Según comunica el portavoz de la Comisión Presidencial contra el Crimen Organizado (PAOCC), Winston John Casio, a la BBC, en las próximas semanas se procederá al cierre de dos nuevos hospitales clandestinos en Filipinas, 2 meses más tarde de la redada que acabó con la clausura del hospital ilegal intervenido en Pasay.
Tal y como aseguran las autoridades del país, las dos nuevas instalaciones situadas en Metro Manila, cuatro veces más grandes que las descubiertas en los suburbios del sur de Manila, están destinadas también a la asistencia de víctimas de la trata de personas, de estafas y de otras actividades criminales, y a la práctica de cirugías de cambio de aspecto a personas buscadas para ayudarlas a escapar de la ley.
Los datos aportados por el informante que dio el soplo a la policía, corroboran que todos los pacientes, tanto víctimas como fugitivos, están vinculados a los llamados POGO (Philippine Online Gaming Operations) que, aunque legales en Filipinas, sirven de tapadera de negocios de prostitución, fraudes telefónicos y otros engaños de diversa índole relacionados con el juego.
Los operadores de juegos offshore de Filipinas (Philippine Offshore Gaming Operators), también conocidos como POGOs, son empresas de la industria de los juegos de azar online que operan en Filipinas prestando servicios a clientes de fuera del país.
En 2016, el presidente Rodrigo Duterte empezó a conceder licencias de actividad legitimadas por la Philippine Amusement and Gaming Corporation (PAGCOR) a operadores extranjeros, en su mayoría procedentes de China, con la única condición de que restringieran sus servicios a todos los habitantes de Filipinas, con independencia de su nacionalidad, y a territorios donde estuvieran prohibidos los juegos de azar offshore.
Esta iniciativa, a pesar de haber tensado las relaciones entre Filipinas y China, ha supuesto grandes logros en la economía del país, que recaudó en 5 años cerca de 54 mil millones de pasos filipinos en impuestos, y dio empleo a más de 470.000 personas.
«Creemos que los trabajadores que enferman o resultan heridos cuando los secuestran o torturan no son llevados a hospitales legales, sino a instalaciones de este tipo» añade Casio.
Entre los materiales incautados en la redada de mayo, se encontraban una máquina de hemodiálisis, dispositivos para el trasplante de cabello, equipo para la fabricación de prótesis dentales, goteros intravenosos para blanqueamiento de la piel y otra parafernalia médica destinada a la rápida transformación física de pacientes.
400 metros de tecnología sanitaria y estética ocultos a la vista de todos entre varios restaurantes, y con el aspecto de una clínica normal, pero con un acceso trasero oculto, dirigidos por personal sin licencia para ejercer la medicina y la enfermería en Filipinas, y con un sistema de identificación laxo que permitía a huidos de la justicia y extranjeros ilegales continuar con sus actividades al amparo del anonimato.
El conocido como «Ángel de la Muerte» de Auschwitz, Joseph Mengele se sometió a cirugías plásticas menores para modificar su aspecto justo antes de huir a Sudamérica tras el final de la Segunda Guerra Mundial. Mengele fue acusado de torturas y asesinatos a miles de judíos en el campo de concentración polaco, además de perpetrar experimentos médicos atroces con prisioneros sanos, como amputación, disecciones, trasplantes de órganos y pruebas de resistencia física y psicológica extrema.
El jefe del Winter Hill Gang de Boston, James «Whitey» Bulger, uno de los 10 fugitivos más buscados por el FBI durante años, acusado de 19 delitos de homicidio y cargos por tráfico de drogas, extorsión, usura, blanqueamiento de capitales y conspiración, se sometió a diferentes cirugías para cambiar su aspecto, entre ellas, un lifting facial y una reconstrucción de la nariz.
Rafael Caro Quintero, fundador del Cartel de Guadalajara, acusado de delitos de tráfico de drogas, posesión de armas y pertenencia al crimen organizado, y culpable de haber secuestrado y torturado hasta la muerte, en 1985, al agente de la DEA Enrique «Kiki» Camarena, se realizó varias cirugías faciales para cambiar su fisionomía y escapar de la justicia. Fue arrestado el mismo año y pasó, en una prisión mexicana, 28 años de los 40 a los que fue condenado. En 2013 fue liberado por una decisión judicial poco popular, que inmediatamente fue revocada por presión del gobierno estadounidense, convirtiéndose en unos de los fugitivos más buscados del mundo. En 2022 fue capturado de nuevo y extraditado a EE.UU.
Radovan Karadžić, responsable de la masacre de Srebrenica y de la de Sarajevo y acusado de genocidio, crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad por sus atroces campañas bélicas en la guerra de Bosnia, transformó su aspecto para no ser reconocido al finalizar el conflicto en 1995. Fue capturado en 2008 después de 13 años escondido viviendo con otra identidad, barba tupida y gafas sin graduar.
