La oncóloga y radioterapeuta Tracy Balboni sabe muy bien lo difícil que es el cáncer en sus últimas etapas. Por ello, tras estudiar el bienestar de pacientes afectados críticamente por esta enfermedad, crea un sistema que combina medicina y espiritualidad para lograr que estas personas vivan tranquilas y sin dolor.
Su metodología se basa en administrar el tratamiento médico indicado de la forma menos intrusiva posible, complementado con terapias que empoderen al yo interior frente al yo físico, que es la víctima del drama.
Se necesita una solución integral
En septiembre de este año se llevó a cabo la Conferencia de Cuidados Paliativos y Espiritualidad para la Vida en Ohio, Estados Unidos, donde participó Balboni en nombre de la Universidad de Harvard y del Centro de Cáncer Dana-Farber/Brigham and Women’s.
Durante el evento, la doctora narró la experiencia de una paciente con metástasis avanzada para la que el tratamiento médico no era suficiente.
«Una paciente con cáncer de mama metastásico dijo que cuando camina en el hospital, se siente disminuida. El personal médico la mira como si solo fuera un cuerpo lleno de tumores que la están matando”.
Esta y otras historias hacían evidente la necesidad de complementar el tratamiento con un enfoque que trabajara las emociones y la actitud con la que afrontar la enfermedad para calmar el sufrimiento.
Los hechos que ponen de manifiesto la importancia de las emociones en la recuperación de pacientes con cáncer no son aislados. Recientemente conocíamos la historia de éxito de la fundación Girls Love Mail, que envía cartas de amor a mujeres con cáncer de mama para estimular su recuperación.
El tratamiento médico
La primera parte del método de Balboni consiste en sesiones de radioterapia, pero con una dosificación diferente a la utilizada habitualmente.
Los médicos suelen aplicar altos niveles de radiación, causando estrés y cansancio en la persona afectada, pero ella utiliza dosis rápidas para minimizar el impacto de los efectos secundarios.
«En lugar de dos meses, podrían ser 10 años», comentó Balboni refiriéndose a la esperanza de vida de pacientes con una administración controlada de radiación.
La doctora recuerda que, a pesar de que este tipo de terapias agresivas están orientadas a curar la enfermedad, algunos cuadros médicos simplemente no se pueden curarse. Según su experiencia, esos casos requieren de un uso estratégico de las herramientas médicas para que los pacientes vivan mayor tiempo.
El tratamiento espiritual
Aun ajustando el tratamiento médico a unas proporciones que limiten los efectos secundarios, el paciente sigue padeciendo otras afecciones: las existenciales. Este es el motivo de que la estrategia de Balboni combine lo científico con lo espiritual. Reconectar con el ser interior es el bálsamo que necesita toda alma en pena.
En un artículo publicado en la revista JAMA (Journal of American Medical Association) Balboni revelaba que existe una estrecha relación entre la religiosidad de una persona y su bienestar físico, e instaba a los médicos a tener en cuenta este aspecto en la atención a pacientes con cáncer.
La medicina tradicional asiática contempla la sanación del espíritu como parte indispensable para la sanación física, y lleva miles de años valiéndose de combinaciones parecidas a la propuesta por Tracy Balboni para curar todo tipo de males. Tal es el caso de la combinación de yoga y ayurveda, conocida por su enorme potencial para rejuvenecer el cuerpo y equilibrar la mente.
La aceptación
La decisión de la doctora de usar la espiritualidad para alejar a los enfermos y a sus familiares del dolor y del sufrimiento que provoca el flujo incesante de pensamientos negativos, se produce tras su participación en un estudio psicosocial titulado «Cómo lidiar con el cáncer».
Se dio cuenta de que el significado de la palabra espiritualidad no era tan importante para los pacientes, y de que estos solo valoraban los tratamientos en función de su dureza y de su efectividad. Para la gran mayoría era cuestión de decantarse por una terapia agresiva en la unidad de cuidados intensivos (UCI), o por cuidados paliativos.
En la encuesta realizada por Balboni y sus colegas para la investigación se desveló que la mayoría de los pacientes que no hablaban sobre la espiritualidad y sobre el final de la vida con sus médicos, cuidadores o enfermeras, terminaban buscando consuelo en amuletos, figuras de santos y grupos religiosos.
El problema era que los pacientes que buscaban este apoyo en elementos externos culminaban su vida en la UCI conectados a máquinas y no es un hospicio. La conclusión es que la introspección espiritual los impulsa a aferrarse a la vida.
Balboni seguirá estudiando este tema en profundidad gracias a una beca de investigación de 2 millones de dólares otorgada por la Fundación John Templeton, y espera poder asentar la espiritualidad en un terreno más sólido desde el punto de vista médico.
Referencias:
- Wheelwright, J. (2018, Abr 26). Quest for a Peaceful Death. Recuperado el 17 de octubre de 2018 de http://discovermagazine.com/2018/mar/quest-for-a-peaceful-death.
- Zuniaga, J. (2018, Sep 29). Speakers address palliative care, pain management, treating ‘whole person’. Recuperado el 17 de octubre de 2018 de https://cruxnow.com/church-in-the-usa/2018/09/29/speakers-address-palliative-care-pain-management-treating-whole-person/.