Expertos de la Universidad de Texas demostraron nuevos interruptores de radiofrecuencia que son responsables de que los dispositivos se puedan mantener conectados saltando entre redes y frecuencias mientras reciben datos. Explicaron que estos nuevos dispositivos están hechos de materiales bidimensionales que no consumen tanta energía para funcionar, proporcionan más velocidad y una mejor duración de la batería para el dispositivo.
Aunque pasarán años para que los consumidores puedan contar con la red 6G, los investigadores de todo el mundo están sumando esfuerzos para el establecimiento de la próxima generación de comunicaciones inalámbricas.
No obstante, subrayaron que debido a la mayor demanda de velocidad y potencia, los dispositivos 6G probablemente tendrán cientos de interruptores para poder acceder a bandas de espectro de frecuencia más altas que la electrónica actual, y estos interruptores son clave para lograrlo. Cada generación inalámbrica dura aproximadamente una década, y la implementación de 5G comenzó en 2020; es por ello que ya iniciaron los preparativos para la red 6G.
China informó que tres astronautas han arribado a la estación espacial del país el domingo, para completar el último paso en el objetivo de Beijing de convertirse en una gran potencia espacial. De acuerdo con la agencia espacial china para vuelos humanos, el trío despegó en un cohete Gran Marcha-2F a las 0244 GMT desde el centro de lanzamiento de Jiuquan en el desierto de Gobi, en el noroeste de China.
El equipo tiene la tarea de “completar el montaje en órbita y la construcción de la estación espacial” de Tiangong, así como la puesta en marcha del equipo y la realización de experimentos científicos. Se espera que Tiangong, que significa “palacio celestial”, esté en pleno funcionamiento a finales de año.
El programa espacial muy promocionado de China ya ha visto a la nación aterrizar un rover en Marte y enviar sondas a la Luna. El módulo central de Tiangong entró en órbita a principios del año pasado y se espera que funcione durante al menos una década.
En días pasados el mundo del arte estaba desorientado tras conocer la noticia de que hombre de Texas “se enojó con su chica” y por eso decidió entrar al Museo de Arte de Dallas y se desahogó destruyendo tres vasijas griegas antiguas, una escultura Caddo contemporánea y varias vitrinas y otros objetos.
Las imágenes de vigilancia mostraron al sospechoso, Brian Hernández, de 21 años, ingresando al museo el 1 de junio y dañando varias obras de arte en la colección del museo, entre ellas un ánfora de panel de figuras negras del siglo VI que muestra combates de la guerra de Troya; un Pyxis de figura roja de 450 a. C., que representa una escena ateniense doméstica que probablemente funcionó como cosmético o porta incienso.
La policía afirmó que no tenía la intención de robar obras de arte, “pero no está claro si su chica trabaja en las artes o por qué apuntó al museo”. Sin embargo, Hernández fue acusado de travesura criminal de más o igual a USD 300,000.
En un hecho histórico para la medicina, a un paciente que nació con una oreja derecha pequeña y deforme se le implantó quirúrgicamente un oído impreso en 3D, un procedimiento doblemente innovador, puesto que el tejido de la oreja artificial está hecho de las propias células del paciente.
De acuerdo a la información suministrada por 3D Bio, la empresa de biotecnología detrás de la técnica innovadora, la operación fue parte de un ensayo clínico en curso, lo que significa que deben seguir haciendo pruebas y afinar detalles relacionados con la seguridad, antes de ingresar al repertorio médico general.
“Creemos que esta es la primera vez que una empresa imprime una construcción completa, viva y diseñada y la implanta en un paciente para reemplazar una parte del cuerpo sin la cual el paciente nació o perdió debido a un traumatismo o enfermedad”, dijo Dan Cohen, CEO de 3D Bio.
Investigadores del Instituto de Salud Global de Barcelona estudiaron a niños de 38 colegios de Barcelona y descubrieron que los niños en las escuelas con mayor ruido de tráfico tenían un desarrollo cognitivo más lento.
“Nuestro estudio apoya la hipótesis de que la infancia es un período vulnerable en el que estímulos externos como el ruido pueden afectar al rápido proceso de desarrollo cognitivo que tiene lugar antes de la adolescencia”, dijeron los expertos y resaltaron que las aulas ruidosas solo parecían afectar la atención de los niños y no su memoria de trabajo.
Los investigadores dijeron que el hallazgo sugiere que “los picos de ruido dentro del aula pueden ser más perjudiciales para el desarrollo neurológico que el nivel promedio de decibelios”, algo que no sucede con el ruido en casa, puesto que ahí no se ven afectados los niveles de concentración.