El significado de Medioevo hace referencia a la época histórica comprendida entre los siglos V y XV, periodo que, como se puede notar, fue sumamente extenso y, por consiguiente, ocurrieron diferentes hechos de trascendencia, tanto para el mundo oriental como el occidental. Por ende, la historiografía se ha dado a la tarea de dividir a la época medieval en dos etapas, la Alta Edad Media y Baja Edad Media, a fin de comprender el auge y la decadencia notables en diversos aspectos del acontecer político, económico, social, cultural y religioso del momento. En esta oportunidad, haremos un repaso por la línea de tiempo de la Baja Edad Media para detallar las características y acontecimientos más importantes de la segunda etapa del Medioevo.
Guerras medievales:
Historia, armas, técnicas y ejércitos de las batallas medievales más importantes
Ante la consolidación de la supremacía de tres de los imperios más poderosos del mundo, el carolingio, el islámico y el bizantino, y de un nuevo sistema político y social sustentado en la producción de tierras y bienes, denominado feudalismo, la Edad Media Alta y Baja fueron los periodos históricos donde se suscitaron hechos de interés no solo para el contexto de la época, sino para el devenir del continente europeo y las naciones que comenzaban a adquirir el estatus de potencias dentro de este territorio.
Específicamente, durante la edad baja del Medioevo ocurrieron eventos que permitieron la expansión del sistema feudal y el florecimiento de instituciones, creadas con el fin de proteger y dar continuidad a lo establecido durante su etapa predecesora, la Alta Edad Media, tanto en Oriente como en Occidente. Cabe destacar que, en lo que respecta a Europa, la Baja Edad Media no se desarrolló de forma homogénea en dicho continente, por lo que entraremos en detalle sobre este aspecto a continuación.
La Baja Edad Media se trató de la segunda etapa de la época medieval, siendo sus momentos finales lo que la historiografía ha llamado la transición entre el Medioevo y la Edad Moderna. A su vez, esta etapa suele ser dividida por muchos estudiosos en la materia en dos fases, la Plena Edad Media y la Crisis de la Edad Media. Lo cierto es que, después de la estabilidad que se había presentado en toda Europa durante la Alta Edad Media, la Baja Edad Media se caracteriza por una crisis global que impactó en todos los ámbitos, a pesar de que previamente se había vivido un aumento en la producción agrícola y originado un crecimiento en la población de toda Europa.
Si quieres conocer qué cambios agrícolas y demográficos permitieron el renacer urbano durante los inicios de la Baja Edad Media y qué factores impidieron su sostenimiento en los años posteriores, te invitamos a seguir leyendo la información que presentaremos en breve.
En el momento de periodizar la Baja Edad Media, se han desarrollado dos vertientes distintas. La primera, que ubica a esta etapa entre los siglos XI y XV, mientras otras opiniones hacen referencia a que este periodo coincide con la decadencia de la Edad Media acontecida en sus últimos siglos, XIV y XV, hecho que viene a reforzar la teoría de que entre Alta y Baja Edad Media hubo una etapa intermedia, denominada Plena Edad Media.
En esta oportunidad, nos decantaremos por la primera opción, la más recurrente dentro de la historiografía, donde se divide a la época medieval baja en Plena Edad Media (siglos XI – XIII) y Crisis de la Edad Media (siglos XIV y XV).
Por ser un periodo extenso donde se desarrollaron diversos acontecimientos de trascendencia para la historia, se han mencionado diferentes causas que dieron origen a la Baja Edad Media. Entre ellas se encuentra la invasión de turcos y mongoles sobre el califato musulmán árabe que propicio una enorme crisis política, social y religiosa que trajo como consecuencia la división de la antigua estructura político-administrativa en pequeños estados.
La debilidad que sufrían en ese momento los musulmanes dio pie para el desarrollo de un conjunto de campañas militares llamadas cruzadas que, amparadas por la Iglesia Católica y las principales monarquías de ese entonces, buscaban el éxito de la expansión religiosa y cultural en el Oriente próximo por parte del cristianismo, que se apuntalaba recuperar Tierra Santa, en esa época bajo dominio musulmán.
Por otro lado, la prosperidad económica y comercial que beneficiaba a la sociedad en la Baja Edad Media dio origen al resurgir de las ciudades o burgos, localidades que serían testigos del nacimiento de un nuevo sector social que, posteriormente, tendría protagonismo durante la llegada de la Edad Moderna, la burguesía, al tiempo que se generaba un importante aumento demográfico entre los siglos XI y XIII por la disminución de las epidemias que, años atrás, habían diezmado a la población europea.
