Ella fue una parte inanimada de las pin ups, modelos que por aquellas fechas posaban ante la cámara de una forma sugerente, en traje de baño, toda una temeridad del momento, y que solían aparecer en las portadas de las principales revistas o en calendarios. En realidad el término de pin ups procede de una palabra inglesa que significa “para colgar” porque las fotos de estas modelos se colgaban en cualquier sitio, y principalmente en las taquillas de los soldados.
Desmond Doss:
Un héroe de guerra sin armas
El movimiento pin up se popularizó en la década de los 40, aunque había salido a la luz dos décadas antes, en los felices años veinte, cuando se comenzaban a transgredir algunos de los temas tabú, como el sexo, la provocación o los gestos sugerentes de las mujeres. Así fue cuando aparecieron esas fotografías que se utilizaban para colgar de las paredes o en los calendarios.
Durante la Segunda Guerra Mundial estas modelos y sus fotos pasaron a ser auténticas celebridades que “recorrieron” en las mochilas de la tropa todos los rincones del frente, desde la vieja Europa a las islas del Pacífico, pasando por el norte de África. El ejército estadounidense no dejó pasar la oportunidad y comenzó a utilizar su imagen como arma de motivación para los soldados, comenzando a aparecer en revistas, vestidas con el uniforme militar de cada unidad, tierra, mar y aire.
Posiblemente entre las más famosas y admiradas del momento se encontraba Betty Grable, sobre todo por una foto suya en traje de baño en la que, de espaldas a la cámara, giraba la cabeza para mirarla. Si lo vemos con perspectiva y con ojos del siglo XXI, la foto no tiene nada de provocador o sugerente, pero fue impactante en aquellos días. Betty Grable se convirtió en 1943 en la actriz más taquillera de los Estados Unidos, adelantando a estrellas del nivel de Rita Hayworth, Lana Turner o Veronika Lane. Aunque sería Mae West la más explosiva de todas ellas.
Empezábamos esta historia hablando de Betty Boom quien no era una actriz de carne y hueso y llegó a competir en popularidad con este pin ups, convirtiéndose en un mito erótico del momento. Nació en 1930 cuando el dibujante Grim Natwick la plasmó en un papel por primera vez, proyectando una expresión inocente e ingenua, y a la vez con un matiz erótico que la hacía muy atractiva.
La primera idea de Natwick cuando recibió el encargo profesional de crear un nuevo personaje fue, siguiendo la moda y tendencia del momento, dibujar un perrito, concretamente un caniche. Minnie Mouse era la que marcaba esta tendencia en el momento y Natwick procedía de la factoría Disney. Pero, afortunadamente para Betty no le convenció y comenzó a retocar su idea original hasta terminar en ella. El siguiente paso era buscar nombre y este llegaría dos años más tarde.
La imagen definitiva de Betty Boop era toda una ingenua provocación, vestida con un gran escote y un corto vestido bajo el que se apreciaba un liguero. Esa imagen consiguió cautivar y enamorar a los soldados estadounidenses de la Segunda Guerra Mundial que la “adoptaron” y se llevaron al frente como un amuleto y compañía. Betty Boop también lució en aviones y tanques, al fin y al cabo era más fácil dibujarla que las pin ups de carne y hueso.
Su esplendor pasó con la guerra hasta 1960 que fue rescatada por una productora y coloreada. Su última aparición fue en la película ¿Quien engaño a Roger Rabbit? En 1988.
Así es la historia de Betty Boop y la Pin Ups que revolucionaron el panorama social de los años cuarenta en unos EE.UU en guerra.