En un giro inesperado, Apple se ha visto obligado a ceder ante la presión de las autoridades europeas y restablecer la cuenta de desarrollo de Epic Games en Europa.
Esta decisión se produce después de que la desarrolladora de Fortnite acusara al gigante tecnológico de infringir las normas de la Ley de Mercados Digitales (DMA) al suspender su cuenta, obstaculizando así su capacidad para operar en el continente.
La DMA obliga a empresas como Apple a permitir la descarga paralela de servicios y ofrecer pasarelas de pago externas.
Tras la entrada en vigor de la DMA en la Unión Europea, empresas como Apple, consideradas «guardianes de acceso» al mercado digital, se ven obligadas a cumplir con ciertas regulaciones destinadas a fomentar la competencia justa. Entre estas obligaciones se encuentran permitir la descarga paralela de servicios y ofrecer pasarelas de pago externas, lo que implica que los desarrolladores puedan incorporar sus propios métodos de pago.
El conflicto entre Apple y Epic Games se remonta a un juicio en Estados Unidos sobre un sistema de pagos alternativo.
El conflicto entre Apple y Epic Games tiene su origen en un juicio celebrado en Estados Unidos, donde el estudio introdujo un sistema de pagos alternativo al de la tienda de aplicaciones de Apple, evitando así el pago de las tasas impuestas por la empresa. Como represalia, Apple eliminó todas las apps de Epic Games de su plataforma.
Ante las acusaciones de Epic Games de que Apple estaba incumpliendo la DMA al suspender su cuenta de desarrollo, los reguladores de la Unión Europea iniciaron una investigación para determinar si la decisión de Apple violaba las normativas relacionadas con la transparencia de datos y los usuarios comerciales.
En un giro sorprendente, Apple ha confirmado su compromiso de restablecer la cuenta de desarrollo de Epic Games y permitir el lanzamiento de Epic Games Store y el regreso de Fortnite a dispositivos iOS en Europa. Tim Sweeney, director ejecutivo de Epic Games, ha calificado esta decisión como «la primera gran victoria» de la DMA, destacando la rápida actuación de la Comisión Europea.
