¿Has pensado alguna vez qué te sucede cuando bailas?
Algunos lo hacen más a menudo que otros, le dedican más horas de sus días o lo realizan con más intensidad, pero, en todos los casos, el cuerpo, reacciona.
Bailar nos hace bien a todos, nos saca una sonrisa y, además, tiene beneficios tanto para la salud mental, como emocional y física. Dedicarle unos minutos de tu día a esta hermosa actividad optimiza tu calidad de vida de una forma espectacular.
El baile es una actividad funcional que tiene grandes beneficios, como por ejemplo la reducción del estrés y la ansiedad, ya que, mientras se practica, hace que te olvides de las preocupaciones y te hace sentirte más feliz y seguro con ti mismo.
¿Sabías que cerrar los ojos cuando bailas y mientras escuchas música hace que disfrutes más? Sucede que los oídos se agudizan ya que dejamos de utilizar uno de los sentidos que más nos provee de estímulos, la vista.
Así que, cuando se cierran los ojos, se centra más la atención en la tonalidad, la armonía y el ritmo de lo que estás escuchando.
La danza fue utilizada desde la prehistoria como arte y rito social, hizo su aparición cuando el ser humano tuvo la necesidad de comunicarse corporalmente, con movimientos que expresaban sentimientos y estados de ánimo.
Es por eso que este arte tiene la capacidad de vincular a los individuos emocionalmente sin la necesidad de utilizar ningún tipo de lenguaje oral. Y eso hace que el baile se transforme en un lenguaje universal.
Con el paso del tiempo se fueron creando distintas modalidades de baile: en pareja, de forma individual, en grupo o con elementos involucrados. Y, además, existen un sin fin de estilos musicales que fueron ganando interés en el mundo de la danza.
En la actualidad, diversos estudios demostraron que esta actividad milenaria tiene grandes beneficios a nivel general.
Hoy en día, tomar clases de baile te permite conectarte con vos mismo, porque te hace liberar tus emociones y sensaciones internas, dejándolas fluir a través de movimientos enlazados con la música.
Y también te conecta con otras personas, ya que no se suelen tomar clases de danza individuales, sino grupales, en donde se conoce mucha gente y se amplía tu círculo social, generando un lazo a veces mucho más fuerte que los que se generan en otro tipo de actividades grupales.
¿Estás triste? ¿Algo te puso mal y no sabes qué hacer? ¡Baila! La música y la danza estimulan el cerebro y activan los puntos sensoriales y los circuitos motores.
Escuchar la música que te gusta y mover tu cuerpo al ritmo, hace que el cerebro libere cantidades mayores de dopamina, la hormona que suele asociarse con el sistema de placer del cerebro, y por consiguiente hace que te sientas mejor.
Además, al ser una actividad social, ayuda con los sentimientos de aislamiento que padecen las personas que sufren de depresión.
Bailar previene las enfermedades cardiovasculares, ya que cuando nos movemos con cierta intensidad ayudamos a que la sangre circule por todo el cuerpo de forma correcta. Eso hace que la danza tenga efectos parecidos a los de caminar o andar en bicicleta.
Los problemas en las articulaciones son muy comunes en adultos, ya que con el paso del tiempo estas se gastan y pueden llegar a causar dolor.
Hacer este tipo de actividad física previene la osteoporosis y la artritis, sobre todo si se practica desde pequeños, obviamente acompañados siempre de una sana alimentación.
Bailando te mueves de forma continua e incluso hasta saltamos reiteradas veces. Esto hace que el cuerpo comience a quemar calorías, y si se realiza de forma constante en el tiempo, varias veces a la semana, se pueden comenzar a ver rápidamente los resultados y llegar a perder esos kilos de más.
La cantidad de calorías quemadas depende mucho del tipo de baile que se elija y de la intensidad en que lo practiques. Pero no solo obtenemos este beneficio, sino que, si lo practicamos de forma continua, mejora nuestra resistencia, la flexibilidad y la fuerza. ¿Increíble todo lo que se puede ganar bailando, no?
Al tener que recordar diferentes pasos y repetirlos para practicar, esta actividad hace mejorar la memoria de una forma natural, previniendo el envejecimiento cerebral y enfermedades como el Alzheimer.
Además, el baile no tiene rango de edades, por lo que lo pueden practicar desde niños hasta ancianos.
Si lo realizas de forma recreativa, en una fiesta por ejemplo, mientras se baila se deben tomar decisiones de forma rápida, continuamente, y no sirve recurrir al mismo patrón una y otra vez.
De esta forma, al estar bailando, el cerebro debe cambiar los pasos continuamente y hacer uso de la plasticidad cerebral, haciendo que las neuronas estén más activas y creando así nuevas conexiones, logrando que se potencie tu inteligencia y tu capacidad de respuesta rápida.
«La danza es una actividad saludable tanto por fuera, como por dentro»
En fin, un cuerpo que baila se complementa con un cerebro activo y atento, y mejora de una manera fascinante el físico y la salud en general.
Elías Sánchez. Me dedico al Network Marketing y trabajo como Trader en el mercado de divisas de Forex. Soy un joven emprendedor viviendo en Buenos Aires, Argentina. Me apasiona escribir sobre medio ambiente, desarrollo personal, viajes y tecnología, siempre procurando impactar positivamente… Instagram