Para comprender mejor la época medieval en toda su extensión, es fundamental conocer los diferentes rasgos que se hicieron presentes en el acontecer integral de este periodo. Concretamente, el recorrido por las características de la Baja Edad Media permite ver cómo se expandió el feudalismo de manera notable por toda Europa, de qué manera influyó este aspecto en la vida económica y comercial de la época y cómo era el desenvolvimiento social, cultural y religioso de ese entonces, hasta la llegada de la crisis que se generó durante los últimos siglos de la Edad Media.
Entre los principales aspectos de la Baja Edad Media se encuentra:
Un hecho importante de la Baja Edad Media fue la pujante producción agrícola que se generó producto de la demanda que conllevaba el aumento de la población, que requería obviamente más alimento. Coincidiendo con un periodo climático beneficioso para los cultivos agrícolas, donde se adecuaron los sembradíos para que no sufrieran el impacto de las fuertes heladas que caracterizan a Europa, y a la par de la innovación técnica y tecnológica que permitió la introducción al campo de molinos de viento, la rotación trienal y el arado, entre otros métodos y recursos, se dio un florecimiento en la materia.
El comercio en la Baja Edad Media tuvo un significativo crecimiento a causa de la productividad agrícola ya descrita, generándose un importante intercambio comercial y el surgimiento de nuevas rutas dentro de Europa (con los mares Mediterráneo y Báltico como principales enlaces comerciales) y entre Oriente y Occidente, donde se daba la importación de artículos de lujo y especias provenientes de Asia.
Como principal consecuencia de las dos características ya mencionadas, se encuentra el resurgimiento de las ciudades y el crecimiento poblacional. El ingreso económico de los burgos dependía principalmente de los impuestos cobrados al comercio y por causa de los tributos aportados por los mercaderes. Esta bonanza permitió la ampliación urbana donde se erigieron importantes recintos públicos.
Como resultado de la prosperidad económica vivida en los burgos o ciudades medievales, emergió un nuevo sector social compuesto por comerciantes y artesanos habitantes de estas localidades y que desarrollaban su labor en las mismas.
Anualmente, en Flandes y Borgoña se reunían los comerciantes para exhibir lo mejor en cuanto a productos provenientes de lugares remotos, traídos por mercaderes. Así, en torno a estas ferias medievales se llevó a cabo la reactivación económica europea.
La historia del arte de la Baja Edad Media contempla el florecimiento del estilo gótico como principal manifestación arquitectónica del momento, notable en imponentes edificios con grandes torres y con ventanas decoradas con vitrales. Por su parte, el naturalismo iba a estar presente tanto en la pintura como en la escultura, dos de las más importantes disciplinas dentro del arte en la Baja Edad Media occidental.
A manera de enriquecer la formación de los habitantes de los grandes burgos, se fundaron los primeros centros de aprendizaje y universidades que permitían la discusión de los saberes de ese entonces. Por ejemplo, en la Baja Edad Media en España surgió la Universidad de Salamanca, una de las más importantes de aquel contexto.
En un contexto cultural regido principalmente por la religiosidad, emergieron diversos cultos, sobre todo hacia la Virgen María, y surgieron órdenes como la dominica y la franciscana, las cuales recorrían las ciudades para reforzar la difusión de la fe cristiana. Por otra parte, en esta época tuvo su origen la escolástica, corriente filosófica vinculada con la teología y basada en los principios aristotélicos.
De manera breve, presentaremos en breve los acontecimientos más relevantes suscitados dentro de la época medieval baja, los cuales tuvieron efectos en los aspectos económico, político, cultural y religioso de este periodo histórico.
Para el siglo XIV se dio una crisis en toda Europa y gran parte del Mediterráneo que afectó notoriamente la dinámica económica que se había venido desarrollando a lo largo de la época medieval. Se hacía más difícil mantener el equilibrio entre la producción de alimentos y el aumento de la población, por lo que el principal sustento de la economía feudal, la agricultura, sufriría a partir de entonces una decadencia.
Las condiciones climáticas que permitieron el desarrollo efectivo de la producción agrícola durante el periodo cálido medieval, cambiaron drásticamente con la disminución de la temperatura en el Atlántico norte durante el siglo XIV, lo que trajo como consecuencia que las heladas provocaran enormes pérdidas en las cosechas desde la primavera de 1315.
