Situados en la cima del Turó de la Rovira, a 261,8 metros de altura, los bunkers del Carmel ofrecen unas privilegiadas vistas de Barcelona, con una espectacular panorámica de la ciudad de 360 grados.
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Sin embargo, como ocurre con todos los bunkers en España, lo más interesante no está en el lugar en sí, sino en la historia que esconde.
A continuación te contamos los principales acontecimientos ocurridos en el pasado, qué mejoras se realizarán en un futuro cercano, cómo llegar a los bunkers del Carmel y algunos consejos para disfrutar al máximo de la visita.
Los bunkers del Carmel (presente)
El mirador del Carmel se ha convertido durante los últimos años en un poderoso reclamo turístico, tanto para los lugareños como para los turistas, básicamente desde que el ayuntamiento acondicionó la zona y el MUHBA (el Museo de Historia de Barcelona) abriera una exposición gratuita en el mismo enclave.
Recorrer los bunkers de Barcelona es descubrir una importante parte de la historia de la Ciudad Condal en el siglo XX.
En el recinto del museo se exponen fotografías y vídeos mostrando el funcionamiento de la batería antiaérea que defendió la ciudad durante la Guerra Civil, además de recordar el desaparecido barrio de los Canons (barrio de los Cañones), que se emplazó en ese mismo lugar hasta el año 1990.
En el exterior es posible trasladarse al pasado visitando las ruinas de la estructura donde se encontraban los cañones, así como el almacén en el que se guardaba el arsenal, las habitaciones donde dormían los artilleros y el puesto de mando de los oficiales.
La zona se ha utilizado como escenario para rodar series de televisión, películas y anuncios, lo que también ha aumentado su popularidad. Por ejemplo, se grabaron algunas escenas de Tengo ganas de ti, basada en la exitosa novela de Federico Moccia y protagonizada por Mario Casas.
A raíz de la película, muchos jóvenes empezaron a visitar el bunker con sus parejas, dejando un candado en la cima del monte como símbolo de amor.
Historia de los bunkers del Carmel (pasado)
Durante el mes de mayo del año 1937, en plena Guerra Civil, el ejército republicano acordó colocar cuatro cañones Vickers en lo alto del Turó de la Rovira. Su posición estratégica era ideal para defender la ciudad de los ataques masivos que recibía por parte de la aviación fascista.
Barcelona sufrió alrededor de 200 bombardeos durante dos años, en gran parte con el fin de asustar a la población. Estas baterías antiaéreas fueron la principal defensa aérea de la Ciudad Condal, junto con las de San Pedro Mártir, que estaban situadas en pleno Parque de Collserola.
El ejército franquista tomó Barcelona el 26 de enero de 1939. Aunque murieron muchos civiles durante los ataques, es preciso señalar que la defensa antiaérea y los numerosos refugios que se excavaron bajo la ciudad salvaron muchas vidas.
Durante la posguerra, muchos inmigrantes y barceloneses con bajo poder adquisitivo decidieron aprovechar la ladera del Turó de la Rovira y las instalaciones en desuso de los bunkers para construir viviendas con sus propias manos.
Así nació el barrio de los Canons, formado por unas 150 chabolas. En ellas vivían más de 600 personas. Tras organizarse y movilizarse consiguieron obtener agua, luz eléctrica y cubos de basura.
Las barracas se derribaron en 1990, cuando se estaban organizando los Juegos Olímpicos de Barcelona. En la actualidad aún son visibles los restos de muchas baldosas de las chabolas sobre el suelo de la colina, convertidas en testigos silenciosos de la historia.
En el 2015 se inauguró el espacio de exposición del MUHBA. Tras esta recuperación patrimonial se revitalizó la zona y el mirador del Turó de la Rovira se ha transformado en una auténtica atracción turística.
Antiguo poblado íbero
El arqueólogo y director del Museo de Arqueología de Cataluña en Barcelona, Josep Colominas i Roca, estuvo a cargo de las excavaciones que se llevaron a cabo en 1932 en la cumbre del Turó de la Rovira.
Descubrieron los restos de la muralla de un antiguo poblado íbero ubicado en la zona, así como material arqueológico de un interés considerable. Según sus averiguaciones, el emplazamiento podría remontarse al siglo IV a. C.
Lamentablemente, estos restos se destruyeron con la instalación de las baterías antiaéreas y la construcción de las viviendas.
El futuro de los bunkers del Carmel (futuro)
El Ayuntamiento de Barcelona ha apostado por reformar las Ramblas del Carmel, con la intención de transformar el exceso de cemento en zonas verdes, disminuir el tráfico, mejorar la conectividad y la calidad ambiental. Se estima que las obras podrían empezar a mediados del año 2020.
La reforma afectará a tres barrios (Carmel, Horta y Font d’en Fargues) y un total de 72.000 metros cuadrados. El primer tramo incluirá el mirador del Carmel, donde destacarán las zonas ajardinadas. Según el proyecto, ante él se abrirá una plaza en las Ramblas de 35 metros de ancho.
Por otra parte, el deseo del ayuntamiento es propiciar el uso responsable y sostenible del popular bunker de guerra. Por este motivo se decidió recientemente que solo se autorizarán los rodajes que tengan una finalidad cultural y se centren en la historia del Turó del Carmel, restringiendo las grabaciones comerciales.
En este punto también hay que mencionar las protestas realizadas por las asociaciones vecinales del distrito de Horta-Guinardó.
El aumento de visitantes ha propiciado algunas muestras de incivismo en la zona, especialmente durante las noches de los fines de semana, cuando algunos jóvenes aprovechan para hacer botellón.
