La toma de decisiones informada y la planificación estratégica son elementos clave al momento de manejar las finanzas personales con éxito, permitiéndole a los sujetos no solo enfrentar desafíos económicos, sino también construir un futuro financiero sólido y sostenible.
Métodos de ahorro:
Los 10 mejores modos y técnicas de ahorro de dinero, efectivas y certeras
Lo primero que hay que saber es que las finanzas personales son prácticas para comprender y gestionar los ingresos, como la elaboración de presupuestos, la inversión y el ahorro para el futuro. Estas les proporcionan a los individuos importantes habilidades vitales para tomar decisiones financieras acertadas con eficacia.
Mientras que la educación financiera puede ayudar a las personas a adquirir los conocimientos necesarios para adoptar comportamientos financieros sanos; se centra en conceptos como fijar objetivos, desarrollar un sistema de elaboración de presupuestos y comprender los distintos tipos de préstamos y calificaciones crediticias.
Tener un conocimiento básico sobre lo que es administrar finanzas personales y la educación financiera, les permite a los sujetos administrar su dinero de manera adecuada y les da la oportunidad de trabajar para lograr metas importantes. Por eso, hemos confeccionado una lista de 15 consejos financieros para tiempos de crisis.
Las crisis financieras pueden generar desaliento y estrés, sobre todo al enfrentar el desafío de manejar los gastos personales. En momentos difíciles, resulta crucial contar con un plan que asegure la estabilidad económica. A continuación, se presentan algunos consejos prácticos para implementarlos en dicha circunstancia.
Examinar detalladamente las finanzas y crear un presupuesto realista es un paso significativo en la gestión de los recursos, especialmente en tiempos de crisis.
El primer paso a seguir es registrar todos los ingresos, incluyendo el salario, los ingresos secundarios o cualquier otra fuente.
Luego, se debe enumerar todos los gastos, clasificándolos en categorías como gastos fijos esenciales (alquiler, hipoteca, servicios básicos, seguros), gastos variables necesarios (alimentación, transporte, salud) y gastos superfluos (suscripciones, salidas, compras no esenciales).
Esta clasificación les permitirá a las personas identificar áreas donde puede reducir gastos. Por ejemplo, los gastos superfluos suelen ser los más fáciles de recortar.
Sin embargo, también es importante revisar los gastos fijos y variables para encontrar posibles ahorros, como cambiar planes de servicios, buscar alternativas más económicas en alimentación o transporte, y renegociar deudas o plazos de pago.
El objetivo es ajustar el presupuesto de cada individuo para que sus ingresos cubran sus gastos esenciales y, si es posible, permitan un ahorro, incluso si es pequeño.
Los gastos esenciales incluyen necesidades básicas como alimentación, vivienda, atención médica y transporte público, los cuales deben ser priorizados en cualquier presupuesto.
Por otro lado, los gastos superfluos, como suscripciones a servicios de entretenimiento, comidas en restaurantes y ciertos servicios de lujo, deben ser evaluados críticamente.
La recomendación es limitar o eliminar temporalmente estos gastos no esenciales para liberar recursos financieros que pueden ser redirigidos a cubrir necesidades primordiales o incrementar el ahorro en tiempos inciertos.
En tiempos de crisis económica, muchos individuos enfrentan compromisos financieros como deudas de tarjetas de crédito o préstamos personales.
Frente a esta situación, es aconsejable que se comuniquen con sus bancos o acreedores para explorar opciones disponibles que puedan aliviar su carga financiera.
Algunas instituciones bancarias ofrecen soluciones como la reducción de tasas de interés, el congelamiento de cuotas o incluso períodos de gracia.
Estas medidas pueden proporcionar un respiro significativo, permitiendo una reorganización del presupuesto y evitando el deterioro de las finanzas.
Esta estrategia es particularmente útil si la persona enfrenta una reducción en sus ingresos regulares. Las opciones para generar dinero extra son variadas y dependen de las habilidades e intereses individuales.
Algunas incluyen vender productos por internet, ofrecer clases particulares en áreas de especialización, realizar consultorías puntuales o, si es factible, asumir un trabajo de medio tiempo. Estas actividades adicionales pueden proporcionar un flujo de ingresos complementario, crucial para mitigar el impacto de una crisis económica.
Adquirir bienes como un vehículo, muebles o electrodomésticos mediante créditos de consumo puede aumentar innecesariamente la carga de deuda, especialmente si estos artículos no son urgentes o indispensables.
La recomendación es evitar endeudarse en tales circunstancias y esperar hasta que la situación financiera mejore y se recupere la capacidad de pago. Esta postergación ayuda a tener un mayor control y evitar complicaciones económicas adicionales.
Esto es especialmente útil para compras básicas como la comida, los artículos de limpieza y los medicamentos.