En la Europa septentrional, producto de los embates del mal tiempo propiciados por las bajas temperaturas y la mala gestión administrativa y política por parte de los gobiernos de turno, trajo consigo una enorme escasez de alimentos que conllevó a diversos conflictos sociales, entre ellos, la mortandad por inanición.
A pesar de ser un periodo histórico caracterizado por su prolongación temporal, lo cierto es que en todo ese lapso, las potencias del momento tuvieron que enfrentar diversos conflictos internos y externos para sostener su hegemonía. Por otra parte, se desarrollaba la unión y acuerdo entre monarquías para asegurar la permanencia política que, tiempo después, resultó en el surgimiento de nuevos imperios.
Confrontación que enfrentó a Francia e Inglaterra entre 1337 y 1453, en una compleja y extensa lucha que se vio interrumpida por treguas, tratados de paz momentáneos y cambios dinásticos. Se originó al querer fijar la sucesión de la Corona francesa luego de la extinción de la casa de los Capetos.
Entre 1397 y 1523 se determinó la unión dinástica de Noruega, Suecia y Dinamarca, la cual estuvo regida en primer momento por la reina Margarita I. Este reino nórdico aseguró una posesión territorial de más de 3.000.000 de km².
En un intento por establecer una corriente de pensamiento medieval basado en el cristianismo, se desarrolló una filosofía que rescata los principios del pensamiento aristotélico, donde además se buscaba reconciliar la teología con la filosofía clásica, sobre todo griega, judaica y árabe. El resultado fue la escolástica, predominante en los estudios dados en las primeras universidades de Europa desde mediados del siglo XI.
El aseguramiento del predominio del cristianismo como religión mayoritaria fue primordial durante la época medieval, por lo que no es de extrañar que se dieran sendos enfrentamientos para que la Iglesia Católica mantuviera su hegemonía en toda Europa. Sin embargo, esta creencia fue cuestionada por diversos movimientos que no comulgaban con el dogma cristiano, hecho que vino a propiciar una enorme crisis en el interior de la Iglesia romana.
Fue un conjunto de campañas militares que se dieron para tomar el poder de la Tierra Santa, para ese entonces controlada por los musulmanes. Estas guerras religiosas fueron auspiciadas por la Iglesia Católica entre 1096 y 1291, con el fin de consolidar el dominio de la fe cristiana.
Entre 1378 y 1417 surgió una división dentro de la Iglesia Católica, hecho que significó el mayor momento de tensión de dicha religión durante la baja época medieval, donde al menos tres obispos se disputaban la máxima autoridad pontificia.
La Crisis de la Baja Edad Media generada entre los siglos XIV y XV trajo una serie de acontecimientos históricos que conllevaron la inminente transición entre la época medieval y la Edad Moderna. Los hechos considerados por la historiografía como determinantes para el fin de la Edad Media son:
La invención de la imprenta moderna en 1440 por parte del orfebre germano Johannes Guttenberg trajo como resultado la multiplicación de conocimientos a un significativo número de lectores, lo que expandía la difusión del saber de manera notoria, con un acontecimiento que sería el puente entre la época medieval y la llegada de la Edad Moderna.
La toma de Constantinopla realizada por los turcos otomanos en 1453 dio por finalizado el Imperio Romano de Oriente, conocido comúnmente como imperio bizantino. Este hecho aseguró a los ocupantes de dicha ciudad el control comercial entre Oriente y Occidente.
Luego de diez años, en 1492 se llevó a cabo la toma del reino nazarí de Granada por parte de Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón, acontecimiento que dio fin a la prolongada reconquista de la península ibérica que inició en el siglo VIII. Esta conquista aseguró la consolidación de la Monarquía Católica hispánica poco tiempo después.
La llegada de Cristóbal Colón a América en octubre de 1492, amparado bajo la figura de los Reyes Católicos, significó la expansión territorial, el dominio político y económico del naciente imperio español hacia los nuevos dominios descubiertos durante este proceso histórico.
Como se pudo observar, la época medieval estuvo caracterizada por el extenso periodo temporal donde se generaron importantes hechos de trascendencia no solo para el acontecer político, económico, social, cultural y religioso del momento, sino para el devenir histórico de los territorios donde el feudalismo se hizo presente. Ya para el contexto de la Baja Edad Media, comenzaron a desarrollarse las figuras institucionales e imperios que marcarían el futuro tanto de Occidente como de Oriente en la Edad Moderna, y a pesar de ser un proceso que se dio hace siglos, su impacto sigue repercutiendo hasta nuestros días.