Según la creencia nórdica, la mejor época para celebrar una boda es a principios de otoño, cuando ya se han recolectado las cosechas y la miel.
La familia para los nórdicos es el eje central en torno al cual gira todo, ella es quien controla y gobierna, hasta en los detalles más mínimos de la existencia.
Los dioses Thor, Freyr, Freyja y Odín son los encargados de consagrar y proteger a la pareja. El mejor día de la semana para celebrar una boda vikinga era el viernes, día dedicado a la diosa del matrimonio y del hogar, Frigga o Frigg, esposa de Odín.
El casamentero es un personaje importante en la ceremonia. Por lo general, es un amigo o pariente muy cercano del futuro esposo. Se encarga de proponer la unión. Si se da el sí por parte de la familia de la novia, se pone fecha para la celebración de los esponsales, que solía ser poco más de un año después.
Tradiciones y rituales previos
Los tratos sociales y económicos se acuerdan delante de testigos. Según sus leyes, la novia aportará una dote equivalente a la aportación del novio.
Antes de la ceremonia, la tradición nupcial indicaba que la novia debía recibir una serie de cuidados. Tras el baño, se enjuagaba con agua fría perfumada con plantas y flores.
La ceremonia se realizaba normalmente en un lugar sagrado del bosque, donde se invocaban a los dioses y se sacrificaban los animales:
Para Thorr una cabra para Freyja una cerda, para Freyr un jabalí o caballo.
Después del sacrificio, los novios se intercambiaban obsequios. El novio entregaba a la novia, como futura madre de sus hijos, la espada de sus antepasados. Y ella obsequiaba al novio con una espada nueva símbolo de protección y de una nueva tradición familiar.
Los votos se pronunciaban colocando los anillos sobre sus manos que se apoyaban sobre la punta de la espada nueva y vieja.
Una vez pronunciados los votos, se intercambiaban los anillos, todo ello dentro de un anillo compuesto de piedras y runas, un anillo que significaba el juramento bajo el martillo de Thor.
Celebraciones tras el casamiento
En la casa donde vivirían los novios se realizaba el banquete previo a toda una serie de actos que garantizaban el buen comienzo del matrimonio.
La novia realizaba la entrada al nuevo hogar en brazos del novio. Una vez dentro del hogar, el novio colocaba la espada nueva apoyada junto al pilar principal de la casa, que simbolizaba protección, y la novia entregaba una copa de hidromiel y recitaba un verso de salud y fuerza.
Tras dedicar un brindis a Odín, el novio bebía y entregaba la copa a la novia que brindaría por Freyja.
Una vez ya en la mesa, el novio colocaba un martillo que había llevado en la ceremonia en el regazo de la novia para que Thor la bendijese con la fertilidad.
El jefe del clan abría el banquete con unas palabras a los dioses para que bendijeran a la pareja. El banquete duraba una semana. En el banquete, aparte de la comida y la bebida, había baile, luchas, poesías y juegos.
El hidromiel era la bebida que se tomaba tanto en la ceremonia como en el festejo. Se creía que aumentaba la fertilidad.
A partir de los votos, las mujeres casadas aparecían en público con el pelo trenzado y con un tocado o velo llamado hustrulinet.
Una vez consumado el matrimonio, el marido entrega una serie de regalos a la mujer: ropa, joyas, ganado, cosas del hogar, esclavos y, algunas veces, tierras.
Regalos en la boda vikinga
Mundr
El novio paga al padre de la novia para obtener el derecho de protección. Si un hombre no puede pagarlo, no puede casarse. Como norma, se entregaba el día de la boda.
Morgen-gifu
Regalo del novio a la novia en compensación por su virginidad o disposición sexual.
Heiman fylgia
Era la dote que aportaba la novia al matrimonio, la cual era administrada por el esposo. Garantizaba el sustento de la mujer y los hijos en caso de quedar viuda. Si se divorciaban, esta dote se la quedaba la mujer.