Debido a los escasos estudios publicados sobre los antiguos barrios de Valencia, no es fácil encontrar los límites entre ellos. Así al tratar de este histórico barrio, conocido como de Velluters o Sedero, del Pilar e incluso de las Torres de Macià Martí, lo vamos a delimitar con la antigua Ronda (actual Guillem de Castro), desde la calle de Nuestra Señora de Gracia hasta la calle Carniceros. Nos iremos adentrando por las calles que parten de Guillem de Castro, acercándonos a la avenida de Barón de Cárcer.
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Pero, sin duda, el verdadero protagonista de este barrio es el velluter, que no es otro que el tejedor de la seda. El arte de la seda, muy afincado en el barrio, tuvo como consecuencia un alto índice demográfico, también causado por la abundancia de agua suministrada por la acequia de Robella.
Curiosa e interesante la disposición en cuadrícula del barrio, anterior al siglo XIX. No así en el resto de los barrios de la ciudad que comienza en ese siglo.
La historia del barrio está marcada por la industria de la Seda, sufriendo una transformación radical en el siglo XX.
En un extremo del Barrio de Carmen, pegadas a la muralla cristiana del siglo XIX, existió una serie de huertos casitas, que se conoció con el nombre de la Mancebía, en valenciano: pobla de les fembres pecadrius, que albergaba a las mujeres de vida pública, y a los que dedicaban sus negocios a explotarlas.
El rey Pedro IV de Aragón hizo una disposición por la que abolía la nefasta institución del personaje conocido como el rey Arlot, cabecilla de aquellas prostitutas. La prostitución desapareció durante el reinado del rey Felipe IV, aunque prosiguió en la clandestinidad, apareciendo los burdeles, años después, en el barrio de Pescadores.
Recordemos que este barrio de Pescadores estaba comprendido entre uno de los tramos de la muralla del siglo XI —números impares de la calle de las Barcas— y siguiendo la acera de los números impares hasta la ronda —actual calle Colón—, y compuesto de callejuelas, sirvió en el siglo XIX para albergar los burdeles de antaño.
El arquitecto municipal Federico Aymamí, recibió en 1907 un encargo del Ayuntamiento que consistía en la remodelación del interior de la ciudad. El proyecto fue aprobado en 1912, y consistía en la realización de dos grandes avenidas: la del Real —que no llegó a realizarse— y la del Oeste, realizada en parte, ya que su trazado iba desde la plaza de San Agustín al puente de San José.
Finalizar diciendo que, la degradación del barrio a lo largo del siglo XX fue constante. Solo, hace escasos años, se ha visto un cierto interés por la Corporación Municipal, para ir mejorando el barrio, cosa que los que paseamos por él vamos notando día a día.
Es un edificio que se divide en dos conjuntos, la iglesia conventual y el convento. La iglesia está abierta al público no el convento que es de clausura y lleva el nombre de Real Monasterio de la Santísima Encarnación del Verbo Divino.
Conocido a lo largo de su historia como General o Provincial, fue edificado en los solares llamados Patis d’En Bru en el siglo XV.
Institución constituida por el Gremio de Velluters, siendo sus primeras ordenanzas aprobadas por el rey Fernando II de Aragón en 1479, para regular todo lo relacionado con la seda en la ciudad de Valencia.
El Real Colegio está formado por el Convento, la Iglesia y el Colegio. Convento y Colegio fueron construidos entre 1739 y 1742 por el fraile Blas del Espíritu Santo.