Las artes forenses le dan rostro a las investigaciones legales a través de las diferentes técnicas artísticas, científicas y tecnológicas que con mucha pericia y gran capacitación aplican los artistas forenses. La disciplina está íntimamente ligada a otras profesiones relacionadas a la criminalística y criminología, y trabajan de la mano para resolver los casos inscritos en la administración de justicia.
Comer carne humana:
Las devastadoras consecuencias para la salud del canibalismo y la antropofagia
Esta disciplina se relaciona de forma muy cercana con la antropología forense. Al mismo tiempo utiliza la tecnología, con sus avanzados programas informáticos, y las diferentes expresiones del arte: dibujo, escultura, proyecciones en el tiempo, ilustraciones de rostros, etc.
El rostro es el elemento corporal de mayor expresión. Es el mapa que describe a la persona, ya que en él se reflejan importantes datos de la personalidad y del carácter. Plasmar el rostro de alguien para mostrar su verdadera esencia, a través de las múltiples formas artísticas de hacerlo, no es tarea fácil.
Muchos factores entran en juego, por ejemplo, en algunos países el fenotipo de un gran porcentaje de la población puede ser el mismo. Otro factor es el componente subjetivo que la víctima, testigo o denunciante puede imprimirle a su testimonio producto de su estado emocional. Por eso es un trabajo que requiere gran capacitación, sensibilidad y experiencia.
Se puede decir que las artes forenses son las técnicas y sensibilidad artística que unidas al conocimiento científico y a la tecnología, logran crear imágenes que son usadas para esclarecer casos legales o contribuir en las investigaciones.
El sistema de justicia, consciente de la utilidad de la imagen, incorporó desde hace más de un siglo a dibujantes y diferentes tipos de artistas en sus equipos de investigación.
Las investigaciones legales usan la imagen como elemento de información, averiguación, búsqueda o inspección en casos de personas desaparecidas, menores robados, retratos de delincuentes, reconocimiento de cadáveres y muchas otras cosas. Sus funciones son variadas, pero básicamente se centran en la localización e identificación de personas relacionadas con hechos delictivos o víctimas de ellos.
El origen de la reconstrucción facial data del siglo XIX, con las publicaciones de Schaaufhausen «Sobre la máscara mortuoria de Shakespeare» y «La Cabeza de Raphael” entre los años 1875 y 1883. Posteriormente también se trataron de asociar restos óseos a personajes célebres como Haydin, Bach y Kant.
Sin embargo, el comienzo de la ciencia de la reconstrucción facial se da con el anatomista Mihail Gerasimov. Este ruso plantea por primera vez el uso de una metodología científica en esta área. Entre otras cosas, él establece la forma de reconstrucción facial a partir de los músculos cráneo-faciales.
En el año 1962 estas técnicas comenzaron a aplicarse en la disciplina forense con el sistema de Krogman WM, que se basaba en puntos cráneométricos. Posteriormente sus trabajos fueron aplicados por otros antropólogos forenses: Snow C. en 1970 y Ubelaker DH en 1992.
Con el auge de la informática en los noventa se comienzan a publicar muchas investigaciones. En 1992 se funda la International Association of Craneofacial Identification. En el continente europeo también creció la atención por la reconstrucción facial con autores como Rinn C, Wilkinson C y otros.
Carl N. Stephan destaca con innumerables trabajos, especialmente el publicado en el 2006: «Assessing facial approximation accuracy: how do resemblance ratings of disparate faces compare to recognition tests?». Además tiene una página web con importantes aportes en la materia. Ha defendido el término “aproximación” para definir lo que se suele nombrar como “reconstrucción”, teniendo como alegato lo impreciso de la técnica.
Para la aproximación forense del rostro o reconstrucción facial se unen varias disciplinas en una misma labor: el arte, la antropología, anatomía y osteología. Algunos métodos a pesar de ser altamente controvertidos se han usado no solo en criminalística, se utilizan también para reconstruir restos de valor histórico.
Para hacer estas representaciones existen artistas forenses calificados en cada una de las destrezas y habilidades, ya que se trata de un campo altamente especializado. Estas son:
La historia del retrato hablado se remonta al antiguo Egipto (330 a.c.- 30 a.c.), donde ya se usaban sistemas sorprendentemente parecidos, aunque más complicados que los métodos actuales. Los antecedentes del retrato hablado contemporáneo tienen origen en 1880, cuando Alphonse Bertillon, un criminólogo francés, crea un método para identificar criminales.
Esta disciplina tiene como función ayudar en la investigación dibujando la imagen descrita por una víctima o testigo. El dibujo del sospechoso generalmente se hace a mano, en base a las descripciones físicas que se puedan recopilar en las entrevistas que los mismos artistas pueden realizar. En este sentido, algunas de las características del retrato hablado pueden resumirse así:
La edición se usa para modificar imágenes y ayudar en la identificación que debe hacerse en la investigación. Con esto se busca mejorar la fotografía. En algunos casos se pueden hacer regresiones o progresiones en la edad del sujeto.
