La inspiración ha sido comparada en muchas ocasiones con una mariposa, que se posa sobre alguien desprevenido, pero huye ante el más mínimo movimiento. A pesar de que esto es cierto, la realidad es que la inspiración muchas veces requiere de un esfuerzo extra para conseguir resultados.
Por eso, muchos artistas, músicos, y especialmente escritores, desarrollan algunos hábitos y rituales que les permiten llamar a la ansiada inspiración para activar su creatividad.
Se dice que todos los escritores son criaturas de hábitos y, si bien algunos desarrollan rutinas saludables, otros tienen manías, supersticiones e ideas un poco extrañas. A continuación te contamos algunas de las costumbres más extrañas de algunos de los escritores más famosos.
El autor de los famosos libros «El Código Da Vinci», «Ángeles y Demonios», «Inferno» y otros tantos, tiene un hábito sin duda bastante extraño, y es que estimula su creatividad llevando la sangre a su cabeza, de manera literal.
Usando botas de gravedad, Brown se cuelga cabeza abajo desde el techo para escribir. Este método es mejor conocido como terapia de inversión, y el escritor asegura que realmente funciona.
A diferencia de la posición extrema adoptada por Brown, Capote solía escribir cómodamente recostado en su sofá.
Todos los borradores de su trabajo fueron escritos mientras estaba acostado, a la vez que disfrutaba de una taza de té, café o incluso cócteles, a medida que llegaba la tarde.
Llamado el «maestro del terror«, King ha publicado más de 50 novelas, muchas de las cuales se han adaptado al cine e incluso a series de TV. Con una carrera tan larga, no es de extrañar que no recuerde detalles de todo su trabajo.
Sin embargo, y de manera lamentable, el escritor ha olvidado gran parte de sus obras a causa de su dependencia a las drogas y el alcohol. De hecho, asegura no recordar la mayor parte del trabajo realizado durante su aclamada novela «Cujo«.
A pesar de que durante años su método para encontrar la inspiración fue acudir directamente a los narcóticos, hoy en día King, que ya cuenta más de 70 años y lleva unos cuantos sobrio, asegura que encuentra la inspiración en la sociedad, la cultura, las personas que lo rodean, y en todo aquello que influye en su percepción del mundo.
La fascinante obra de esta escritora va de la mano con su peculiar rutina a la hora de escribir. Angelou alquilaba mensualmente una habitación de hotel y pedía que la despojaran totalmente de decoraciones y adornos. Además, pedía que no cambiaran jamás las sábanas. En una entrevista la famosa escritora explicó:
«Salgo de mi casa a las seis y trato de estar en el trabajo a las seis y media. Para escribir me acuesto en la cama, de modo que un codo siempre queda absolutamente áspero y con callos».
Estas historias son una muestra de que la creatividad e inspiración puede llegar de diferentes maneras, pero el elemento que no puede faltar es el esfuerzo y la dedicación para dar vida a esas palabras y crear mundos complejos e interesantes.