La optimización del presupuesto puede lograrse comparando precios en diferentes almacenes y mercados, utilizando aplicaciones de cupones y buscando ofertas especiales.
Este enfoque puede ayudar a reducir significativamente el gasto total en necesidades básicas, permitiendo que los recursos limitados se extiendan más y contribuyendo a la estabilidad financiera en tiempos difíciles.
Esto incluye buscar opciones de menor costo, como marcas genéricas o de la tienda, que a menudo ofrecen la misma calidad a precios más bajos.
Comparar los precios y la calidad de diferentes marcas puede resultar en un ahorro significativo en el presupuesto, especialmente en productos de uso diario.
Esta estrategia permite mantener un nivel de vida similar, reduciendo costos donde sea posible sin sacrificar la calidad de los artículos que se adquieren.
En tiempo de crisis, gastos como comer en restaurantes, asistir a cines, conciertos o viajar, deben reducirse significativamente.
Preparar comidas en casa y buscar opciones de recreación gratuitas o económicas no solo ayuda a ahorrar dinero, sino también a redirigir esos recursos hacia obligaciones más esenciales.
Esta práctica puede tener un impacto positivo y notable en el presupuesto global, ayudando a mantener la estabilidad financiera de cada individuo.
En una crisis económica, es esencial que las personas optimicen el uso de servicios públicos como electricidad, agua, internet y telefonía celular. Esto implica regular el uso de electrodomésticos, luces, y aire acondicionado, utilizando estos aparatos solo cuando sea necesario para reducir el consumo.
Además, es recomendable contratar planes de internet y celular acordes al uso real. Buscar ofertas, promociones o planes más económicos puede ayudar a reducir significativamente estos gastos mensuales, contribuyendo a la gestión eficiente del presupuesto.
Si mantener un vehículo resulta demasiado costoso, la persona puede considerar alternativas como el uso del transporte público, caminar o usar bicicleta para trayectos cortos.
Otra opción viable es coordinar con compañeros de trabajo o vecinos para compartir viajes, dividiendo los gastos de la gasolina. Estas alternativas no solo ayudan a reducir los gastos de transporte, sino que también contribuyen a un estilo de vida más sostenible y saludable.
Esto implica aprovechar alimentos de temporada, que suelen ser más asequibles, y preparar comidas nutritivas por cuenta propia.
Evitar la comida rápida y minimizar el desperdicio de alimentos también contribuye a la economía del hogar.
Con un poco de organización y creatividad, es posible alimentarse de manera saludable sin incurrir en grandes gastos, lo cual es especialmente valioso en tiempos difíciles.
En tiempos de crisis, una estrategia efectiva es deshacerse de objetos que ya no se usan como ropa, libros y artículos del hogar.
Siguiendo un enfoque al estilo Marie Kondo, vender o donar estos artículos no solo ayuda a liberar espacio físico en el hogar, sino que también puede ser una fuente de ingresos adicionales.
Este proceso de despejar y organizar el entorno personal puede tener un efecto positivo no solo en el espacio físico, sino también en la claridad y bienestar mental, contribuyendo a una mayor sensación de control y orden.
A pesar de que estos gastos puedan parecer adicionales, suspender o evitar el pago de pólizas de seguro, mantenimientos regulares de inmuebles o vehículos, y otras medidas preventivas, puede resultar mucho más costoso en caso de un siniestro o avería importante.
Es esencial proteger los activos más valiosos, ya que su reparación o reemplazo sin la cobertura adecuada podría tener un impacto financiero mucho mayor a largo plazo. Mantener estos pagos es una inversión en la protección y conservación del patrimonio.
A menudo, las crisis económicas llevan a una disminución temporal en el valor de los activos, lo que puede provocar que muchos vendan en un momento de baja.
Sin embargo, si no existe una necesidad urgente de fondos, lo más prudente es mantener las inversiones intactas.
De hecho, las crisis pueden presentar oportunidades para comprar activos a precios más bajos, lo que podría ser beneficioso a largo plazo una vez que los mercados se recuperen.
Algunos gobiernos e instituciones suelen ofrecer ayudas especiales como la asistencia en facturas de servicios públicos, alquiler, o ampliación de seguros de desempleo.
Es importante que los individuos estén atentos a estos programas, revisando constantemente las fuentes oficiales de información y cumpliendo con los requisitos para aprovechar estas oportunidades de alivio financiero.
Por último, hay que destacar que gestionar de manera adecuada las finanzas personales en tiempos de crisis, puede marcar una gran diferencia en la calidad de vida de cada individuo. No se trata de privarse de todas las cosas, sino de administrar de forma inteligente los recursos y gastar estratégicamente para que la crisis los afecte lo menos posible.