La Luna tiene una marcada influencia sobre las mareas, pero su poder de atracción varía de año a año debido a que su órbita presenta un “bamboleo” que altera levemente su posición con respecto a la Tierra cada 18,6 años. En la mitad de este ciclo las mareas altas son más bajas y las mareas bajas son más altas. En la otra mitad se amplifican las mareas y las altas son más altas y las bajas más bajas.
El próximo ciclo de amplificación comienza en el 2030 y, debido a la subida en el nivel del mar, los investigadores pronostican que las mareas altas serán mucho más altas de lo visto hasta ahora, pudiendo llegar a ser algo realmente problemático.
La combinación de factores como la subida en el nivel del mar, aunado a las altas mareas del ciclo lunar, provocará fuertes inundaciones en las zonas próximas a las costas. En Estados Unidos puede llegar a ser un problema nacional de importancia, ya que puede afectar todas las costas del país. La planificación para enfrentar ese evento debe comenzar ahora, antes de que sea muy tarde.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) solicitó este lunes un registro completo para poder rastrear cualquier tipo de manipulación genética, proponiendo mecanismos de denuncias sobre prácticas o investigaciones poco éticas. En los informes emitidos se pide hacer públicas todas las investigaciones y estudios vinculados a la edición del genoma humano.
En el 2018 esta agencia de la ONU formó un equipo para hacer seguimiento de estos casos después de que el científico chino He Jiankui anunciara la alteración del ADN de unos bebés gemelos con la finalidad de evitar que se contagiaran de VIH. La práctica fue llevada a cabo sin el consentimiento por parte de la universidad donde trabajaba y con financiación propia. Esto tuvo como consecuencia la sentencia de cárcel de tres años por prácticas médicas ilegales.
La idea es que el comité de ética rastree, registre y apruebe cualquier ensayo, investigación o práctica de edición de genes, sin embargo, la OMS tiene capacidad limitada para monitorear todas las investigaciones en este campo y ninguna autoridad para exigir a los países que cooperen.
Se desarrolla una nueva tecnología que tiene la capacidad de restaurar el sentido del tacto en un nervio dañado como resultado de una lesión. El sensor desarrollado por los investigadores se implanta en cualquier parte del cuerpo conectándose a otro nervio que funcione de forma correcta. De esta manera, el nervio lesionado es capaz de recobrar la sensación táctil.
Esta innovación ha sido desarrollada por la Universidad de Tel Aviv y es una esperanzadora posibilidad para las personas que pierden la sensibilidad en los nervios de una extremidad debido a una lesión o amputación. El sensor colocado en un nervio sano se activa cuando la extremidad toca cualquier objeto, recreando la sensación del tacto.
Se compone de dos diminutas placas que, al entrar en contacto, liberan una carga eléctrica. Es un sistema que no requiere de ninguna fuente de energía externa, cables, ni baterías. Funciona con fricción, cargándose a sí mismo. Está elaborado con material biocompatible muy seguro para el cuerpo humano, no necesita mantenimiento, la implantación es sencilla y el dispositivo no es visible externamente.
Un nuevo estudio muestra cómo la tecnología puede frenar de forma significativa la desforestación en territorios habitados por pueblos indígenas. Un grupo conservacionista ha equipado a diversas comunidades indígenas de la Amazonía peruana con teléfonos inteligentes provistos de GPS.
Los gobiernos y los ambientalistas han invertido durante más de 40 años muchos recursos para el monitoreo de la tala ilegal de árboles, sin obtener mucho éxito. Este nuevo proyecto pone las herramientas directamente en manos de las comunidades más afectadas.
Se capacitó a los miembros de la comunidad en el uso de los dispositivos y la forma de realizar los patrullajes. Cuando las patrullas detectan cualquier irregularidad, se informa a una asamblea para decidir cómo actuar. En casos arriesgados, donde estén involucrados traficantes de drogas, tienen la posibilidad de actuar a través de las fuerzas del orden público. En casos menos peligrosos, la misma comunidad puede expulsar a los infractores. Este método logró reducir las pérdidas a la mitad (52%) en el primer año del proyecto y en un 21% en el segundo.
En la Universidad de Ginebra, un grupo de investigadores ha llevado un láser gigante a una montaña para probar su eficacia como pararrayos de alta tecnología. Este equipo será transportado hasta Säntis, en los Alpes suizos. En este lugar existe una torre de trasmisión que recibe de 100 a 400 impactos de rayos por año, así que es perfecto para probar el láser.
La idea es dispararlo al cielo para lograr que las nubes descarguen los rayos de manera controlada y prevenir más descargas en las zonas circundantes. Es un proyecto de gran importancia, ya que los rayos matan de 6.000 a 24.000 personas al año y además causan pérdidas de miles de millones de euros por daños en infraestructura.