Como surgido de un cuento de hadas de los hermanos Grimm, el castillo de Lichtenstein se alza majestuoso sobre los Montes Suabos, en el estado de Baden-Wurtemberg, Alemania. Se encuentra en plena Selva Negra, a unos 40 kilómetros de Stuttgart.
Muy cerca de la construcción, en una espectacular panorámica situada a 250 metros más abajo, está la localidad de Honau, en el valle del río Echaz.
El castillo actual, de estilo neogótico, se construyó entre los años 1839 y 1842 sobre las ruinas de una antigua fortaleza medieval que fue el bastión de los Caballeros de Lichtenstein, linaje de guerreros que se establecieron en esas tierras.
El territorio pasó a ser propiedad del rey Federico I de Wurtemberg en el año 1802, que reconvirtió los restos de la vieja fortaleza en un pabellón de caza. Hacia 1837, su sobrino Guillermo I de Urach tomó posesión de las tierras.
Guillermo, fan de la novela de caballerías Lichtenstein, de Wilhelm Hauff, se inspiró en esta obra literaria para reconstruir la edificación. El autor había descrito de forma tan vívida la vida en la fortaleza original y en los pueblos medievales que el gobernante quiso reproducirla.
Carl Alexander Heideloff, arquitecto y maestro de obras en Núremberg, se encargó de diseñar el nuevo castillo de Lichtenstein, optando por un estilo romántico neogótico, con toques del medievo.
Tal vez, su característica más destacada sea que las paredes exteriores se construyeron justo al borde de un precipicio de vértigo. El resultado es espectacular y las vistas inmejorables.
Durante la Segunda Guerra Mundial, la torre principal del castillo recibió el impacto de un proyectil disparado por un tanque americano. Afortunadamente, la torre no fue derribada. Hoy en día, todavía puede verse el agujero que provocó el proyectil.
Actualmente, el castillo de Lichtenstein sigue perteneciendo a los Duques de Urach, aunque está abierto al público de abril a octubre. El complejo abarca las murallas, galerías, torreones, jardines y una espectacular capilla, además de contener una gran colección de armas y armaduras.
Para acceder a él, los turistas deben cruzar un puente que desafía las alturas.
Está considerada una de las fortalezas más hermosas de la Ruta de los Castillos, la cual cuenta con 70 construcciones a lo largo de 1.200 kilómetros, desde Mannheim a Praga.
Por otra parte, este castillo también pertenece a la Ruta de los Cuentos de Hadas. No en vano, los hermanos Grimm se inspiraron en la región de la Selva Negra durante su proceso creativo.
Jacob y Wilhelm Grimm nacieron en la villa de Hanau, donde empieza en su honor la Ruta de los Cuentos de Hadas, que termina en Bremen.
Ya sea por su historia, por la arquitectura que domina la gravedad o por la belleza de su entorno, una tierra de leyenda que inspiró fantásticos cuentos infantiles, visitar el castillo de Lichtenstein es una experiencia mágica.
Referencias: