No hay nada más real que aquel adagio que dice que para un hombre “su casa es su castillo”, porque allí puede manejarse a gusto y “reinar” en su pequeño feudo. En Turquía lo han entendido así, literalmente, y por eso una firma decidió construir una urbanización en la que cada casa es un pequeño castillo.
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Tal como en un cuento de hadas, en la urbanización Burj al Babas, en las montañas de Bolu, cualquiera podía comprar su propio castillo y vivir en un paraíso, a medio camino entre Ankara, la capital turca; y Estambul, el centro histórico y de comercio por excelencia en ese país.
Donde dice “cualquiera” valdría la pena colocar un asterisco. Cada uno de los pequeños castillos, que son idénticos y creados de acuerdo con el estilo francés, costaba entre 370 y 530 mil dólares, así que tampoco estaban al alcance de todos. No obstante, algo salió mal en los planes de la empresa.
En el proyecto original se había contemplado crear 732 castillos, cada uno de 324 metros cuadrados, de los cuales varios se llegaron a vender. No obstante, cientos de ellos se quedaron sin completar debido a la caída de la economía turca, que experimentó una inflación tremenda en 2018.
La lira turca perdió en aquel momento el 38% de su valor, dejando a muchas personas sin posibilidad de comprar su pequeño reino particular.
Tras el impacto de la crisis, la empresa sólo logró vender unos cuantos castillos y quedaron pendientes las obras relacionadas con centros comerciales, instalaciones deportivas, restaurantes, etc. En cambio, han quedado con una deuda de 27 millones de dólares.
Por supuesto, tras esta caída, el grupo Sarot, responsable de la construcción, cayó en bancarrota. Sin embargo, hay 587 viviendas completas y se ha calculado que sólo con la venta de 100 de ellas se puede recuperar todo el proyecto.