Gobustán, el arte rupestre de miles de años a orillas del Caspio
La reserva de Gobuscán se encuentra en una meseta en el extremo suroriental del Gran Cáucaso, en un lugar que conecta a Europa y Asia. Los investigadores Dario Sigari, de la Universidad de Ferrara, Italia, y Marcos García Diez, de la Universidad Complutense de Madrid, trabajan en un proyecto dedicado al estudio del arte rupestre encontrado en el lugar para descifrar las ideas, comportamiento y pensamientos de la sociedad humana del Paleolítico.
La Unesco declaró el arte rupestre en Gobustán y todo su entorno paisajístico Patrimonio Mundial en el año 2007. En ese lugar existen grabados más de 6.000 figuras en un millar de rocas perfectamente conservadas. Gobustán guarda la mayor parte del arte rupestre que existe en el mundo. Allí se encuentran una gran diversidad de temáticas, estilos y técnicas expuestas desde hace aproximadamente 14 mil o 15 mil años.
Los temas encontrados en las rocas son figuras representativas de animales, figuras humanas, simbología armamentística, figuras geométricas y embarcaciones. En algunos sitios donde se encuentra el arte rupestre también se encuentran yacimientos arqueológicos. Las investigaciones van a permitir conocer la complejidad cognitiva de las sociedades que ocuparon el lugar, así como la cultura y la movilidad de esos grupos humanos.
Físicos encuentran una nueva manera de levitar objetos usando únicamente el sonido
Ingenieros de Japón descubrieron cómo coger objetos de superficies reflectantes a través de levitación acústica. Se trata de hacer levitar objetos diminutos usando solo ondas sonoras. Aunque está en período de prueba, el proyecto puede representar un gran avance tecnológico.
En la actualidad, las “pinzas ópticas” ya tienen la capacidad de mover objetos sin tocarlos a través de rayos laser que generan suficiente presión de radiación como para levitar partículas pequeñas. Ahora, esta nueva tecnología de “pinzas acústicas”, donde la presión es generada por el sonido, tiene un potencial aún más poderoso pues podría ser usada para manipular una gama más grande de materiales y de mayor tamaño.
Almodóvar lleva al festival de Venecia su nuevo proyecto «Madres paralelas«
La nueva obra del cineasta muestra una maternidad complicada y llena de secretos. Sony Pictures ya lanzó el “teaser” donde se puede apreciar la película que hará su aparición en el cine el 10 de septiembre y con la que Almodóvar abrirá la 78 Mostra de Venecia. Penélope Cruz, Milena Smith y Aitana Sánchez Gijón son líderes del reparto en una historia que cuenta la maternidad de forma diferente.
Se trata de madres imperfectas y con secretos, a las que se les enreda profundamente la vida. La trama se desarrolla a partir del encuentro de dos mujeres embarazadas que crean un vínculo especial al conocerse dando a luz en un hospital, luego todo se complica. En la película también actúan Julieta Serrano, Rossy de Palma e Israel Elejalde. El rodaje, que comenzó en marzo 2021, se realizó entre Castilla-La Mancha y Madrid y finalizó en junio.
Jeanne Baret, la primera mujer en circunnavegar el mundo, disfrazada de hombre
Jeanne Baret se unió secretamente, pretendiendo ser grumete, en el primer viaje naval francés que recorrería el mundo en el año 1766. Ella era una botánica pionera que había nacido en un tiempo histórico en el cual la exploración era un terreno solo para hombres. A pesar de eso, pudo participar en este viaje científico de la marina francesa y ser la primera mujer en darle la vuelta al mundo.
El plan fue ideado por su pareja, el Dr. Philibert Commerson, quien fue contratado como jefe naturalista de la expedición y la convirtió en su asistente y compañera de cabina; la llamó “Jean”. Finalmente la mentira fue descubierta, pero para esa fecha ya Jeanne Baret había logrado catalogar más de 6 mil especies de plantas y otro tanto de rocas, conchas, etc.
El don del fuego encendió la llama de la transferencia del conocimiento hace 400.000 años
Algunos científicos piensan que las primeras poblaciones humanas de Europa, África y Asia de hace 400 mil años intercambiaban conocimientos. Hasta ahora se creía que las primeras difusiones culturales se habían hecho hace 70 mil años atrás, cuando el Homo sapiens empezó a dispersarse.
Según explica Katharine MacDonald, arqueóloga de la Universidad de Leiden, el registro del uso del fuego muestra que esto pudo haber sucedido mucho antes. El patrón evidenciado en todas las regiones analizadas muestra que el uso del fuego surgió en algún momento cerca de la segunda mitad del Pleistoceno medio.
Puede ser que todas estas culturas descubrieran el fuego independientemente una de otra, pero la rápida propagación sugiere que fue una habilidad que se difundió culturalmente. Se cree que no fue solo el fuego, existen datos de antropología, primatología y ciencias sociales que muestran como probablemente otras ideas, técnicas y comportamientos se extendían a través de una especie de red social primitiva.