Las propuestas de los vecinos fueron escuchadas y se ha incrementado la presencia policial. Incluso hay algunos agentes que se encargan de alertar a quienes se acercan demasiado al borde del precipicio mientras hacen fotografías.
Otra propuesta que se está estudiando es la de restringir el acceso al Turó de la Rovira durante la noche. En un futuro puede que se establezca un horario de visita.
Cómo llegar a los bunkers del Carmel
En autobús
Varias líneas del transporte metropolitano de la ciudad (TMB) llegan hasta los bunkers del Carmel: la 24, V17 y la 92.
Las dos primeras finalizan en la parada de la plaza de la Mitja Lluna, en la ladera noreste del monte, mientras que la 92 llega hasta la ladera este, justo en el lugar desde el que parte el sendero pavimentado por el que hay que subir hasta la cumbre.
La línea 24 suele ser más lenta, pues su recorrido incluye calles muy céntricas y transitadas. La más recomendable es la 92.
En metro
En cuanto a cómo llegar a Turó de la Rovira, no hay que olvidarse del metro. Las paradas más cercanas son las de Guinardó/Hospital de Sant Pau y Alfons X (de la línea 4, la amarilla). Se puede coger el metro desde el Paseo de Gracia.
Estas paradas se encuentran a 1,1 km de los bunkers, por lo que luego es necesario caminar cuesta arriba entre 20 y 30 minutos.
En coche y moto
Viajar en coche hasta el Turó del Carmel no es muy aconsejable porque resulta difícil encontrar aparcamiento en esa zona. Es mucho más cómoda la moto a la hora de aparcar. Se puede llegar en unos 18 minutos desde el Paseo de Gracia y siguiendo por la calle Mallorca.
En taxi
Si el presupuesto no está muy ajustado, otra opción válida y cómoda es cogiendo un taxi desde el centro de Barcelona. De este modo, el trayecto sería de unos 20 minutos y costaría alrededor de 12 euros.
Información turística de interés
Consejos para los visitantes
Para llegar a la cima del monte solo hay que seguir un sendero empinado y subir escaleras. No es necesario tener una buena condición física y, de hecho, muchas familias con niños lo visitan regularmente.
Sin embargo, sí es recomendable llevar un calzado cómodo y ropa de abrigo en invierno, ya que el viento suele soplar con más fuerza en esta zona.
Durante los meses más calurosos es aconsejable una botella de agua, gorra y gafas de sol, pues en los bunkers del Carmel apenas hay sombra y el calor puede ser intenso.
5.2. Precio y horario
Visitar el Turó de la Rovira y la exposición del MUHBA es gratis. No obstante, el museo organiza algunas visitas guiadas que sí se tienen que pagar. Son las siguientes:
- La defensa de la ciudad moderna: 5,10€ (1 hora de duración).
- Barcelona en la guerra y en la posguerra: 7,35€ (2 horas de duración).
- La primera balconada de Barcelona: 8,45€ (3 horas de duración).
Por ahora, es posible acceder a los bunkers durante las 24 horas. Las visitas guiadas están disponibles los miércoles (de las 10 a las 14), los sábados (de las 10 a las 15) y los domingos (de las 10 a las 15).
Otros puntos de interés
Viviendas gaudinianas
Muy cerca de los bunkers, en la calle Marià Labèrnia, se encuentran dos viviendas peculiares. La primera, llamada Villa Jumilla, fue diseñada y construida por J. M. Jujol en 1927, un arquitecto discípulo de Gaudí.
La segunda, ubicada en el número 11 de la misma calle, tiene una estética claramente gaudiniana, con sus característicos mosaicos de colores en las paredes y en el tejado, y con una torre que recuerda las de la Pedrera.
Parque Güell
En la ladera suroeste del Turó de la Rovira se encuentra el emblemático Parque Güell, declarado Patrimonio Mundial por la Unesco. Fue diseñado por Antoni Gaudí y construido desde el 1900 al 1914.
En este parque se refleja la plenitud artística del arquitecto mundialmente conocido como principal exponente del modernismo.
El precio de la entrada es de 8,50€, aunque las tarifas dependen de cada temporada. Se puede encontrar más información en la página web del Parque Güell.
Dónde comer
Los siguientes establecimientos están cerca de los bunkers y del Parque Güell y han recibido numerosas recomendaciones:
- Restaurante El Jardí de l’Àpat: Situado en la calle Albert Llanas, 2, este local está especializado en la cocina tradicional catalana. Cuenta con terrazas ajardinadas y salas privadas.
- Bar de tapas Delicias: Se encuentra en la calle Mühlberg, 1. Sirven tapas y platos típicos de la cocina española. Dispone de terraza.
- Restaurante El Mirador: Ubicado en la call Pasteur, 1, este establecimiento también está especializado en las tapas y raciones, con ambiente familiar.
Vistas desde el mirador
Respecto a las vistas desde el mirador, destacan dos panorámicas: hacia el mar y hacia la montaña. En la primera se pueden contemplar los edificios más emblemáticos de la ciudad, como la Torre Agbar, el Hotel Arts, la Sagrada Familia y la Torre Mapfre, entre otros.
En la segunda se aprecian la montaña del Tibidabo y la de Collserola (con la Torre de Telecomunicaciones), así como el Monte Carmelo Barcelona.
Muchos de los visitantes recomiendan contemplar las vistas al atardecer y al amanecer, cuando la luz es más hermosa y espectacular…
Sin duda, visitar los bunkers del Carmel permite descubrir Barcelona desde otra perspectiva y rescatar un pedazo de historia que, con el paso del tiempo, casi había caído en el olvido.