Cuando, a las 6:00 de la mañana del 6 de junio de 1944 las tropas de desembarco británicas saltan a la playa de Sword (Normandía), cerca del pueblo de Ouistreham, y da comienzo el famoso Día D, pocos sabían, incluso hoy, que entre ellas se encontraba Bill Millin de 21 años y su gaita.
Bill formaba parte del I Special Service Brigade, al mando del mítico lord Lovat, a quien el alto mando permitía ciertas licencias actuando prácticamente por libre, con sus propias normas, métodos e incluso indumentaria. Gaitero incluido. Su música aumentaba la moral y el valor de sus compañeros y era un estímulo de incalculable valor.
Las ordenanzas de la British War Office eran muy claras respecto a la posición de los gaiteros en primera línea. Después de la I Guerra Mundial se decidió que solo podían operar en retaguardia, pero Lovat, ya lo hemos dicho, era muy peculiar y no estaba dispuesto a cumplirlas en ese aspecto. «¡Tú y yo somos escoceses y es un decreto inglés, no nos concierne!», le dijo Lovat.
Cuando las lanchas de desembarco llegan a la playa de Sword, una figura estridente sale de una de ellas con su gaita soplando a pleno pulmón Highland Laddie ataviado con la típica falda escocesa, la misma que su padre había utilizado en Flandes durante la Gran Guerra.
Las condiciones del desembarco fueron muy duras y la resistencia que ofrecieron los alemanes más todavía. Lovat le pidió a su gaitero que se moviera a lo largo de toda la playa sin dejar de tocar para insuflar ánimo a sus tropas ante ese momento tan difícil y en esta ocasión lo que sonó fue The Road to the Isles.
Muchos supervivientes británicos de aquellos días han reconocido años después lo que significó aquel sonido de su gaita. Les recordaba, no solo su hogar, sino el motivo por el que estaban allí y alimentaba su orgullo escocés para superar aquella temible prueba.
El siguiente objetivo era el pueblo de Bénouville. Allí, la madrugada del día 6 habían sido lanzadas tropas aerotransportadas para hacerse con el Puente Pegasus y deberían esperar refuerzos que llegarían desde la playa de Sword. Los paracaidistas británicos, de la Ox and Bucks, allí apostados desde la madrugada, recibieron con jolgorio el sonar de la gaita que anunciaba la llegada de los tan esperados refuerzos. Y a su son atravesaron el puente bajo una lluvia de balas enemigas.
Las gaitas que utilizó Millin fueron donadas más tarde al Museo Dawlish. Y otras que utilizó, pero no las originales que resultaron dañadas en la batalla, fueron donadas al actual «Museo del Puente Pegaso» construido en el pueblo de Bénouville al lado del puente original.
Aunque nacido en Canadá, el 14 de julio de 1922, era hijo de padre de origen escocés y su familia regresó a Glasgow cuando tenía tres años. Bill fue uno de los habituales en los homenajes que se celebran en Normandía cada año. Esta declaración la hizo en una ceremonia en Ouistreham en 1993:
«Todo el mundo se comportaba normalmente, me refiero a revisar su equipo y prepararse. No pensé en que me dispararan, o cuántos alemanes habría o que nos estaban esperando. El olor y la sensación de mareo todavía estaba en mí. Todos subimos a cubierta y permanecimos mirando la costa con el viento helado. Entonces llegó la orden para saltar a tierra y yo estaba muy contento de salir. Nadie gritaba que tenían miedo o que iban a matar a muchos alemanes. Todo el mundo realmente quería bajar del barco.»
«Había dos rampas en la parte delantera de la embarcación de desembarco. Lord Lovat estaba en una y yo estaba en la otra. Él medía seis pies (1,80m) de altura, así que esperé hasta que saltara al agua para ver qué profundidad había. El siguiente hombre después de él fue inmediatamente alcanzado. Un pedazo de metralla o una bala impactó en su cara, cayó y se hundió.»
«Bueno, entonces salté rápidamente. Mi falda flotaba en la superficie y el impacto del agua helada me quitó cualquier sensación de mareo que tuviera y me sentí muy bien. Estaba aliviado de bajar de ese barco después de toda la noche mareado. Agarré la gaita y atravesé las olas tocando Highland Laddie, y el señor Lovat se dio la vuelta y me miró haciendo gestos de aprobación».
Conoció a excombatientes alemanes que lucharon allí aquel 6 de junio y reconocieron que aún viéndolo con su gaita y teniéndole a tiro no le dispararon pensando que estaba loco.
Dos años después tocó su instrumento en el funeral de Lovat. Bill Millin murió el 10 de agosto de 2010 y tres años mas tarde, el 8 de junio de 2013 se erigió en la playa de Sword una estatua conmemorativa.