Se usa para la identificación de personas implicadas que intentan cambiar su apariencia para evadirse de la justicia. El registro de la imagen se realiza para referencias futuras.
Son los bosquejos o dibujos de escenas del crimen. En el dibujo pericial se incluyen las medidas y dimensiones del plano. El croquis de criminalística sirve para respaldar las fotografías tomadas en el lugar donde ocurrió el incidente. Las imágenes de criminalística de campo están dirigidas al estudio del lugar del suceso y son de gran valor para las investigaciones.
Es cualquier evidencia física que ayude al esclarecimiento de la investigación. Se usan para ilustrar el caso o demostrar lo sucedido. Básicamente reconstruye el evento y revela lo ocurrido.
Los dibujos en medicina forense son de gran ayuda en los casos en que el cuerpo del fallecido está desfigurado por descomposición u otra causa. Estas imágenes de criminología forense y criminalística se pueden hacer con fotografías anteriores a su muerte. Generalmente el dibujo forense se usa para ayudar en la identificación del cadáver. Las imágenes de criminalística forense son de gran valor para el desarrollo de las investigaciones.
Esta técnica se usa para representar los cambios que puede sufrir un infante a medida que crece. Se puede hacer por medio de dibujos o de programas informáticos. Se parte de la base de alguna foto del menor y de características e información de tipo hereditaria. También se usan fotos de familiares cercanos como hermanos, padres, abuelos, etc.
Se usan técnicas artísticas asistidas por computadora o de dibujo anatómico. Se toma como base fotografías anteriores e información hereditaria familiar. En el dibujo de envejecimiento también se pueden usar fotos de familiares cercanos.
Son modelos tridimensionales en los que generalmente se pueden usar los cráneos de las personas fallecidas. Se agregan elementos como pelucas y otros, para darle realismo a la escultura. Después se toman fotografías que se usan en la investigación.
Es una forma de dar detalles sobre las características del sujeto: edad, raza, género, etc. Se usa solo con fines de consulta pues se considera que pueden interferir componentes subjetivos del artista.
La foto forense la realiza un profesional. Sirve para la fijación de la escena y todos los elementos relacionados con ella. Las fotografías forenses son un complemento ideal para la investigación criminal, ya que aporta muchos indicios sobre los hechos que pueden ser pasados por alto en el momento de la observación ocular. Estas imágenes de escenas del crimen son de mucho valor para el desarrollo de las investigaciones.
La labor se realiza con la colaboración de diferentes disciplinas y elementos como el dibujo médico forense, entre otros. Antropólogos, artistas forenses, informáticos y otros profesionales intervienen en la investigación y ayudan a determinar características como sexo, edad, género, etc.
Los artistas forenses logran la aproximación facial de varias maneras, a través de dibujos de criminología (2D), esculturas (3D) y usando programas informáticos especializados. Si bien los modelos logrados a través de programas informáticos se hacen de forma mucho más rápida, no se logra la viveza que le otorga las técnicas artísticas.
Los métodos de reconstrucción manual 3D son:
El artista forense toma en cuenta muchos elementos para realizar los bocetos de rostros: edad, tono de la piel, género, etc. Los segmentos básicos que se examinan para los dibujos de rostros son:
La organización forense “Asociación Internacional de Identificación” (IAI) nació como «Asociación Internacional para la Identificación Criminal» en el año 1915. En 1918 la palabra “criminal” fue retirada en virtud de la gran cantidad de trabajo no criminal que se realiza en las oficinas de identificación.
Esta asociación se convirtió en un organismo de certificación y educación con más de 6 mil miembros en Estados Unidos y en otras naciones del mundo. Tiene como prioridad la formación y educación de profesionales de las disciplinas forenses.
Existen tres especialidades para lograr el título de artista forense: reconstrucción facial, mejoras de imágenes y envejecimiento, y creación del retrato hablado. Para lograr la certificación se deben cumplir varios requisitos:
En México existen diplomados que otorgan al estudiante la posibilidad de ejercer como “perito profesional en materia de arte forense” o como “perito oficial” en todo el país.
En la Academia de San Carlos se hacen los diplomados de anatomía artística. La Unam (Universidad Nacional Autónoma de México), en la facultad de artes y diseño, imparten diplomados a las personas interesadas en la materia. Generalmente están dirigidos a graduados en diseño gráfico, artes visuales, diseño y comunicación visual, periodismo, ciencia forense o criminología.
En España es posible estudiar Antropología forense. La Universidad Complutense de Madrid tiene un Laboratorio de Antropología Forense con más de 30 años de estudios y experiencia en esta disciplina. Los principales centros donde existen laboratorios de Antropología forense puestos al servicio de la Administración de Justicia son:
El rostro con su infinita riqueza de rasgos define a la persona y es el primer medio para reconocer a alguien. Las artes forenses se encargan de darle identidad a los seres humanos a través de sus diferentes formas de expresión. Para eso requiere de profesionales altamente capacitados, como son los artistas forenses, que con su sensibilidad y habilidad ponen el arte al servicio de la justicia.