronce que se encuentran resguardadas en diversos museos mundiales. Esta pieza es una muestra de cómo el creador incorporó la noción de fuerza y velocidad en una sola obra, y a pesar de que se trata de un retrato tridimensional, se considera al tiempo como una cuarta dimensión agregada por la lucha que el cuerpo tiene contra la fuerza invisible.
La primera disciplina artística que asumió la corriente futurista fue la literatura, desarrollándose así un compendio de publicaciones llenas de pensamientos irracionales y cargadas de rebeldía. Entre la nutrida obra literaria del futurismo resalta:
Novela escrita en 1909 por el fundador del movimiento, Filippo Tommaso Marinetti, donde hace llegar al lector de forma expresa la posición que toma esta corriente con respecto a su desprendimiento de los convencionalismos y su mirada hacia el futuro.
Publicado en 1931 por Giovanni Papini, es el resultado de la narración filosófica futurista siguiendo ciertos elementos convencionales como la sátira, dando lugar a un texto donde se pueden ver diversas críticas sociales y las costumbres que rigen a la civilización.
Como se pudo observar, el futurismo trascendió las barreras convencionales del arte para fomentar una creatividad estética más libre y revolucionaria, por lo que este movimiento se considera una de las primeras vanguardias artísticas del siglo XX y la pionera dentro del denominado novecento italiano. Por otra parte, el arte futurista logró generar tal impacto en la vida política y social que jugó un papel muy importante como medio de expresión del prometedor progreso que buscaba la población, hecho que justificaba su posición como corriente partidaria de la guerra. A pesar de su corta duración, el futurismo logró cambiar para siempre la mirada del arte en general, haciendo que fuese más libre y rebelde, como bien se presenció en movimientos creativos posteriores.