El mercado laboral y la economía española continuaron disfrutando de un período de bonanza en 2023, pero esta tendencia positiva se vio ensombrecida por los alarmantes problemas relacionados con la vivienda.
Este fue el mensaje contundente del Consejo Económico y Social (CES) en su ‘Memoria Socioeconómica y Laboral de 2023’, presentada el jueves.
En su informe, el CES destacó que los elevados costos de la vivienda obstaculizan la movilidad laboral, impidiendo que los trabajadores se desplacen a zonas con alta demanda de mano de obra, especialmente en áreas turísticas.
Además, las empresas se ven obligadas a reubicarse en regiones con precios de vivienda más accesibles para sus empleados, alejándose así de zonas empresariales estratégicas y perdiendo competitividad.
Los datos revelados son preocupantes: los gastos de vivienda ya consumen un tercio del presupuesto promedio de los hogares españoles, después de que los precios continuaran aumentando en 2023 y las condiciones de acceso al crédito inmobiliario se endurecieran.
A esto se suma el aumento del número de hogares por encima del crecimiento del parque de viviendas y el déficit de vivienda nueva.
Alarmantemente, la vivienda social representa apenas el 2,5% del total de viviendas en España, en contraste con tasas superiores al 15% en algunos países europeos.
Antón Costas, presidente del CES, enfatizó la urgencia de abordar esta crisis:
«No resolveremos el problema hasta aumentar el ‘stock’ de vivienda social y asequible».
Sin embargo, advirtió que aún es «pronto» para evaluar los efectos de la Ley del Vivienda.
A pesar de estos desafíos, el informe destaca la senda económica positiva impulsada por el mercado laboral y los «buenos» datos de empleo en 2023.
No obstante, también se detectó un aumento preocupante de los trabajadores a tiempo parcial.
Según los registros de contratos, los temporales más cortos no bajan del 20%, los fijos discontinuos muestran una tendencia estable con variaciones puntuales, y aumentan los indefinidos ordinarios a tiempo completo o parcial.
El saldo de crecimiento del empleo asalariado indefinido y el descenso del temporal en el sector privado no fueron tan acusados como en 2022.
En cuanto a la inmigración, el CES destacó que la nacionalidad extranjera aportó el 49% del saldo positivo de la ocupación, y la doble nacionalidad, un 16%, representando un 5% del total del empleo y reflejando la integración de buena parte de los flujos migratorios recientes.
Con relación a los salarios, el incremento nominal del 3,67% en 2023 evitó una pérdida significativa de poder adquisitivo y permitió una "ligera ganancia".
El CES también resaltó la importancia de la formación dual para «atajar las vacantes» en España.
Sin embargo, el informe advierte de un déficit de gasto en relación a la incidencia del paro y en términos de gasto por persona que busca empleo, a pesar de que España se mantuvo un año más entre los países de la Unión Europea 27 que dedican un mayor porcentaje de su Producto Interior Bruto (PIB) a políticas activas de empleo.
El CES dijo que se gasta mucho, en general, en el paro, pero poco por parado.
También advirtienron que el sistema de protección por desempleo en España fue en 2023 uno de los más generosos de la UE en términos de cuantía, pero uno de los que más tiempo de cotización exigió para contar con una protección contributiva prolongada.
En el ámbito económico, el CES alertó sobre diversas fuentes de riesgos a la baja para el crecimiento y al alza para la inflación, especialmente los relacionados con el alto nivel de incertidumbre geopolítica, pese a las previsiones de crecimiento de la economía española.
Asimismo, mostraron preocupación por la «débil» inversión en 2023, que se redujo un 0,7% en relación al año anterior y se encuentra aún un 17% por debajo de los niveles previos al Covid-19.
Además, el PIB per cápita sigue estando por debajo de los niveles prepandemia, debido a que el crecimiento de la población ha sido mayor al económico, y la brecha en productividad entre la UE y España se debe a la ralentización de la misma en los países del entorno.
Para abordar estos desafíos, el CES insistió en superar las debilidades detectadas en el diseño, gestión y resolución de convocatorias del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), y dotarse de los medios suficientes para agotar los fondos asignados hasta 2026.
Asimismo, instaron a fomentar una mayor participación e implicación de las autoridades regionales y locales, la sociedad civil y los interlocutores sociales en el plan.
Hasta el momento, se han comprometido casi el 90% de los fondos iniciales del PRTR, pero solo algo más de la mitad ha llegado a la economía real.
Sin embargo, el CES aseguró que el Plan está transformando la estructura productiva española, con un creciente peso de los servicios no turísticos de mayor valor añadido en el Valor Agregado Bruto (VAB), el empleo, el comercio y la inversión en Investigación + Desarrollo (I+D).
En cuanto a las previsiones para 2024, el CES espera un crecimiento similar al del año pasado (+2,5%), aunque advirtieron que esta previsión podría cambiar debido al mayor crecimiento de la primera parte del año respecto a lo proyectado inicialmente.
Se espera que las caídas de tipos de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE) en la segunda mitad de 2024 impulsen un mayor crecimiento.
Por último, el presidente del CES, Antón Costas, destacó el papel fundamental del diálogo social en el buen comportamiento de la economía, en parte gracias al Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva suscrito por sindicatos y patronal en 2023.
Costas enfatizó la importancia de cuidar este patrimonio inmaterial que es el diálogo social, un activo intangible importantísimo para el buen funcionamiento de la economía y sociedad.