Los atentados terroristas de Bombay de 1993 que acabaron con la vida de 257 personas y dejaron más de 700 heridos fueron perpetrados por Dawood Ibrahim, líder de la organización criminal india D-Company. El también condenado por tráfico de drogas, extorsión y asesinato se sometió a diversas cirugías plásticas para modificar su apariencia y evitar su arresto. A día de hoy, sigue sin rendir cuentas ante la justicia.
El hacker ruso Vladimir Kuznetsov acusado de dirigir el ataque cibernético a Citibank en 1994, robando más de 10 millones de dólares fue intervenido quirúrgicamente en diferentes ocasiones para cambiar su apariencia y huir de la autoridades. Kuznetsov, alias Vladimir Levin, fue capturado un año más tarde, llevado a juicio en 1997, y condenado a 3 años de cárcel y a devolver el dinero sustraído. Lo curioso del caso es que solo necesitó hackear las contraseñas de empleados de la entidad para hacerse con el control de las cuentas.
En palabras de Casio: «Puedes crear una persona enteramente nueva a partir de ellos».
En el centro de Pasay se produjo la detención de 5 personas: 3 médicos, 2 vietnamitas y 1 chino; 1 farmacéutico también de origen chino; y 1 enfermera vietnamita. A pesar de que uno de los médicos vietnamitas asegurase a los agentes que solo estaba de visita, todos los presentes fueron trasladados a la Oficina de Inmigración y detenidos con cargos criminales y por violación de las leyes de inmigración.
Por otro lado, los pacientes encontrados en el momento de la intervención fueron identificados, fichados y puestos en libertad, antes de proceder al precinto del establecimiento.
Solo 42 operadores extranjeros tienen actualmente licencia válida para operar en territorio filipino con casinos y juegos de azar online, y ya son 298 las licencias POGO canceladas por el gobierno, pero, tras la operación policial de mayo y la liberación de 150 trabajadores chinos del complejo de Porac, en Pampanga, donde decomisaron herramientas de tortura, material quirúrgico e indumentarias militares, el parlamento presiona al gobierno para la ilegalización del juego, ante el miedo de que Filipinas se convierta en un paraíso criminal regentado por la mafia china, país del que procede la mayoría de empresas offshore del sector.
Enterrados vivos en Las Vegas, EE.UU.
El apostador profesional Frank Rosenthal regentó en la década de 1970 varios casinos en Las Vegas, que usaba como tapadera de negocios de prostitución y de juego ilegal vinculados a la Mafia. Su historia inspiró la película Casino de Martin Scorsese, pero su vida supera el guion de cualquier película de Hollywood. Se codeaba con Fran Sinatra y O.J Simpson, y se creía tan intocable que estaba en el punto de mira de varios gánsters de Chicago por entorpecer operaciones criminales capitaneadas por Allen Glick, el propietario de los casinos que dirigía. Este pudo ser el motivo que propició el atentado con coche bomba que a punto estuvo de acabar con su vida en 1982.
Rosenthal tenía a sueldo al matón Tony Spilotro para velar por su seguridad. Spilotro cargaba con un currículum de violencia a sus espaldas que no hizo más que procurarle enemigos de las más altas esferas. Acabó torturado y enterrado vivo junto a su hermano en un maizal de Indiana.
La masacre de Milperra, Australia
En 1984 Nueva Gales del Sur sufrió un conflicto que acabó con la muerte violenta de 7 personas y con 28 heridos graves, en un incidente que enfrentó a dos bandas rivales de moteros, Los Comanchero y Los Bandidos, por el control de los juegos de azar y de actividades criminales de la región. Un suburbio de Sidney fue el lugar donde las bandas decidieron limar sus asperezas a tiros, creando un ambiente de terror que duró desde la 11 de la mañana hasta las 3 de la tarde.
En el enfrentamiento, que tuvo lugar en el hotel Viking Tavern durante la feria de motos del 2 de septiembre, se usaron armas brutales como pistolas, escopetas, rifles, machetes y bates de béisbol, provocando heridas de extrema crudeza que causaron un gran impacto en la población, y que aún hoy se recuerdan con pavor. La masacre de Milperra sigue siendo en la actualidad uno de los eventos más violentos a manos del crimen organizado en Australia.
La masacre de Don Juan, Filipinas
El casino del Don Juan Resort en Parañaque, Manila, a pesar de operar legalmente en el país, estaba relacionado con actividades ilegales y con el crimen organizado, lo cual se confirmaría el fatídico 2 de mayo de 2006, cuando un grupo armado con rifles automáticos y pistolas irrumpió en las instalaciones con la intención de asesinar a la facción criminal que explotaba el establecimiento para quedarse con el control total del negocio, estratégico para la dominación territorial de los juegos de azar y para el blanqueamiento de dinero.
10 personas murieron en el violento tiroteo, incluyendo trabajadores del casino y clientes. La policía filipina nunca llegó a sentar ante la justicia a los responsables de la masacre, pero el enfrentamiento sirvió para aumentar la seguridad y regulación del sector, el cual supone todavía hoy un reto para los dirigentes de la nación.